Un vuelo de lujo...
El otro día me enamoré perdidamente en un avión con Rockdelux de por medio…
Leo Rockdelux desde hace bastante tiempo, pero ha sido en estos últimos años cuando la he convertido en compañera de viaje. Por poner un ejemplo, el año pasado más de la mitad de las veces me la pillé en un aeropuerto, y cosas como esa hacen que ya la asocie a aeropuerto, maleta y esperas. Y esta vez no iba a ser menos.
Coincidimos entrando en el avión, y la conversación fue insustancial. Qué tal Cannes? Has pillado buen tiempo? Cuanto tiempo llevas de escala? Cosas así de banales… pero para entonces ya me pareció más que interesante (me moló, por qué no decirlo!). Ya dentro reparo con mucho gusto que estamos juntos en la fila 5 (qué pena que el vuelo sea tan corto…) y me decanté por retomar la lectura de la revista. Al poco comenzamos una conversación sobre temas más políticos, que por otra parte es algo de lo que no me gusta mucho hablar, así que aunque escuchaba atentamente tampoco alimentaba demasiado el asunto. Y como no podía ser de otro modo el tema fue escaseando hasta casi desaparecer cuando él, muy acertadamente, me pidió la Rockdelux para echarle un vistazo, cosa que no pudo hacer porque nos enfrascamos en una conversación de lo más interesante sobre música. Nos faltaba tiempo, ya aterrizábamos.
Y me enamoré perdidamente…
Probablemente me dure tan solo unos días, pero me enamoré.
Soy muy antojadiza. Y mis enamoramientos duran lo que un suspiro. Pero qué culpa tendré yo de que no terminen siendo amor verdadero o que se basen en tonterías o insustancialidades.
Leo Rockdelux desde hace bastante tiempo, pero ha sido en estos últimos años cuando la he convertido en compañera de viaje. Por poner un ejemplo, el año pasado más de la mitad de las veces me la pillé en un aeropuerto, y cosas como esa hacen que ya la asocie a aeropuerto, maleta y esperas. Y esta vez no iba a ser menos.
Coincidimos entrando en el avión, y la conversación fue insustancial. Qué tal Cannes? Has pillado buen tiempo? Cuanto tiempo llevas de escala? Cosas así de banales… pero para entonces ya me pareció más que interesante (me moló, por qué no decirlo!). Ya dentro reparo con mucho gusto que estamos juntos en la fila 5 (qué pena que el vuelo sea tan corto…) y me decanté por retomar la lectura de la revista. Al poco comenzamos una conversación sobre temas más políticos, que por otra parte es algo de lo que no me gusta mucho hablar, así que aunque escuchaba atentamente tampoco alimentaba demasiado el asunto. Y como no podía ser de otro modo el tema fue escaseando hasta casi desaparecer cuando él, muy acertadamente, me pidió la Rockdelux para echarle un vistazo, cosa que no pudo hacer porque nos enfrascamos en una conversación de lo más interesante sobre música. Nos faltaba tiempo, ya aterrizábamos.
Y me enamoré perdidamente…
Probablemente me dure tan solo unos días, pero me enamoré.
Soy muy antojadiza. Y mis enamoramientos duran lo que un suspiro. Pero qué culpa tendré yo de que no terminen siendo amor verdadero o que se basen en tonterías o insustancialidades.
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