sábado, abril 24, 2010

Coachella 2010, day 1: Friday, April 16th

En los confines de California existe un lugar algo extraño que no podría estar más alejado de la imagen típica del estado. Allí donde se reúnen una serie de pequeñas ciudades dispersas en medio de la nada, como ya de camino a Nevada y en donde una no sabe donde termina la civilización y empieza el desierto más árido. Para llegar allí, a la nada, sólo se puede tomar la interestatal 10, y de camino tan sólo encuentras casinos indios, clubs de alterne y gasolineras rodeadas de algún fast food. Las señalizaciones no pueden ser menos alentadoras: other desert cities.
Una de esas ciudades es Indio, que va siendo bendecida año tras año -y ya van once- por la invasión de un oasis musical durante tres días en Abril. Coachella ofrece cierta tregua a la monotonía que desoladamente arrecia sobre esa pequeña ciudad.


El camino único de llegada a Indio y su efecto de embudo inevitable en el primer día del festival hizo que tardara hasta 3 horas al desierto, y la logística ordenada y estrictamente estructurada del festival hizo que, en el embotellamiento para llegar al campo de polo y sus parking lot, perdiera hasta 40 minutos más. No me quedaba otra que tomarme con filosofía eso de perderme a los Avett Brothers, los primeros del fin de semana que se me quedaron en el camino. Para mi consuelo tonto me decía a mi misma bueno, no pasa nada, ya los vi hace un tiempo, podría ser peor. Pero sigo pensando que es una auténtica pena habérmelos perdido en el desierto.
Aun habiendo podido ver el final de Yeasayer la vaguería y cierta necesidad de posicionamiento una vez llegados al campo de polo (básicamente pillar las wristbands identificatorias +21 para poder pedir una cerveza) hizo que el primer concierto del festival fuera el de She&Him, un pop jubilosamente soleado para comenzar. M Ward y Zoey Deschanel forman una buena alianza musical. Además conocen y ponen en práctica a la perfección sus correspondientes papeles, él utiliza su talento para arropar y enmarcar la sutileza y dulzura que derrocha ella en esas deliciosas melodías. Como anécdota la versión de Chuck Berry, Roll over Beethoven. Por lo demás y tras haberlos visto ya en un par de ocasiones creo que en general no me ofrecen mucho más que aliente mi interés por ellos. Correctos, sí, dulces, alegres, emotivos y todo eso, también.



The Specials llegó después en uno de esos conciertos del día que despertaba cierto interés, aun son capaces de redefinir el ska décadas más tarde. Pero se me hizo corto voluntariamente, y es que mi deseo de ver a Gil Scott-Heron era inamovible. El poeta/genio de 60 años, proclamado como godfather of rap, vuelve a incrementar su leyenda con el álbum I´m new here tras algo más de 15 años sin sacar disco. Puede que yo me deje llevar fácilmente cuando me emociono, pero creo que este hombre debe ser una de las voces más convincentes y apremiantes de nuestro tiempo y entiendo perfectamente todo elogio que se le brinda. Cuando escuchas su voz tan imperfecta como maravillosa y magistral uno juraría que este hombre ha vivido mil vidas. “For those of you who didn’t know, I’ve been sampled. Now it’s not as painful as it sounds, but the first thing you do when you get sampled is to go home and put your own record on to make sure it sounds all right” Lo dicho, muy grande.




La súper banda de rock, Them crooked vultures, con Josh Homme, Dave Grohl y John Paul Jones nos llevó al momento de fiesta furiosa en donde eras fácilmente arrollado por el sonido. Pero, pese a todo, esta banda tiene algo que hace que no sea yo una gran fan de ellos. Sí pero no se. En Mind Eraser (No Chaser) desarrollaron un hard rock en su faceta más hipnótica, y no se te hace difícil entender que Homme admitiera durante el concierto que James Murphy de LCD Soundsystem es uno de sus artistas favoritos.

Echo and the bunnymen cayeron hasta que Murphy hiciera acto de presencia algo más tarde. No se si elegimos bien entre estos y Grizzly Bear, pero entre que a estos ya les había visto y que un festival es una cuestión de elecciones duras, me dio por pensar entre bonitas armonías y canciones más finamente trabajadas, ganando estas últimas.

Vestido en su ya usual blanco, salió James Murphy al escenario principal de Coachella agradecido y orgulloso, agradecido a Them crooked vultures por sus palabras, agradecido por la cantidad de gente que se había congregado para verle, orgulloso por poder tocar antes de Jay-Z (insistió en que nos quedásemos para verle, como si hiciera falta hacerle más publicidad al hombre). Dedicó una canción a Scott-Heron para recalcar después que en realidad no solo esa canción but many of us in the band are also dedicated to Gil Scott-Heron. Pero pese a tanto comentario dirigido a otros, el verdadero protagonista y estrella única del concierto fueron los mismos LCD Soundsystem, ofreciendo posiblemente el show más enérgico y bailable de todo el día y de un modo tan brutal que parecía querer demostrar que todo elogio era bien merecido. El nuevo trabajo de LCD Soundsystem es uno de esos discos que no he escuchado aun, de modo que mis oídos llegaban auténticamente vírgenes a sus nuevas canciones. Pero pese a lo próximo de su nuevo disco no quiso insistir en este concierto con nuevas canciones ya que tan solo cayeron unas 3 o quizás 4 de su próximo disco.



A veces hay que hacer ciertas concesiones al conjunto, de modo que por esas me vi dirigiéndome hacia el outdoor theatre en el que saldría en breve Vampire Weekend. Reconozco que con ellos me sale la vena mala, la de las malas ideas, la de la sorna, la de la guasa y la de las comparaciones tontas y pilladas con pinzas. Los chicos hacen su trabajo del mejor modo que saben, eso no se lo niego, y ritmo tienen, tampoco lo niego, pero es que una cada vez les ve más defectos, y las grietas y costuras se me ponen en evidencia claramente, alejándome así más aun de su propuesta. La cantidad de gente que congregaron fue tremenda y se escapa a mi entender. Por momentos el griterío era inaguantable. Los decibelios agudos y exaltaciones provocadas en la audiencia fueron un continuo a lo largo de todo el concierto. Insoportable. Para ser algo justa diré que ellos presentaban su segundo álbum pero lograron sonar como veteranos y que si te sigues contagiando de sus melodías lo hubieras pasado bien. Yo me reí, y es que a mi Ezra me hace gracia, pero de la mala. Ellos hicieron bien su trabajo, ofreciendo su show de un modo exuberante alimentando así a toda esa gente que les adora.



Hizo algo de viento en el desierto, y eso provocó que (además de que se disfrutara de una temperatura más llevadera) las lámparas que adornaban el set de los newyorkinos se balancearan en alguna ocasión más de lo que quizás la organización hubiera deseado. Por ello mientras el concierto tenía lugar, un operario se subió al andamiaje con el fin de realizar algún tipo de ajuste en una de ellas, o algo. Ahí estaba el hombre, intentando hacer de araña invisible ante una multitud mientras los otros seguían a lo suyo. Ello provocó una conversación tonta tal como: -te imaginas que se cae en medio del show? Y yo: sí, ji jiji… -Pero qué mala, pobre hombre! -Ah! No! Claro! No me refería al operario sino a la lámpara, me imaginé la lámpara cayendo en medio del show …y sobre Ezra! -Ja jajajaj qué mala, eso es aun peor! Lo dicho, este hombre saca algo malo en mi.



Llegaba el turno de Jay-Z y lo que para mi era en un principio otra concesión terminó siendo un auténtico goce. No negaré que soy una bocazas que tiende a dar su opinión libremente incluso sin que nadie se la pida, pero al igual que admito eso también digo que creo saber rectificarme a tiempo, o así lo intento. Jay-Z es un tipo muy grande!
Al principio mi actitud era menos amable que ante la concesión de Vampire weekend, y era más en plan si hay que estar pues se está pero tampoco es necesario dejarse llevar por la multitud con tal de acercarnos al escenario, para rematarlo con un claro ‘no necesito saber la marca de sus gafas de sol’ derrochando cierta chulería por mi parte. Lo dicho, una bocazas impertinente, porque fue comenzar el show y caer rendida a sus pies, tanto que cada vez me acercaba más al escenario, como si no fuera suficiente saber la marca de sus gafas de sol sino también la de sus calzoncillos. Mi entusiasmo hizo que llegáramos a buena fila y poder disfrutar lo más cerca posible.
Pero volviendo al principio (en mi intento de desenmascarar por partes mi tontería y prejuicio), este hombre se me antojaba como un poco de reserva o de back-up, y así me refería a él en todo momento (que si a qué hora sale el back-up, que si qué cantidad de gente que viene a ver al sustituto -he dicho ya lo impertinente que puedo llegar a ser?). Jay-Z cobró fuerza hasta confirmarse en el cartel de Coachella cuando Beastie Boys no pudieron confirmar su presencia en el desierto. La recuperación del cáncer de uno de ellos era más larga de lo inicialmente previsto y se vio truncado lo que tendría que haber sido su primera aparición tras este parón obligado encabezando triunfalmente el primer día del festival. Una no es inmune a estas cosas, y hubiera preferido mil veces a los beastie boys, y así lo hacía saber.
No era yo la única que levantó la voz crítica ante Jay-Z encabezando un festival como Coachella. El hombre no era ni mucho menos algo exclusivo ya que hacía bien poquito que había ofrecido conciertos en LA, tampoco es típicamente lo suyo para un festival como coachella más decantado a otro estilo, especialmente en su escenario principal. También hubo alguno que se recreó en comparar el final del año pasado con un apoteósico Sir Paul MacCartney, en un intento de desmerecer el de este año.
Pese a todo, finalmente yo fui suya por completo desde el minuto cero. Tengo claro que Jay-Z run Coachella. Estoy de acuerdo en que no todo el monte es orégano, pero para alguien como yo, una escéptica que pensaba en el hip hop como algo demasiado estéril y áspero, el haber encontrado un poquito ya me parece mucho.
Captó mi interés desde que en las pantallas comenzara una cuenta atrás de 10 minutos. Como hipnotizada. No se si Jay-Z es un tipo muy listo o fue simplemente casualidad, pero me decanto por lo primero, ya que la canción que abrió la cuenta atrás fue No sleep ‘till Brooklyn de los Beastie Boys, y cuando solo restaban 30 segundos sonó Live and let die, como si de un pase de antorcha u otra chulería suya más se tratase. A partir de ahí la locura comenzaba con un Jay-Z emergiendo de una plataforma en el comienzo de run this town. Para entonces yo ya estaba dentro del juego y me dejé vencer muy gustosamente hasta el final.



Entiendo perfectamente y comparto totalmente (ahora) el status de este hombre. Nos manejó a su antojo, que si ahora arriba, que si ahora para allá, y ahora para el otro lado, y ahora os freno en seco. Y todos detrás de él sin remedio. Cayendo en sus redes.


Otro momento a destacar fue cuando sonó Wonderwall de Oasis que ya fue una respuesta utilizada cuando encabezó Glastonbury 2008 (creo que uno de los Gallager entonces dijo que era un error dejar que Jay-Z encabezara un festival históricamente rockero), y ahora igualmente utilizado frente a cualquier escepticismo ante su capacidad de encabezar coachella. Se le escapaba la sonrisa, sacudía la cabeza, se mofaba de sus detractores. Este hombre tiene mucha más clase de la que yo le asumía.
Jay-Z se enfrentaba en el desierto al reto de legitimizarse asimismo como un talento respetable y una auténtica figura de la música frente al público de Coachella. 3 palabras: veni, vidi, vici. Ya podía leer los titulares, Jay-Z ascens the throne o Rap´s king, crowned podían servir. No hay duda. Poco después fue rematando la jugada al hacerse acompañar de Beyonce para cantar forever young, con fuegos artificiales incluidos.



Fue cerrando totalmente ronco ya y completamente agradecido al público. Más agradecida estaba yo, que me lo estaba pasando genial y aunque pensara en un principio que Jay-Z no tenía mucho sentido en un concierto/festival de rock, a la hora de la verdad creo que este hombre será rapero pero tiene en su espíritu y actitud un punto rockero que le hace triunfar en todo escenario al que se enfrente.