otro puente...

Fin de semana largo. Con algo de tiempo, el más escaso de los recursos. Tenía muchas ganas de la cena del miércoles y con más ganas me he quedado de repetirlo pronto. El viernes tocó sesión de folk delicado de la mano de Hayden. Un tipo de caminar y actitud algo desgarbada y con una cara de niño travieso pero de fondo tímido que me ha cautivado. Salió con una actitud de “pasaba por aquí” y se presentó con un escueto Hi! para después, a medida que iban pasando las canciones soltarse más, riendo y comentando cada una de ellas. Un hombre escueto, pero con una capacidad extraordinaria de decir mucho con pocas palabras, mejor dejarle espacio a las canciones. Su modo de presentar alguna de ellas fue memorablemente burlesco. “Esta canción va de mi gato, Woody. En primavera Woody desparece varios días y después vuelve despeinado y oliendo a Whisky”. Otra. “Yo soy de Canadá. En Canadá hay osos. Y los osos atacan a las personas. Esta es una canción sobre un oso que ataca a una persona” Todo esto con esa cara y esos gestos entre sorna y seriedad. Otra. “Esta canción refleja un poco de rabia. Una vez estaba en casa componiendo con los cascos puestos y entraron en mi casa unos ladrones. Refleja la rabia que sentí”. Otra. “La siguiente canción se la escribí a un amigo para que se pusiera contento. No funcionó. –risas- Pero a mi me pone contento”. Más. “Muchas gracias por venir, de verdad. De hecho no sabía que se vendían discos míos aquí”. Y así todo el rato… Además su música es tremendamente buena, que si con la harmónica, que si al piano, que si a la guitarra. Unas melodías deliciosamente disfrutables, unas canciones bonitas, serenas, para recrearse sosegadamente en ellas. Un concierto tranquilo, al igual que las copas de después. El sábado llegó la Feria del Disco, la octava ya y esta vez casi como in extremis. Y ya se sabe de lo que van estas cosas. Se ve mucho, se compra algo y siempre se lamenta alguna otra cosa, que si no encuentras ese disco que se te resiste, que si la ubicación, que si los conciertos que amenizan el asunto… el caso es ponerle siempre un pero. Mis peros son los siguientes. Imposible encontrar un disco muy concreto, que aunque tampoco llevo mucho tiempo detrás de él ya se me antoja demasiado. La ubicación me gustó, el palma arena me pareció cómodo y una buena opción si se logra mejorar el mal sonido que sufrimos. Por poner un ejemplo, Nova Ternura sonaron fatal, no haciendo para nada justicia a su música, y ya dentro sonaba tan alto que por momentos hasta llegaba a molestar. Por revisar.
Por cierto los duendecitos de casa no hicieron su trabajo, así que me tocó recoger a mí todos los platos y copas esta mañana. El olor a alcohol ya se apreciaba nada más salir del ascensor.