viernes, enero 30, 2009

Ruido!

Mucho ruido, y más aun si eso es posible. Eso es lo que me pide el cuerpo y lo que domina mis días. Quizás es que simplemente me pasé de dosis y mi cuerpo adicto tan solo me reclama más, siempre más, siempre insatisfecho. Y no es una queja, que la culpa es mía, por ser tan benévola y tener tan poca fuerza de voluntad. Que quieres más? Pues toma ración doble. Y así ando, con déficit de sueño, algo despistada y muy cansada (eso no es solo por el ruido, sino también por mi propia naturaleza nocturna, y los partidos del open a horas intempestivas, y el mucho trabajo que me ha venido a coincidir estos días precisamente). Tanto ruido que hoy he empezado la desintoxicación. Me he dicho que hoy nada de nada, de ruido vaya, que en exceso puede ser malo, que hoy me apetece volver a oírme el alma, auque lo único que esta diga sea ‘quiero más ruido’.
Si Animal collective no hubiera cancelado su concierto hubiera sido demasiado perfecto o demasiado bonito o demasiado divertido o simplemente demasiado aunque sea de las que opine que nunca es demasiado. El concierto del sábado estuvo bien, lo que me ocurrió es que quizás fui de más a menos, pero tan solo porque mi relación con la música de los raveonettes siempre fue algo mas fría que con la de soft pack. El domingo fue increíble, un the Smell lleno (y haciendo honor a su nombre) rindiéndose por completo ante No Age y Abe Vigoda sobre todo, ya que fueron los que ejercieron a mi juicio de auténtico reclamo. Del resto vi a unas Mika Miko a destajo y la sorpresa, al menos para mi, sin duda Wavves, ya que no lo conocía y me gustó bastante. Resulta que a este tipo con algo de pinta de niñato, lo llaman el No age Jr pero a mi me da que ni tanto ni tan poco, que ni sí ni no, que cuánta razón tienen y todo lo contrario, salvando las distancias claro. No se si es que él tuvo el día bueno, o lo tenía yo o lo teníamos los dos o simplemente se alinearon los planetas, pero lo pasé muy bien y disfruté como una quinceañera. Por lo visto es uno de los que Pitchfork se lleva al próximo Primavera Sound y solo me lo perdería por un muy mal horario o por coincidencia con algún otro interesante, y creo que es mucho decir eso de alguien a quien ya has visto en directo y que de hecho acabas de conocer, pero es que me lo pasé tan bien en su concierto que me gustaría repetir. Ya sabes, quiero más! Al resto no los vi, así que a lo mejor me perdí algo más que vale la pena. Eso no lo sabremos ya. Mentiría si no dijera que me alivió un poco el que Animal Collective finalmente cancelara también el concierto del sábado y por tanto se imposibilitara su intención inicial de pasar al domingo el cancelado el viernes (problemas médicos sin especificar por lo visto), porque aunque hubiera ido encantada me hubiera hecho un flaco favor el enlazar el ruido de todo el día en the Smell con el de AC por la noche. A mitad de semana intento asentarme y atemperarme con algo de la melodía atemporal de Brian Wilson, y aunque me gustó he de reconocer que me quedó un sabor agridulce al final. Que sí, que muy bien, que cómo mola, que cómo disfruté las canciones de siempre y las nuevas pero qué imagen más desdibujada también. El concierto fue tal y como se puede esperar, y BW siguió el guión tan a la perfección que hasta parecía disfrutar de su papel, bien acompañado y arropado por una banda que le sigue, le venera, le espera, le sonríe, le mima, le arropa y le todo. Por lo demás las grandes canciones de los Beach Boys de siempre, las que te han acompañado en muchos momentos de tu vida, pero ahí, en directo cantado por el mismísimo beach boy por antonomasia, menos beach y menos boy cada día y con una voz que se va diluyendo en la edad. Fue bonito, entrañable mas bien, pero lo cierto es que esperaba haberme emocionado más de lo que lo hice (especialmente con según que canciones). Aunque mejor déjalo, no me hagas caso, tonterías mías seguramente, estuvo genial, lo disfrute y me siento afortunada por haber podido verle y todo eso.
Llego a final de semana sin baterías, desgastada y con ganas de dormir más de 5 horas y sin despertador por en medio. Y aunque el cuerpo me pide más yo me castigo y le digo que no, hoy no toca, así que le dejo en abstinencia. Hasta la próxima, claro, que ya nos vamos conociendo.