lunes, junio 12, 2006

Un día entre el fin de semana y una semana desperdiciada de antemano. Para hoy quería algo accesible, tranquilo, fresco y tarareable. Hoy me he traído al curro Caníbal sea de Essex Green.

El fin de semana se dividió entre los “compromisos” y cosas que me apetecían. Entre lo apetecible, el concierto de Nacho Vegas que estuvo muy bien, aunque aun tengo la duda de si llegó a abrir los ojos en algún momento, del mismo modo que se que es capaz de articular palabras más allá de canciones sólo por el hecho de que le vimos hablar con la banda en alguna ocasión, no por sus concesiones a la gente allí congregada. El domingo el Acústica dejó un sabor algo agridulce, en el que pesa más la parte dulce (las bandas, la gente, el ambientillo, etc… de entre lo malo el sonido, asunto ajeno a las bandas, una pena). De lo mejor de anoche L.A., sin duda, además le acompañó el momento en el que salió (la gente aun no había comenzado a irse a casa a descansar tras el finde mientras espera la llegada del lunes, es lo que tienen los domingos). Luis nos dejó a todos casi embobados mirándole, escuchándole. De nuevo un placer.

La semana anda algo despistada y yo intento aprovechar el día de hoy, y digo bien que lo intento porque no lo logro. Mañana me voy a Barcelona en uno de esos viajes algo inútiles pero necesarios para cumplir con ciertos protocolos laborales. Vuelvo el miércoles por la noche, de modo que no será hasta el jueves cuando por fin pueda adelantar algo de nuevo. Pero los jueves mi cabeza, irremediablemente, comienza a centrarse en el fin de semana, que viene también algo cargadito (ayer me comentaron de pasarnos por el casino royale, a ver que tal este nuevo intento, y el sábado tengo rollo largo con Tonina, Elisa, Aina, Mimà y demás en Alaró).

Para el entreacto del día de hoy necesitaba algo tranquilo, con cierto tono atemporal en el que se mezcla cierto tono de alegría con dosis de melancolía. Un pop ensoñador en el que a pesar de no aportar realmente nada nuevo, cuando lo escucho parece como si nada malo pueda ocurrirme. Y eso ya es bastante.