domingo, enero 14, 2007

La Gran Evasión

Intento sobrellevar la monumental resaca post-boda con Steve McQueen. El anti-héroe entrañable, mi preferido, y es que tengo debilidad por este arquetipo. No es especialmente guapo, es mucho mejor que eso. Un tipo que va de duro pero con un lado humano que puede aflorar en cualquier momento, que puede sentirse atribulado, dubitativo; para luego regresar con una broma (y un puntito de cinismo) y un gesto desafiante a su rol de tipo duro, además de no faltarle carisma y presencia.
En fin… mi hombre ideal…

La boda de Lucía y Juan fue genial, mucho mejor de lo que pensaba en un principio, al final acabé de fiesta con todos los amigos del novio hasta las mil… (la fiesta de la boda se transformó en fiestón al trasladarla a casa de Kike).
Tan solo los tacones de 10 cm hicieron que me retirara (en la imagen, los zapatos que llevé o mas bien sufrí), y no era precisamente pronto... o si, según se mire...


Me lo pasé tan bien que hoy mi cuerpo me pide explicaciones por ello.
Lo peor es que este tipo de fiestas se están repitiendo con tanta asiduidad últimamente que creo que va llegando la hora de la desbandada (voluntaria, temporal y necesaria).