martes, mayo 23, 2006

Mi inconsciencia llega a límites en los que jamás me imaginé. Creo que conozco a muy pocas personas tanto o más inconscientes que yo misma. Que ya es decir. Al menos lo que no creo practicar es la inconsciencia de la inconsciencia, lo mío resulta algo así como la conciencia de lo inconsciente (en contraposición de la inconsciencia consciente, que sería algo más relacionado con la realidad onírica, siempre que valga esta contradicción, que además no es ni de lejos la cuestión de hoy). Sería algo más parecido a la inconsciencia como torpeza, irreflexión, atolondramiento, distracción, irresponsabilidad, ligereza, descuido, ingenuidad, ensimismamiento…. Vendría a ser un viva la vida! mientras voy haciendo sin tener en cuenta el resto, pero no de un modo consciente. Las cosas se suceden y me suceden, y punto. No suelo medir consecuencias, ni prever si puede afectar a algo o a alguien más. Tengo muy claro eso de que cada acto tiene su consecuencia, pero parece que no lo pongo muy en práctica últimamente. La parte buena del asunto sería que lo que ves es lo hay, no hay intenciones veladas en lo que hago. Y últimamente me doy cuenta de lo claro que digo las cosas, por pura inconsciencia también, y también por eso me he llevado lo que me he llevado. Es, en cierto modo, algo bueno. Si algo bueno tiene la inconsciencia es que te permite mirar de frente a las personas. No hay dobleces, ni dobles intenciones, nada que ocultar o de lo que avergonzarte. Y el poco tiempo de sueño que soy capaz de robarle a la noche lo duermo muy tranquila. De modo que mi inconsciencia tiende a mitigarse con el hecho de decir las cosas tan claras a la cara. También se que esto se me agradece, como ayer mismo lo hicieron (aunque en otras ocasiones me tachen de borde al no maquillar las cosas, y sí, puede que sí lo sea un poco). Si me preguntas, contesto. Dime las cosas claras, que aquí la inconsciencia no me deja ver, entrever o imaginarme lo que sucede a mi alrededor. Eso sí, si quieres saber algo harás bien en preguntármelo directamente, no vaya a ser que yo no caiga en eso…