run out of patience
Vuelvo a ser la mala cuando tras la pertinente llamada de cotilleo del día tan solo puedo decir un ‘me alegro’ y un ‘ya era hora’. Pero cómo eres capaz de alegrarte de una ruptura?! Pues así de fácil, llevaban muchos años juntos pero desde el primer día aquello no funcionaba. Nunca entendí como él soportaba esos desplantes de niña mimada, nunca entendí cómo podía tratarle tan mal, cómo pudieron llegar al primer año y al segundo y a los demás si no tenían nada en común, no compartían nada más que la cama, cómo podía exigirle absolutamente todo y darle muy poquito, cómo podía soportar las caras de perro y el malhumor, cómo pudieron llegar a irse a vivir juntos, cómo podía meterle esos cuernos con un amante formal y conocido por todos, cómo podía irse de marcha y tirarse a quien se le ponía a tiro, cómo pensaron en tener hijos y en definitiva en montar una familia, cómo podía hablar con tanto desprecio, cómo podía ser tan chupa-sangre, cómo le utilizó para salir de su casa y como ahora que tiene un trabajo relativamente estable ya no le parece tan bien. ¿Quieres más? Porque hay más… Y no creo que sea tan mala, pero sí creo que es bueno para ambos. Nadie entendió nunca esa relación salvo ellos mismos.
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