jueves, octubre 16, 2008

And so on and so forth

Soy de Mallorca pero no soy mallorquina. Supongo que el hecho de haber tenido una infancia nómada influyó lo suyo. Siempre era la nueva de la clase por poner un ejemplo, de modo que me acostumbré pronto a ese rol de no ser del lugar en donde me encontraba. Podría decir que no tenía más raíces que las que me proporcionaban los veraneos en la casa de mis abuelos en Portals, Villa Rosario, que hacía las funciones de paraíso aislado del resto. El único lugar al que siempre volvíamos. En casa el que tenía raíces de verdad era mi abuelo Pedro, por otra parte la única rama mallorquina que tengo. Siempre fui la de fuera, la del último sitio anterior del que venía en ese momento, pero por lo dicho el único lugar fijo en mi vida era Mallorca de modo que incluso podría haber pasado por mallorquina hasta el mismo momento en el que llegué a Mallorca. Desde entonces fui forastera sin remedio.
Ya llegué a la isla algo crecidita y, consciente de que no sería mi última parada, no me apegué de nuevo a lo nuevo que me rodeaba. Hasta que la vida con toda la socarronería posible vuelve a reírse de ti en tu cara y tu madre decide que en lugar de volver a Madrid (donde estaban sus hermanas) nos quedaremos en la isla. Para siempre. Pero, para siempre es mucho tiempo, no?! En cierto modo habíamos llegado a nuestra parada habitual. Portals, mis abuelos entre Mallorca y Madrid. No podía ser tan malo estar siempre en un mismo lugar. Me empezaba a gustar la idea. Por fin estaría donde tocaba, o al menos esto sería lo más parecido que he sentido nunca a pertenecer a algún lugar. Pero era forastera. En cualquier otro lugar soy de Mallorca menos en Mallorca.
Todo esto viene a cuento de que el otro día me preguntaron que cuánto iba a durar esta vez mi huída. Huída? Acaso crees que huyo? Sin duda, me contestó sin dudarlo ni por un momento. Ante lo cual no estoy segura de que me haya molestado más el hecho de que piense que es una huída o el que no haya dudado ni por un segundo que me voy por el simple hecho de huir. Cierto es que no es la primera vez que me voy de aquí desde que nos quedamos. En esta ocasión también es cierto que fui yo la que busqué la salida, pero nunca lo vi como una huída. O si?! No me escapo, ni esquivo nada, quizás me retiro o me ausento para perderme un rato, pero no rehúso ni eludo a nadie. Eso sí, ya tengo billete y solo de ida, de modo que a partir del día 3 de Noviembre aquí tendréis a vuestra corresponsal en California para lo que surja.