martes, septiembre 02, 2008

Let's just keep fighting the end

a ver que te parece, suena muy The Smiths. A mi me han gustado” Con una frase por este estilo me recomendaron el otro día el No cities left de The Dears, que es de hace ya unos años y que yo no había escuchado nunca. Me encanta que me recomienden discos, de modo que aprovechando el retraso de un avión y con la Rockdelux recién sacada de imprenta me dispuse a dedicarles algo de tiempo a ambos (a la Rockdelux y a The Dears, claro) a sabiendas de que entre el ipod y la revista mi aislamiento del mundo iba a ser extremo, tanto que casi pierdo el avión por un cambio de puerta inoportuno. Lo cierto es que The Dears me resultaron tanto a Smiths que no me atrevería a decir que simplemente suena a estos, lo intentan pero claro está no lo logran del todo. Canciones oscuras llenas de melancolía que por momentos podría caer en algo casi depresivo, unido a una voz que recuerda a partes iguales a Damon Albarn y al propio Morrisey (en este caso no se si incluso de un modo forzado) que podrían ponerle música a una tarde de otoño frío y lluvioso como las que probablemente se avecinan. We can have it es un tema al que le cuesta mucho arrancar y cuando parece que lo logra tampoco da para mucho. Who are you, Defenders of the Universe tiene cierto ritmo y en un momento dado entiendo que guste, pero a mi lo que más me ha gustado es que es la más corta del disco, lo cual tampoco dice mucho a su favor. Lost in the plot me ha sonado algo lineal además de un poquito cursi -por qué no decirlo- (don't mess with our love, our love is so much stronger), de The Second Part y de Don’t lose the faith no diré más y con Expect the worst/Cos she’s a tourist tan solo me da por preguntarme por la necesidad esos violines aunque al menos resulta algo más movida, Pinner together, falling apart comienza como arrastrándose y termina como puede aunque recreándose en ella misma en demasía, Never destroy us y Warm and sunny days no me dicen mucho, 22: the death of all the romance es un dueto sin sorpresas que empieza con algo como I have never cried in anybody's arms the way that I have often cried in yours sin aportar nada más que eso. Cierra el disco la canción que le da título y Postcard from purgatory. En general me han sonado algo melodramático tanto la música como la letra. Ya sabemos que todo está perdido, que nunca será como nosotros queremos y que siempre es mejor esperar lo peor, pero de ahí a recrearte y regocijarte en ello y encima esperar que aguante todo el disco sin hacer al menos un gesto de cansancio ante tanta decadencia final ya es demasiado. Juro que le puse ganas y quise que me gustara, pero no he podido. bs