Uno de mis grandes defectos, uno entre tantos otros, es que me aburro de las cosas con relativa facilidad, y cuando eso ocurre a otra cosa sin problema ni remordimientos. Hasta ahora ha sido siempre así, cuando algo o alguien me aburre le doy carpetazo al asunto sin problemas. No soporto aburrirme, por eso siempre busco algo nuevo que me entusiasme, y por eso mismo también me llevo decepciones.
Hace solo unos días que tengo el CD de Artic Monkeys y ya lo he escuchado hasta cansarme de ellos. Al principio lo pillé con entusiasmo, normal en mi; al día siguiente ya lo había escuchado un par de veces (un par mallorquín se entiende); y ayer lo volví a escuchar con más detenimiento. He comenzado a mirar con recelo el disco tras tanto revuelo en la prensa musical de medio mundo, el NME se hace eco de su música y son aclamados como los héroes del anti- establishment y ensalzados como la última next big thing del momento por parte de toda la prensa musical inglesa. Aquí también hemos caído en algo similar (salvando las distancias con las otras islas, claro) haciéndose con la portada del mondosonoro de este mes, por poner un ejemplo.
No están mal, tiene alguna canción notable, pero no es para tanto, y además no hay nada más aburrido que la unanimidad que han provocado en la prensa y el público que ve en ellos un renacimiento del rock crítico e inteligente, en medio de tanta música de usar y tirar. Se han convertido en protagonistas de la última gran revolución de la música, el público parece haber descubierto, una vez más, la octava maravilla del rock. ¿Es para tanto? Desde luego que no. Me parece más que saludable que la gente los prefiera antes que a otros miles de productos comerciales infinitamente más detestables, pero que se les ensalce de este modo no deja de llamarme poderosamente la atención. Aunque bien es cierto que por mucho que la prensa quiera decir, queda a nuestra elección lo de decidir si esta nueva banda británica, la enésima que nos quieren vender como salvadores del mundo, realmente posee argumentos musicales como para ser merecedora de susodicho título.
La verdad es que a mi este tipo de cosas cada vez me pillan más de vuelta de todo (¿serán lo años?), lo que es cierto es que cada vez soy más escéptica en cuanto a lo que la escena musical no ofrece, y ese temor se acrecienta aun más si viene de las islas británicas. Pero como al final todo es una clara cuestión de canciones, para ser justos hay que decir que el disco no es malo, tiene canciones más que notables, concentradas al comienzo del mismo. Toda una declaración de intenciones con continuos cambios de ritmo y todo el ruido que han podido o han sabido poner en canciones rápidas y de cierta calidad. Pero a medida que avanzas en el disco, parecen caer en un mismo círculo vicioso, con un riff estándar que caracteriza las canciones y ritmos que ya no dicen nada (o al menos no dicen lo que en un principio). Es en este punto cuando llega el desconcierto y se comienza a pensar que la última next big thing no cuela; ya me conozco el asunto, lo he visto antes, y por supuesto me aburre, porque ya se como va a acabar esto.
Lo más curioso del tema a mi modo de ver es que se habla de que suenan a Oasis, y a mi me parece que nada más lejos de eso (¿de verdad habláis de Oasis? Porque entiendo las otras referencias, pero Oasis!). Lían guitarras cortantes, ecos de garaje y rock catártico que recurre a sus compañeros de viaje, Franz Ferdinand. A mi no me suena a brit pop para nada. Lo que resulta indudable es que intercalan algún más que descarado plagio a los Libertines (por cierto, ¿alguien se acuerda de lo que ocurrió con la next big thing del 2002?) con unas más que claras (insultantemente claras) referencias a los Libertines para despistar hacia el final del disco.
No dejemos engañarnos. El disco está muy bien, eso no se lo quita nadie, pero tampoco han descubierto nada nuevo. Son muy resultones y están por encima de la media, con unas cuantas canciones excelentes y otras tantas que agotan la fórmula, pero no van a salvar el mundo, es más, no son nada del otro mundo. Y si no, a ver que se dice de ellos de aquí a un tiempo.
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