Wanna grow up to be a debaser
Mi hermana Laura, después de un par de meses de espera, por fin me ha enviado fotos de sus niños, pero que no las puedo colgar aquí, pero que bueno, vale, en el otro sí pero sólo porque es un blog privado y sólo entran los amiguitos, gente de confianza, buen hacer y de familia conocida en pocas palabras, pero que a sus niños no los mira nadie. Claro. Está al corriente mi querida, y siempre sabia, hermana de la gran afluencia de este blog, dedicado para mas inri a la perversión y mal hacer de mi vida envuelta en música rock (la música del diablo) y demás historias y desviaciones mentales y no tan mentales mías. Claro. Seguro.
Así que sólo decir que voy a colgar unas fotos de mis niños, que no son míos pero como si lo fueran, que me iluminan el alma y son de lo que mejor me sonríe en esta vida, en ese otro sitio del cual muy probablemente no sepas y por supuesto no tengas password para entrar porque no eres de los amiguitos, y que el resto de contribuyentes se empeña (qué coñazo con la contraseña de las narices) en mantener a salvo como oro en paño de miradas lascivas y sucias como muy probablemente sea la tuya.
Pero que voy a colgar unas fotos de mi sobrino Yago de 7 meses y que nos ha salido rubito y de ojos verdes como su bisabuelo Pedro y como su tío Santi, sonriente a más no poder en brazos de su hermano mayor, Andrés de dos añitos con los rizos de la familia y la cara de su padre, que sale riendo a más no poder con esa sonrisa picarona de quien no puede, ni quiere, ni tiene por qué ocultar su travesura de niño inquieto. O esa otra en la que Andrés está como bailando y como aplaudiendo, feliz simplemente por estar, mientras Yago le mira alucinado sin saber muy bien de que va el asunto pero le da igual, él lo flipa con su hermano mayor convertido desde siempre en su ídolo y punto. O esa otra en la que sale mi hermana con sus dos niños en el salón de su casa perfecta de vida respetable, feliz, adiestrada y ordenada dentro de los cánones más establecidos, como Dios y la tradición mandan, faltaría más.
Pero, que nada, yo a respetar lo que me dicen, que soy muy obediente y más si me lo dice mi hermana mayor, que hay que acatar la jerarquía y para algo es ella la mayor digo yo. Que por una parte entiendo muy bien lo que dice (perfectamente) pero por otra cómo me jode y cómo está el patio oye...
Y que si cuelgo esta canción es primero porque me da la real gana, por supuesto, faltaría más que para algo aquí mando yo y solo yo, y segundo porque a Andrés de todos los discos con los que bailábamos cuando venía a mi casa (bueno, más bien bailaba yo con él en brazos y el reía y reía feliz de la jarana) este era uno de los que más le gustaba. O eso creo yo, porque, pobrecito, a su temprana edad a él sólo le gustaba el cachondeo del baile y el ruido de fondo.
Por cierto, ya saben dónde no buscarme el próximo lunes, y es que a veces el west hollywood puede ser un lugar hasta insoportablemente bullicioso...
Ah! y que de la cosa esa de la residencia del grupo en Letterman durante toda esta semana (hay que ver lo que hace la promoción!) ayer me hizo gracia esto, y es que incluso me reí con “even my family asks: are you Adam or Larry?”
Y que eso y esto es lo único que diré aquí de ellos y su nuevo disco, o esa es mi intención.
Ahora si con el grupo que le gusta a mi sobrino...
Así que sólo decir que voy a colgar unas fotos de mis niños, que no son míos pero como si lo fueran, que me iluminan el alma y son de lo que mejor me sonríe en esta vida, en ese otro sitio del cual muy probablemente no sepas y por supuesto no tengas password para entrar porque no eres de los amiguitos, y que el resto de contribuyentes se empeña (qué coñazo con la contraseña de las narices) en mantener a salvo como oro en paño de miradas lascivas y sucias como muy probablemente sea la tuya.
Pero que voy a colgar unas fotos de mi sobrino Yago de 7 meses y que nos ha salido rubito y de ojos verdes como su bisabuelo Pedro y como su tío Santi, sonriente a más no poder en brazos de su hermano mayor, Andrés de dos añitos con los rizos de la familia y la cara de su padre, que sale riendo a más no poder con esa sonrisa picarona de quien no puede, ni quiere, ni tiene por qué ocultar su travesura de niño inquieto. O esa otra en la que Andrés está como bailando y como aplaudiendo, feliz simplemente por estar, mientras Yago le mira alucinado sin saber muy bien de que va el asunto pero le da igual, él lo flipa con su hermano mayor convertido desde siempre en su ídolo y punto. O esa otra en la que sale mi hermana con sus dos niños en el salón de su casa perfecta de vida respetable, feliz, adiestrada y ordenada dentro de los cánones más establecidos, como Dios y la tradición mandan, faltaría más.
Pero, que nada, yo a respetar lo que me dicen, que soy muy obediente y más si me lo dice mi hermana mayor, que hay que acatar la jerarquía y para algo es ella la mayor digo yo. Que por una parte entiendo muy bien lo que dice (perfectamente) pero por otra cómo me jode y cómo está el patio oye...
Y que si cuelgo esta canción es primero porque me da la real gana, por supuesto, faltaría más que para algo aquí mando yo y solo yo, y segundo porque a Andrés de todos los discos con los que bailábamos cuando venía a mi casa (bueno, más bien bailaba yo con él en brazos y el reía y reía feliz de la jarana) este era uno de los que más le gustaba. O eso creo yo, porque, pobrecito, a su temprana edad a él sólo le gustaba el cachondeo del baile y el ruido de fondo.
Por cierto, ya saben dónde no buscarme el próximo lunes, y es que a veces el west hollywood puede ser un lugar hasta insoportablemente bullicioso...
Ah! y que de la cosa esa de la residencia del grupo en Letterman durante toda esta semana (hay que ver lo que hace la promoción!) ayer me hizo gracia esto, y es que incluso me reí con “even my family asks: are you Adam or Larry?”
Y que eso y esto es lo único que diré aquí de ellos y su nuevo disco, o esa es mi intención.
Ahora si con el grupo que le gusta a mi sobrino...
<< Home