Sin Dakar por primera vez en toda mi vida…
Los primeros días de cada año se suceden de un modo siempre similar. Tenemos los saltos del uno de enero, el concierto de año nuevo, la primera resaca del año, el primer madrugón, la cabalgata de los Reyes Magos y el Dakar… estos días están estaban llenos de pequeños rituales ajenos y propios que se repiten con cierta exactitud año tras año.
Y entre ellos el Dakar me parecía especialmente entrañable… Esas carreras por las dunas, Marruecos, Mauritania, Malí, Senegal, esos inconfundibles paisajes africanos tan cautivadores, esas ostias con los coches, motos y camiones… pero sobre todo la llegada a Lago Rosa… en fin…
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