I'm not there
Lo primero que tengo que decir sobre la película es que quizás esperaba algo más corriente, un biopic al uso si quieres. Por lo que mi gran sorpresa ha sido descubrir una película en las antípodas de la normalidad. Eso me pasa por no haber leído ni escuchado mucho ni casi nada acerca de ella, cosa que en estos momentos me alegra porque el desconcierto y confusión inicial se fueron tornando poco a poco en estupor, asombro y admiración. De lo cual se transcribe que me gustó, aunque quizás lo que más me gustó fue precisamente eso, la sorpresa que me causó, algo cada día más difícil de encontrar.
Como un puzzle Tom Haynes nos lleva hacia un extraño viaje al mundo de Bob Dylan a través de varios actores que interpretan personajes dylanescos como expresando un aspecto de la carrera de Dylan en un intento de capturar su espíritu. Así tenemos a un niño con alma de trovador que en su continua huída se alimenta de historias para después poder cantarlas, un mujeriego siempre de viaje, un músico folk reconvertido en estrella del rock, un poeta renegado, un cantante folk metido a evangelista y a un viejo fugitivo. Todos son él, y a la vez ninguno llega a serlo por completo. Durante todo el metraje se dan continuos saltos temporales lo cual podría llevar a pensar en desorden, pero quien conozca bien la obra de Dylan creo que lo disfrutará e incluso se deleitará al encontrar claras referencias escondidas en los diálogos. De modo que si no te interesa Bob Dylan mejor no pierdas el tiempo viéndola (que encima no es precisamente corta). Yo, que no soy ninguna erudita en Dylan, si que he escuchado quizás lo suficiente para pillarle el punto a la película. Creo que hay fragmentos que atraen y embaucan, otros decepcionan llegando incluso al aburrimiento, en otros momentos se dispersa en la más abstracto para después concretarse más acertadamente. Si tenemos en cuenta que su carrera es un constante cambio no podía ser de otro modo que un biopic con pretensiones novedosas y arriesgadas como el que se ha marcado Haynes resulte en un original mosaico, aunque de ritmo discontinuo, en el que a la vez te encuentras con un drama y una comedia o un documental. Como el Dylan mismo.
Como un puzzle Tom Haynes nos lleva hacia un extraño viaje al mundo de Bob Dylan a través de varios actores que interpretan personajes dylanescos como expresando un aspecto de la carrera de Dylan en un intento de capturar su espíritu. Así tenemos a un niño con alma de trovador que en su continua huída se alimenta de historias para después poder cantarlas, un mujeriego siempre de viaje, un músico folk reconvertido en estrella del rock, un poeta renegado, un cantante folk metido a evangelista y a un viejo fugitivo. Todos son él, y a la vez ninguno llega a serlo por completo. Durante todo el metraje se dan continuos saltos temporales lo cual podría llevar a pensar en desorden, pero quien conozca bien la obra de Dylan creo que lo disfrutará e incluso se deleitará al encontrar claras referencias escondidas en los diálogos. De modo que si no te interesa Bob Dylan mejor no pierdas el tiempo viéndola (que encima no es precisamente corta). Yo, que no soy ninguna erudita en Dylan, si que he escuchado quizás lo suficiente para pillarle el punto a la película. Creo que hay fragmentos que atraen y embaucan, otros decepcionan llegando incluso al aburrimiento, en otros momentos se dispersa en la más abstracto para después concretarse más acertadamente. Si tenemos en cuenta que su carrera es un constante cambio no podía ser de otro modo que un biopic con pretensiones novedosas y arriesgadas como el que se ha marcado Haynes resulte en un original mosaico, aunque de ritmo discontinuo, en el que a la vez te encuentras con un drama y una comedia o un documental. Como el Dylan mismo.
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