miércoles, julio 18, 2007

David ya no bebe

Al parecer cuenta Ryan Adams que una vez saliendo de un restaurante con una chica, la invitó a subir a su casa y ella le contestó con un “tranquilo tigre”. La expresión le entusiasmó tanto que tuvo la necesidad de llamarse a su propio contestador para dejar constancia de ella. Y todavía conserva el mensaje.
Me gusta Ryan Adams desde antes de que se llamara así, desde que lideraba los whiskeytown como David allá por mediados de los 90, con los que publicó tres álbumes (Faithless street, strangers almaniac y pneumonia). Ya en el 2000 publicó en solitario Heartbreaker, con gran éxito de crítica aunque no de ventas, pero llegó el majestuoso Gold en el 2001, algo menos country y con el que logró vender la friolera de 400 mil copias además de suponerle varias nominaciones a los grammy. Al año siguiente salió demolition en el que recopilaba canciones que no habían cabido en los anteriores y volvió a fallar en ventas. Tras ello se centró largo y tendido en la grabación de Love is hell pero la discográfica le puso problemas al encontrarlo poco comercial, a lo que ryan (David para los amigos) contestó del mejor modo posible: a las dos semanas se presentó en la discográfica con un nuevo álbum bajo el brazo. Finalmente quedaron en tablas, tu lanzas rock N roll y yo puedo sacar love is hell, eso sí tuvo que hacerlo editándolo como dos EP. Y fue finalmente entre finales de 2003 y principios de 2004 cuando salieron los tres (dos reales) discos del señorito. En 2005 se juntó de nuevo con the cardinals para editar juntos cold roses y jacksonville city nights, a finales de ese mismo año lanzó 29. Y finalmente (hasta el momento, claro) ha salido a la luz easy tiger (un titulo que me encanta). Creo que van 10, no?! En 7 años!
Tengo que reconocer varias cosas. Primero que soy una incondicional de Ryan (David para los amigos), y por lo tanto hasta de lo peor suyo hablo bien, y dos que pese a lo pensado tras las primeras escuchas tengo que admitir que este disco que hoy nos ocupa es un disco convincente y conmovedor e incluso hasta diría que suena honrado, aunque también me resulta algo lineal, que todo hay que decirlo, de música lenta, densa en el que no cabe la alegría. Reconozco que las buenas críticas hasta me han mosqueado un poco. A veces pienso que un día de resaca el señorito Adams se levantó pensando que era el mejor compositor de rock del mundo y que cualquier mierda que grababa podía ser comercializada (también es verdad que los hechos en según que casos lo corroboran, porque mira, no me pondré ahora a hablar de r’N’r… que salvo un par…).
También entiendo mejor el disco tras saber que ha estado en rehabilitación para controlar su adicción a diversas sustancias (digamos que le iba esnifar a diario heroína mezclada con coca, además de abusar del alcohol y las pastillas, vamos que no se dejaba ni una, una joya el niño, el yerno que toda madre desea). Como veis siempre redimiéndole en cierto modo, siempre como justificándole cuando no termina de convencerme, y es que es mi debilidad por si no lo había dicho ya.
He leído también algo así como que David (Ryan para el resto del mundo) ha pasado por todos los estadios por los que un artista joven puede pasar. De genio precoz con los whiskeytown, el nuevo Bob Dylan con su debut en solitario con Heartbreaker, promesa cumplida capaz de asimilar influencias del mejor modo posible con Gold, talento extremo perdido en su propio talento (love is Hell), bestia irrefrenable de piratas y resurrección epatante (Cold Roses, Jacksonville city nights, 29). Y que ahora vuelve como lo único que le queda por ser, él mismo.
Me ha gustado ese modo de verlo pero no estoy del todo convencida de que esto sea realmente él mismo, creo que sigue en el camino de encontrarse, o quizás así lo espero. Lo que está claro es que vuelve invadido de nostalgia, dispuesto a hacernos partícipes de sus desenfrenos pasados contados desde una posición cuanto menos derrotista en la que se le nota demasiado cómodo. En definitiva, una buena ración de americana en la que se ha dedicado a exponer los fantasmas del momento en trece poemas que son más individuales de lo que a priori pueda parecer. En otros momentos me parece una caricatura de si mismo… Por otra parte volver a disfrutar de su voz en nuevas canciones me parece una delicia. En más de una ocasión he explicado lo que me ocurre a mi con las voces, que me enamoro, y con la de Ryan Adams es amor auténtico, del de verdad.
Otra cosa, no deberían aparecer los cardinals en la carátula?
El disco comienza bien con Goodnight Rose para pasar a la reposada Two en la que incesantemente canta “Now it takes two, and it used to take one”, y en Everybody knowsYou and I together, but only one of us in love” , Halloweenhead me resulta siniestra aunque tenga un ritmo algo más alegre en principio, con esos versos que rezan “It's all the same old shit again, I got a halloweenhead”, o también “What the fuck's wrong with me, god i'm a halloweenhead”, Oh, my god, whatever etc… me resulta algo tediosa a pesar de un título tan magnífico, pero se le nota el tono derrotista con cosas como “And everyone tips but not enough to knock me over, and i'm so tired i just worked two shifts”, por esta parte ya rozamos eso de “me arrastro, que alguien haga algo!” como por ejemplo con tears of gold, para llegar the sun also setsI wanna know how it all works out, I had a feeling we were fading out, I didn't know that people faded out so fast, and that people faded out, when there was love enough left to fix it, but, there it is”, off brodway me resulta demasiado reposada, al igual que pearls on a string o ripp off, Two hearts es una canción que me encanta “It doesn't mean it isn't beautiful, and everyone needs company... once in a while, two hearts, one of them will break, like bad ideas on a beautiful day, two figures moving through the dark, three words, is all it takes to break your heart in two, every time she goes, I just pretend like it's not happening”, these girls tan solo me gusta, a secas, y es muy… no se... es tan… vaya, no se me ocurre otra expresión mejor que la yanky lonely-boy lament, “Well, girl sometimes i feel just like a boy, put here on this earth for you to toy around”, y por fin llegamos al majestuoso cierre del disco con I taught myself how to grow old, canción triste donde las haya con una harmónica hipnotizadora, resulta conmovedora, enternecedora, triste y vibrante, como redimiéndose de sus excesos pasados.




Creo que depende del día que tengas disfrutarás más o menos easy tiger.