sábado, abril 22, 2006

Esta noche hemos visto el reportaje que sobre la autopista de Ibiza han hecho en Informe Semanal, reportaje que en principio estaba programado para hace unas semanas pero que salió de parrilla debido a los escándalos de Marbella. En fin, en todos lados cuecen habas que dicen, no?! Es vergonzoso que en una isla cuya mayor distancia en línea recta es de 42 Km quieran construir una autopista de esas dimensiones en la que se podrá circular a 120 Km/h. Reconozco que el trayecto entre Ibiza y San Antonio es muy malo, lo se, también se que es uno de los tramos más peligrosos de Europa en el que hay numerosos accidentes y por tanto víctimas, de hecho conozco gente que ha tenido accidentes en ese mismo tramo, pero entre una cosa y otra hay más opciones, de todas formas tampoco me apetece mucho meterme con el asunto de la implicación Matutes y todos esos rollos… Este tema siempre deriva en una extensa discusión que a veces me aturulla y sobre todo, con según quien, me compromete en cierta medida.
El jueves precisamente fui al preestreno de una película rodada en esa misma isla. La película en cuestión es AISLADOS del ibicenco David Marqués con tres únicos protagonistas, Adrià Collado entre ellos. El equipo de la película (6 personas en total) estaba en el preestreno (menos precisamente y muy a mi pesar el mismito Collado) que fue presentado por el director de un modo bastante escueto con un breve “Siempre digo que a mi no me gusta presentar las películas, a mi lo que me gusta es despedirlas” y en ese momento comenzaron unos 90 minutos de auténtica rayada. En la película, que me pareció muy buena, no ocurre realmente nada en el sentido de que no hay una trama o una historia con un inicio claro, un desarrollo y un final feliz, dentro de los límites más habituales. Simplemente son dos amigos que se reencuentran en la isla, tal y como quiere reflejar el título, aislados, en una isla a dos. El asunto se desarrolla a partir de los dos protagonistas y a base de las conversaciones entre ambos podemos retratarlos. No resulta pretencioso, ya que no son conversaciones transcendentales, más bien todo lo contrario, mucho más propio del espíritu de la isla; tiempos muertos e interminables conversaciones absurdas y sin sentido que, con un lugar más que importante en nuestra vida, producen el verdadero placer de las cosas sencillas. A lo largo de la película esas conversaciones banales sacan más que una simple sonrisa y aunque a veces los protagonistas son personajes simples rozando la tontería acabas por pillarles la gracia y te resultan hasta entrañables. A todos nos pasa eso de quemar la tarde o pasar el tiempo sin hacer nada en especial más que hablar de trivialidades y, como digo yo siempre, de este modo arreglar el mundo. Ya lo dijo David Marqués después del pase, entre amigos se habla con la tranquilidad de saber que no te están juzgando, que tu colega te conoce y no va a mal interpretarte, y de este modo se habla sin tapujos y hasta de un modo algo deslenguado. Como digo, en la película no pasa nada más que eso mismo, pasar el tiempo y dejar que la dinámica de la isla te envuelva, porque no se yo que tendrá ese aire de Ibiza, que no he encontrado en ningún otro lugar, pero que te envuelve su ociosidad contagiosa. A mi me gustó aunque entenderé si alguien me dice que a él no. Después de eso hubo fin de fiesta en el Cultura Club.

El viernes era el cumpleaños de Micky, pero no lo celebró porque se iba el sábado muy pronto por la mañana a Ibiza donde tenía un partido creo de la liguilla de ascenso, o algo así. Llevaba unas semanas sin hablar con él y realmente ya le echaba de menos. Micky es una persona que me gusta tener cerca, me gusta su modo de ver las cosas y lo bien amueblada que tiene la cabeza, igualmente es un tío muy divertido con el que me río siempre (y eso es imprescindible), además no me siento un peñazo si hablamos de música porque se que a él también le gusta, participa y aporta. Le quiero mucho y me encanta haber coincidido con él.

Pasando a otro tema descaradamente, a veces me gustaría poder estar en varios sitios al mismo tiempo. Uno de esas ocasiones fue ayer mismo en el que tenía tres “citas” ineludibles aunque al final tuve que sacrificar una de ellas.

Este viernes era la inauguración de la primera exposición de fotografía de un amigo y, por supuesto, ahí iba a estar yo. Siempre he considerado a Pepe un buen fotógrafo ya que creo que tiene la suficiente sensibilidad para sacar lo mejor de una persona, si a ello le sumamos que sabe crear buen ambiente sin casi ni proponérselo hace que la gente se sienta cómoda en un segundo, su único inconveniente es que le cuesta crearse una dinámica continuista. Me explico. Aunque a mi me gusta lo que hace y por tanto creo que es bueno parece que él no lo tiene muy claro, o por lo menos actúa como si así fuera, ya que le cuesta un poco moverse, promocionarse y salir adelante, de hecho esta exposición le ha costado mucho por eso mismo. El título de la exposición era Reflejo, y en todas las fotos jugaba a eso mismo con espejos, a veces sugerente otras veces inquietante; además de las alrededor de 20 fotografías colgadas puso una tele en la que se podían ver unas 100 más que iban pasando poco a poco para hacernos una idea del resto entre las que tuvo que elegir. En la exposición estaba su novio, al que conocí a principio de año y pesar de ser dos las veces que hemos coincidido no logro quedarme con su nombre (Juan Antonio? No lo se, no lo recuerdo), y me dio la misma impresión que la primera vez que le vi. Parece buen chaval y sobre todo parece que están muy bien juntos, que al fin y al cabo es lo importante.

Después de eso me fui corriendo, literalmente, al casal solleric donde se inauguraba, también esa misma noche, una exposición de la ilustradora Ana Juan. Me encantó. Me gustó muy mucho todo su trabajo, de hecho acabé enamorada de un par de cosas, una de ellas una pequeña escultura en madera y metacrilato. La exposición es lo suficientemente grande como para estar tranquilamente un rato largo. Han traído trabajos suyos del new Yorker, del mundo, Marie Claire y también de sus trabajos en el víbora o madriz, así como también ilustraciones de varios libros, pero una de las cosas que más me gustaron fueron un par de cuadros grandes en los que se parecía que ella veía en el lienzo la obra antes mismo de ser pintada, de ese modo la obra estaba ahí esperando ser descubierta, tal y como les ocurre a los artistas. Ella me dio la sensación de que era maja. Una exposición tan aconsejable que si tengo tiempo procuraré volver a verla más detenidamente.
Esta ilustración para la portada del new Yorker es bastante reciente. Se llama Requiem y es de septiembre del año pasado, cuando sucedió lo del huracán Katrina a su paso por Nueva orleans.
Esta otra de la derecha es de hace más tiempo, también de la portada del New Yorker, y se llama A star is born. Me ha gustado bastante la aparente simplicidad. Quien se esconde bajo un pañuelo en la cabeza y unas grandes gafas de sol, con una fria expresión inexpresiva, como atónita ante lo que ve, ante lo que su presencia produce en tanta gente reflejada en sus gafas haciendo fotos, miles de flashes que ya de por si justificarían las gafas de sol. Ha nacido una estrella.
Day
Night
Estas dos fueron de las que más me gustaron. Day and Night. Aunque está claro que pierden bastante así y hay que apreciarlas en directo, es entonces cuando se pueden valorar en su justa medida.
En la exposición me encontré con un amigo de hace tiempo ya, Nacho Gelabert. Una persona muy especial, con un gran sentimiento por el arte en general, por lo que aunque no esperaba para nada encontrármelo allí tampoco me extrañé al verle allí, más bien fue algo así como claro, no podía ser de otro modo. Nacho y yo siempre hemos conectado bastante bien, ya desde que nos conocimos cuando yo tenía tan solo 13 añitos y él era el auténtico jefe con 16 años y terror de las nenas de montesión. Vivíamos cerca, así que de camino al colegio nos esperábamos cada mañana haciendo así más llevadero el madrugón. Siempre tuvimos muy buen rollito y he de reconocer que siempre me gustó ser la “envidia” de todas las niñatas pijillas que nos encontrábamos de camino al colegio por ir con él siempre. La mayoría de veces nos despedíamos en santa Eulalia, él hacia montesión y yo hacia san francisco, pero muchas otras veces pasábamos de ir a la primera hora y desayunábamos en el moderno o en el plaza (ay! Que recuerdos aquellos!!!!). A veces en esos desayunos se nos unía un víctor alonso más auténtico aun si adulterar, tal y como lo podemos encontrar hoy en día. Siempre fuimos bastante confidentes en el sentido de que yo le contaba mis asuntos (en su mayoría tenían como protagonista a Toni) y él los suyos, que resultaban mucho más variados, diversos y numerosos. Nunca entendí varias cosas de Nacho, cosas que le daban a perder. Siempre le consideré un chico inteligente, pero no muy listo, que son cosas muy diferentes, de hecho escogía la opción de ciencias porque decía que no había que estudiar (con ir a clase de vez en cuando y con un poco de lógica le bastaba al chico) y porque el libro de biología era mas ligero que el de historia por ejemplo (de hecho lo único que llevaba siempre en las manos era eso, el libro de biología, fuera de lo que fuera el examen, pero tenía que justificarse algo en casa, por poco que fuera) cuando a él lo que realmente le gustaba eran otras cosas. Cuando terminaba el colegio yo me iba al Xaloc, que era un bar al lado de allí al lado en el que pasé muchas horas y muchas cosas. En esa época, Marta y yo, pasábamos mucho tiempo allí, de hecho Emilio el dueño nos tenía un enchufe espectacular, éramos las únicas que teníamos cuenta en el local, a nadie más fiaba, y allí pasábamos las tardes juntándonos con la gente de montesión. Nacho en cambio prefería Ca N’Angel, y a veces si coincidía me iba con él, era la pequeña, la mimada y por supuesto yo me dejaba mimar por él. Él siempre se iba por ahí hasta algo más tarde, yo tenía toque de queda, en su casa nunca había nadie, de modo que para estar solo se iba por ahí a los bares a pasar la tarde. Tampoco entendí nunca esa afición de Nacho por las niñas pijas, en especial esa atracción por Yolanda, me sorprendió cuando me dijo que se había liado con ella, era algo así como si juntáramos a Larry Mulen Jr con una petarda del nivel de Fergie (The Black Eyed Peas) por poner un ejemplo, que si estará muy buena pero no tienen ni media torta y el petardeo no se lo quita nadie. Durante otra época trabajaba en pasarela, en gomila (lo que sería ahora La Metro), y por supuesto eso significaba atención continua y copas gratis, también tengo que decir que si iba allí era por él. Creo que veía a Nacho como era en realidad, no la imagen que se había creado en ese ambiente que tufaba por todos lados. El caso es que el tiempo le quitó razones y le dio otras mucho mas interesantes a mi modo de ver, lo que ocurre es que el camino fue doloroso, para todos pero sobre todo para él. En un momento dado y tras vagar, literalmente, le dio el punto y cambió totalmente, se convirtió en el negativo de lo que había sido hasta el momento, el polo opuesto, lo contrario de lo que había sido o representado hasta entonces. Se involucró en una espiral sin sentido y sin salida, al menos para el resto menos para él. Se alejó del mundo para crearse uno propio, y se desvinculó de la mayoría de gente. Nos descolocó y preocupó mucho. A mí por lo menos me preocupaba bastante, hasta que un día me lo encontré por casualidad y nos fuimos a tomar un café y hablamos largo y tendido. El asunto esa tarde terminó con algo así como ya no me preocupas tanto pero por un momento pensé que se te había ido la olla mogollón, y un si es que al final, pitu, siempre has sido quien mejor me ha pillado el rollo. Lo dejó todo, los estudios, los amigos, la familia y se dispuso a vagar por el mundo, se puso a pintar y a buscarse la vida. A veces no comía en días, otras no se ni donde dormía, y una vez vi el estudio que un pintor le hizo el favor de dejarle, era una buhardilla pequeña, húmeda, fría con un catre donde descansar. Pero él se encontraba bien. Otras veces me lo encontré en CaNAngel, donde sabía que (sin abusar) en un momento dado Toni se portaba con él, y es que tantos años de fidelidad tienen su recompensa. Otras veces te lo encontrabas por la calle ensimismado en un mundo aparte, paralelo a este que pisa. A Nacho te lo encuentras, no quedas con él. Vive en su mundo y mejor no ponerte en medio, lo mejor es quedarte a un lado y cuando te ve se para y te sonríe, si le paras te dice me has parado el camino. Durante una época se le veía demasiado delgado, pálido y con aspecto de estar fumado todo el día. Luego me pasé cerca de un año sin saber de él, hasta que (como no) me lo volví a encontrar de casualidad. Resulta que se había ido a Berlín y que había venido por la boda de su hermano si no recuerdo mal, el caso es que ya lo vi mejor, más centrado y con mejor aspecto, me enseñó algunos de sus trabajos y me explicó la técnica que aplicaba entonces. Me gustó mucho verle de nuevo en esa ocasión. La última vez que le vi iba yo en coche y me pareció que estaba llorando. Así que cuando ayer se me acercó sonriente me alegré mucho más que bastante al verle tan bien. Vuelve a estar guapetón y parece que ha vuelto a sacar esa ironía de la que antes hacía gala. Volvimos a la complicidad de otras épocas, a nuestros guiños particulares dejando al resto aparte. Nacho tiene muchas cosas especiales, siempre lo he pensado, y ahora creo que es una versión mejorada y auténtica de si mismo, sin adulterar por la sociedad (aunque suene o tópico todos lo estamos en gran medida), él es como es al margen de modas, de coches, de casas y otros rollos generacionales que nos dan con la edad. Pero de entre todas las cosas especiales que yo le veo a Nacho, una de ellas es esa capacidad que tiene de hacerme olvidar el resto cuanto estoy con él. De repente no hay en mí convencionalismos que habitualmente me pueden invadir fácilmente, y en cuanto él se va estos vuelven.
Al final me quedé sin ver a Mando diao, que tocaban en Lloseta ese mismo viernes.

Este sábado he ido a mirar los puestecillos de los libros bajo un cielo amenazador que al parecer ha respetado hasta un momento prudencial. No he encontrado nada del otro mundo. Especialmente me han decepcionado los de la misericordia que en principio estaban destinados a libros antiguos. Sigo buscando Scaramouche de R. Sabatini para regalárselo a Tomeu. Está descatalogado y en Internet lo he encontrado en inglés, así que no me sirve para él. Después de eso, una vuelta y a casa. Que mañana hay cosas por hacer.

Estoy algo cansada y la tensión no ha remitido. No tengo ganas de seguir así pero me encuentro en horas bajas y, sobre todo, nunca me gustó darle explicaciones a nadie.
Son las 2 y se agradece que llueva un poco.
En un día como hoy lo último de Nightmares on wax es perfecto.