martes, octubre 09, 2007

Ahora que nadie nos ve

Ayer una amiga me soltó “oye, no estás hoy un poco derrotista?”, derrotista? pensé yo…
Quizás podría haberle hablado del volumen que tengo de trabajo, que no es acumulado, no, es que tengo mucho. De que llego a las 8.30 al laboratorio y no me da tiempo en las 11 o 12 horas que le echo a diario a sacar adelante todo lo que tengo.
De que mi jefe esa misma mañana me había pedido una cosa y yo estaba tan ensimismada en lo que tenía que hacer ese mismo día que ni me enteré, pero por supuesto le contesté con un rotundo “claro que si, no te preocupes lo tendrás en tu mesa hoy mismo sin falta” al tiempo que pensaba mierda! Qué es lo que me ha dicho?!
También le podría haber contado que el sábado apareció sin previo aviso Santi (sí, sí, el mismísimo) y que después de un par de años le abrí la puerta y hasta le invité a cenar.
Le hubiera podido explicar que han pasado unos 11 años desde que nos conocimos, y que desde entonces han sido numerosas e intermitentes las veces que hemos estado juntos. Después se largó, y digo bien porque no se fue, se largó, que denota cierto tono de huída. Y desde entonces ha vuelto recurrentemente y siempre a su voluntad, hasta que un día le pedí que si volvía no viniera. Y así lo hizo, hasta el sábado pasado.
Que sigue como siempre, no es el más guapo pero si que es el que más me gusta, a pesar de llevar de nuevo el pelo largo y con esa pinta de niño despistado encerrado en el cuerpo de un adulto.
También le hubiera podido contar que hablamos de todo, nos volvimos a contar la vida lo cual nos llevó a recordar aquellos conciertos, aquellas noches en sonotone, y casi siempre solos él y yo, porque por aquel entonces (y casi hoy) nos bastamos él y yo.
Quizás me hubiera atrevido a explicarle que incluso inconscientemente y para mi vergüenza me pavoneé en su cara de cómo vivo yo sin él.
Que a pesar del tiempo, Santi y yo no somos amigos, nunca lo fuimos y no lo seremos tampoco ahora, pero que ni por asomo pretendo volver a ser su novia (o lo que fuéramos).
Y hasta le hubiera podido contar que tras un par de días considerándolo creo que puedo decir que tampoco estoy segura de querer volver a verle, al menos en bastante tiempo.
Que es un tema que me cuesta mucho.
Quizás también le hubiera podido explicar que el hecho de dormir normalmente y en mi cama 4 días a la semana me parece todo un logro.
Que la semana pasada he estado algo enferma y jodida, y que quizás aun no estoy del todo bien.
Que también echo mucho de menos a mi hermana, que sí, que aunque vive en la isla, desde hace un par de años parece que vive a años luz de aquí.
Que el susodicho no solo pasa de mí, que eso pues aun lo podría asimilar, sino que va muchísimo peor el asunto.
Que estamos en otoño y casi ni he tenido verano.
Que me peleé con el del banco por una tontería y que le solté algo así como que en países más decentes estas cosas no pasan, pero es que no aguanto la ineptitud, torpeza e incompetencia de la gente.
Que tengo de nuevo mal la mano. Que me duele, y la infiltración no ha servido de mucho. Que no quiero operarme.
Y en definitiva que estoy en la típica época en la que necesito doparme para reír un rato.
Pero para qué le voy a soltar toda esta mierda. Así que me limité a respirar hondo, asentir y decirle algo así como quizás, es que estoy cansada y de lunes. No me hagas caso.