How did I arrive in a place like this?
Vale, lo doy por válido, son una de las bandas más interesantes del año pasado… pero… es que estoy hasta los cojones del síndrome del segundo disco!!!
Bueno, ya está aquí, de modo que ahora tan solo queda disfrutarlo, o no… ahí cada cual. Por mi parte diré lo que me parece Some loud thunder.
Hablamos de Clap your hands say yeah! por supuesto.
Este grupo con nombre de canción infantil fue muy admirado hace justo un año por su potente indie rock de carácter indefinido pero también por la, siempre peculiar, voz de su vocalista Alec Ounsworth, estridente y semi desafinada. Firmaron un debut plagado de canciones que engancharon a muchos y a mi también, por supuesto, aunque después del noqueo inicial me cansaron al poco tiempo. Se me tornaron en un grupo prescindible, dedicado a hacer canciones raras por el mismo placer de hacerlas así, jugando al desequilibrio chirriador que les sale a teatrillo de patio de colegio, y con un álbum tirando a corriente, han conseguido convencernos de que puede que no sean The next big thing, pero entretienen y eso es mucho más de lo que otros pueden decir.
Una vez introducido de algún modo el asunto puedo decir que el segundo disco es una secuela a la altura de las circunstancias. Y aquí que cada uno se lo tome como le de la gana. Si te gustó el primero creo que te gustará el segundo, aunque bien es cierto que no es exactamente lo mismo.
Some loud thunder pierde sociabilidad, en favor de variedad y complejidad. Simplemente difieren en la filosofía con la se han concebido, pero mantienen su esencia, la suciedad y distorsión por la que se inclinaron en su día y esa voz tan peculiar que es una fuente importante de distorsión ya de por si.
El disco no tiene un buen comienzo con la canción que le da título pero en seguida lo arreglan con Emily Jean Stock, de melodía lúcida arropada en una atmósfera distorsionada. Mama, won't you keep those castles in the air and burning es una canción tranquila que enamora, a la que sigue Love song no. 7, canción un tanto insulsa a primera escucha que tarda en calar, si es que lo hace. Y justo en ese momento llega el hit psicodélico Satan said dance, canción memorable, sólida y contundente (He says to me to shake around, and don't stop 'til you hit the ground). Y después como queriendo decir respira un poco nos sueltan un intermedio llamado Upon Encountering The Crippled Elephant que sin llegar a confundir no se sabe muy bien a que viene, para plantarse después con una melodía sosegadamente repetitiva con Goodbye to the Mother and the Cover. Arm and Hammer tampoco me parece gran cosa, pero como después llega Yankee Go Home lo olvido rápidamente, una gran canción con notables aspiraciones de sencillo (Yankee go home, the gas prices are getting higher, as the rain falls upon dry land, Yankee go home!). Underwater (you and me) es otra canción que me encandila sin reparos con cosas como Some songs see us sailing away. De Five easy pieces no diré mucho tampoco, tan solo que cierra el disco.
Bueno, ya está aquí, de modo que ahora tan solo queda disfrutarlo, o no… ahí cada cual. Por mi parte diré lo que me parece Some loud thunder.
Hablamos de Clap your hands say yeah! por supuesto.
Este grupo con nombre de canción infantil fue muy admirado hace justo un año por su potente indie rock de carácter indefinido pero también por la, siempre peculiar, voz de su vocalista Alec Ounsworth, estridente y semi desafinada. Firmaron un debut plagado de canciones que engancharon a muchos y a mi también, por supuesto, aunque después del noqueo inicial me cansaron al poco tiempo. Se me tornaron en un grupo prescindible, dedicado a hacer canciones raras por el mismo placer de hacerlas así, jugando al desequilibrio chirriador que les sale a teatrillo de patio de colegio, y con un álbum tirando a corriente, han conseguido convencernos de que puede que no sean The next big thing, pero entretienen y eso es mucho más de lo que otros pueden decir.
Una vez introducido de algún modo el asunto puedo decir que el segundo disco es una secuela a la altura de las circunstancias. Y aquí que cada uno se lo tome como le de la gana. Si te gustó el primero creo que te gustará el segundo, aunque bien es cierto que no es exactamente lo mismo.
Some loud thunder pierde sociabilidad, en favor de variedad y complejidad. Simplemente difieren en la filosofía con la se han concebido, pero mantienen su esencia, la suciedad y distorsión por la que se inclinaron en su día y esa voz tan peculiar que es una fuente importante de distorsión ya de por si.
El disco no tiene un buen comienzo con la canción que le da título pero en seguida lo arreglan con Emily Jean Stock, de melodía lúcida arropada en una atmósfera distorsionada. Mama, won't you keep those castles in the air and burning es una canción tranquila que enamora, a la que sigue Love song no. 7, canción un tanto insulsa a primera escucha que tarda en calar, si es que lo hace. Y justo en ese momento llega el hit psicodélico Satan said dance, canción memorable, sólida y contundente (He says to me to shake around, and don't stop 'til you hit the ground). Y después como queriendo decir respira un poco nos sueltan un intermedio llamado Upon Encountering The Crippled Elephant que sin llegar a confundir no se sabe muy bien a que viene, para plantarse después con una melodía sosegadamente repetitiva con Goodbye to the Mother and the Cover. Arm and Hammer tampoco me parece gran cosa, pero como después llega Yankee Go Home lo olvido rápidamente, una gran canción con notables aspiraciones de sencillo (Yankee go home, the gas prices are getting higher, as the rain falls upon dry land, Yankee go home!). Underwater (you and me) es otra canción que me encandila sin reparos con cosas como Some songs see us sailing away. De Five easy pieces no diré mucho tampoco, tan solo que cierra el disco.
Por lo tanto hemos quedado en que hay tres canciones memorables repartidas entre muchas otras que… bueno vale… entre otras que dan cuerpo al disco.
En definitiva un trabajo mucho más sosegado que el debut, pero manteniendo su línea particular que les dio a conocer.
En definitiva un trabajo mucho más sosegado que el debut, pero manteniendo su línea particular que les dio a conocer.
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