jueves, mayo 18, 2006

Otra noche de vigilia obligada.

Y ya van tres de golpe… comienzo a pensar que mis neuronas han declarado una huelga a la japonesa, y no descansan ni un instante. Y en ese esfuerzo suyo de volverme loca, con el cerebro a toda velocidad, han logrado bloquear la liberación de GABA en mi cabeza, con la insana intención de que no pegue ojo. ¡ ¡ ¡yo solo pretendo dormir!!!

Hay tíos que con un solo movimiento ganan tantos puntos como otros que no cesan en su empeño. Lo suyo fue con premeditación y alevosía, y aun así ya me va bien. No jugaba en mi terreno. Llegó, puso la música adecuada y se sentó. Punto. Eso fue todo. Le bastó y me bastó. Me pilló totalmente desprevenida (y con una resaca fumada que no me dejó reaccionar). Hay poca gente ante la que me mantenga tan callada.

El desvelo no me sienta bien. Paso por momentos de aceleración en los que voy a tope. Me dopo para (sobre)llevarlo bien, pero por la tarde me da el bajón, paso momentos malos después de comer para volverme a avivar de nuevo a media tarde. Y así un día tras otro.

El insomnio te distancia de todo; no puedes tocar nada y nada puede tocarte”

Te aísla, genera nerviosismo, fatiga mental, cansancio, entre otras muchas cosas... Se me comen los fantasmas nocturnos cuando el insomnio me mantiene sin pegar ojo, aunque procure despejar mi mente de esas obsesiones absurdas. Y durante el día, entre tanta somnolencia no atisbo las contradicciones de mi noche insomniada. No es la primera vez que me visita, va por épocas.