Probando de mi propia medicina

Nunca he sido una persona especialmente simpática, más bien todo lo contrario. La característica que más se me resalta es la bordería de la que hago gala habitualmente (para ser más concreta, chulería y bordería). Pero a veces me esfuerzo y logro mantenerme en buena posición. Como diría alguno, se me pude sacar de casa.
Pero que borde estuvo el tio anoche!!!
Ya le veo venir, los conozco bien, tiene el mismo carácter que mi hermano Santi.
Se gustó en ese papel, se regocijó en su postureo. Solo le faltó vanagloriarse de ello. Me esforcé pero salió fatal.

Me cuestan mucho según que cosas pero anoche fui yo, no me importó incluso me apetecía. Ahora pienso que me tendría que haber quedado donde estaba. Nunca me había encontrado con tantos silencios. Los cara a cara no son mi especialidad, más bien todo lo contrario.
Ni soy especialmente simpática ni especialmente habladora, pero sí soy una persona con recursos, y cuando estoy en materia solvento bastante bien las situaciones. Hasta el momento claro. Tampoco me gusto especialmente yo cuando él aparece. No se que ocurre.
He ido a dar con un muro como el mío propio. Y pienso ahora en cuando no me esfuerzo, y en las personas con las que no maquillé mi carácter.
Ya cuando le vi me sorprendió verle, pero él se mantuvo en el lado más aséptico. Después no mejoró el asunto, más bien fue a peor.
El caso es que estoy segura de que es alguien interesante. Con un mínimo de esfuerzo logra ser alguien con quien se puede hablar más animadamente. Del mismo modo que se que seguro tiene algo más que decir.
Yo soy una tia muy fácil, dame un poco de conversación y risas y ya me has ganado.