where the sidewalks disappear
Ha sido tan solo un segundo, quizás ni eso. Un ‘vaya, qué bien suena esta canción’ y ya la he liado. Tanto que casi acabo en San Diego, o en Méjico, vete tú a saber! Esto me pasa por despistarme un momento entre tanta autopista y tanto tráfico a la caída del día. Afortunadamente tras tan solo unos minutos completamente descolocada he podido reconducirme (nunca mejor dicho) en el buen camino de casa. Creo que a este año que nos llega si le pido algo será alguna cosa sencilla, por ejemplo, me conformo tan solo con no perderme, llegar a casa o al destino deseado en ese momento, y seguir dando paso tras paso del modo deseado. No es que ahora vaya de humilde o sencilla (ni mucho menos, eso no va conmigo) pero tras un año que o bien lo olvido para siempre o bien lo marco a fuego en mi cabeza para tenerlo bien presente y no repetir los (muchos) errores cometidos, no puedo pedir grandes cosas; con levantarme cada mañana y mantenerme en pie el resto del día ya tengo suficiente. De poner la sonrisa ya me encargo yo.
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