just following the flock round in the filthiest of minds
Pues estaba por aquí haciendo repaso de revistas digitales cuando me he dado cuenta de que estábamos es las fechas en las que estábamos, o mejor dicho he sido consciente de que el final del año ya está aquí con todo lo que ello implica (que aun se en que día vivo aunque el buen tiempo me tenga algo descolocada). El caso es que ha llegado el turno, como cada año, de las listas de lo mejor del año. Listas que se cuelgan en diciembre, lo cual implica que se hayan confeccionado en noviembre, cosa curiosa esa (yo de diciembre me quejaría al sindicato del mes o directamente al ministerio de igualdad). Vale que ya sepamos que los ingleses van a su bola (en todo, siempre) pero aunque sean los más anticipados (en esto) tampoco el resto nos quedamos cortos. Para Uncut no constan ni Sigur Ros ni MGMT entre los 20 mejores del año cuando después incluyen discos mucho más flojos a mi parecer claro, como el de Kings of leon a los que Q les ha otorgado el premio o reconocimiento o como quieras llamarlo del primer lugar, nada más lejos de mi parecer. Y así podríamos también encontrar discrepancias varias en la lista de Mojo. Cuestión de gustos, claro. Pitchfork ha tenido la decencia de esperar a publicar su lista (aunque lo hará de modo inminente) hasta que la gente haya votado por la suya (solo queda hasta mañana creo) y es que otros años publicaban antes la propia de los redactores (tengo ganas ya de saber el lugar que le dispondrán a El Guincho después de mimarlo tanto) de modo que la gente que votaba lo hacía muy pero que muy condicionada y eso, chicos, es quitarle gracia al asunto cuando lo divertido es ver las divergencias (por cierto, esta mañana he visto que le otorgaban un más que generoso 5.9 al disco de The Killers, asombrosamente espléndidos). Under the radar ya tiene su veredicto y lo expone orgulloso sin reparos. El problema es que con estos no me podré meter tanto. Rough trade tampoco nos sorprende con gran cosa en la suya, pero si refleja el impacto de El Guincho al situarlo en su top ten del año. Y así con el resto que ojeo habitualmente. Creo que lo que más me va jodiendo año tras año de las listas de lo mejor del año es el ser consciente de que no dejo de estar dentro de los mismos parámetros que el resto, mis gustos son similares a los de muchos otros y eso señores, por una razón u otra, me jode. Me gusta encontrarme sorpresas o desconocidos en las listas, discos que se me han pasado y de ese modo poder lanzarme a escucharlos ávida de nueva música que no había llegado a mi. Me jode y mucho ser un borrego más del rebaño, pero creo que Bon Iver ha hecho un disco tremendo, que me pilló en un momento en el que yo también me hubiera ido a un cabaña perdida en medio de la nada para disiparme un rato más si es que eso era aun posible. Que el disco de los Fleet Foxes llegó tras un muy buen EP y que se convirtieron en la banda sonora del verano en mi casa. Que Vampire Weekend me hicieron bailar aun cuando ni me apetecía hacerlo, que Atlas Sound o No age o Why? molan y punto, que el oracular spectacular de MGMT recoge canciones tremendamente adictivas, que la música de Noah and the Whale me hace sonreír, que Helio Sequence ha engrosado mi lista personal de canciones de mi vida a la vez que me dibujaba una tímida y triste sonrisa cómplice, que Beach House o the devil you+me me han hecho sentir frío en los días más cálidos y calor en los más fríos, que los de She&Him, Silver Jews, the dodos, portishead o tindesticks me acompañaron en las vigilias obligadas, que el Evil Urges de My Morning Jacket fue capaz de crear discrepancias hasta conmigo misma, que tengo presente a Oxford Collapse, Crystal Castle, neon neon, of Montreal, pete and the pirates, last sadow puppets, teenagers, ladyhawke, gutter twins, one day as a lion, okkervil river, deerhunter, TVOTR, Damien Jurado y me dejo muchos otros más seguro pero ya surgirán cuando a mi memoria le apetezca. Y que no soy capaz de enumerar una lista completa o simplemente no me da la gana.
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