Coachella 2010, day 2: Saturday, April 17th
Al haberse cancelado el concierto de frightened Rabbit (entre otros) por el dichoso, e impronunciable, volcán islandés, pude disfrutar de una mañana más relajada. Mis intereses en el campo de polo no comenzaban hasta al menos las 3 de la tarde. No hay mal que por bien no venga y me pasé la mayor parte de la mañana en la piscina del hotel haciendo absolutamente nada. Como una reina!
No estoy muy segura de cuantas veces habré visto ya a Girls en directo, pero creo que puedo decir que he visto todas las versiones posibles del grupo (que si abriendo para otros, que si en local pequeño, que si en un club más grande, que si siendo los protagonistas únicos, que si de día en un centro comercial, que si de día en un festival, que si atolondrados, que si más centrados…) y no me canso. En esta ocasión dieron la talla de lo que se esperaba de ellos para Coachella. El hype está justificado. Hellhole ratrace será uno de mis highlights del festival. Para la anécdota un cover de los Everly Brothers.
La gente acudió en masa a la carpa en la que actuarían Beach House (fue guay, y raro, toparse con Jay-Z y señora por allí, entre la multitud, durante el concierto). Y yo, como parte de la masa, allí estaba dispuesta a dejarme marear por esos sintetizadores y esas voces de ensueño saturando la más que calurosa tarde. Lo del mareo no es broma, pero no fue culpa de la banda, ellos hicieron su trabajo y expandieron su sonido más allá de los límites de la carpa de un modo delicioso. El problema lo tuve yo solita al terminar el concierto y ya saliendo de la carpa que me dio una pájara que me tuvo unos 15 minutos sentada/tumbada intentando recuperar algo de energías.
Después de eso vi el final de Band of Skulls de lejos cómodamente sentada. Me quedo con el concierto que les vi el año pasado en LA.
Disfruté muchísimo de Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, al igual que el resto de la gente que nos congregamos alrededor del outdoor theatre, que éramos muchos. Jay-Z y Beyonce seguían vagando por el campo de polo y no quisieron perdérselo, rodeados de cierta seguridad -esta vez más evidente a su alrededor qeu antes- y no exentos de que más de uno les pidiera una foto. Edward Sharpe puso el punto mas folky y hippy a la calurosa tarde y su rollito triunfal y radiante realmente conectó con el público, que lo pasamos muy bien. Terminó con un thanks for being alive! a lo que yo contesto a ti, majete, por hacernos sentir así.
Tras tanto buen rollo venían los (algo mal rolleros) The XX. Sigo sin verles el punto a esta gente, que me aburre hasta hacerme llorar, bueno, lo de llorar es algo exagerado pero sí suplicar el irnos de allí y emigrar hacia paraderos más alentadores. En otras circunstancias más particulares aun tolero más su propuesta, pero en concierto simplemente no conecto con ellos. El minimalismo llevado a su máxima expresión hasta hacerlo demasiado fino, lineal y monótono. Creo que esta gente debería, dentro de su mismo rollito minimalista si quieres, encontrar algo más interesante que aportar. Pero es mi punto de vista y esta gente simplemente no es mi rollo.
Media hora les aguanté hasta que en otro escenario comenzaban the Dirty Projectors, de modo que pasamos de las canciones más simples a otras llenas de virtuosismo. Por allí, detrás del escenario, se pudo ver a Ezra de Vampire Weekend disfrutando del concierto (con un jersey sobre los hombros y anudado al pecho, en el desierto… cuando yo, por ejemplo, del calor en esos momentos no podía ir menos vestida porque era ilegal ya, genio y figura el tio!). Con respecto al concierto, creo que este grupo se disfruta mejor si te lo tomas como si de una carrera de obstáculos se tratase.
El concierto de Hot Chip fue otro de esos sacrificios que tuve que hacer, tan solo vi escasa media hora, ya que tenía una cita con mi adolescencia en otro escenario. Por ello tuve que dejar la gran fiesta electro pop que estaban montando. Estaba siendo muy muy divertido, y no dieron ni un solo segundo de descanso, e incluso después al alejarme de su escenario era difícil abstraerse de ellos ante la que estaban montando por allí.
La siguiente opción era Faith No More en el escenario principal, y creo que o bien mi adolescencia queda muy lejos y he crecido o soy una quisquillosa o algo pasa conmigo, ya que he leído cosas muy buenas sobre este concierto cuando a mi me dejaron la sensación de viejas glorias en un quiero pero no termino de llegar o conectar. Mike Patton parecía disfrutar mucho de si mismo en esta reunión ante un público en general más indiferente de loq eu él hubiera deseado. Fue gracioso oírle a los 40 y pico sobre la crisis de los thirty-something, I know we look like we’re 80 years old, but give us a fucking break! Durante todo el concierto fue buscando una complicidad con el público que no llegaba a corear al nivel que él hubiera esperado. Momentos como Epic bien me valieron la pena.
Diez minutos entre conciertos a veces puede parecer mucho tiempo, al menos lo es en casos como este, en el que no hay tregua alguna durante tres días. Y ese fue el tiempo que tardó en llegar el concierto de MGMT. Bueno, o más bien conciertazo. Este era otro concierto al que mis oídos llegaban completamente vírgenes de su nuevo disco, ni una sola canción había oído antes, y a diferencia del de LCD Soundsystem, MGMT se centraron bastante en presentar nuevas canciones. El segundo escenario de Coachella no fue suficiente para ellos, que bien hubieran podido merecer el principal, no sólo por la cantidad de gente congregada sino también por la calidad de sus canciones, que bien merecían un marco más grande. Thanks for letting us play, las que tú tienes, guapo, le contestaría yo.
Sigo sin haber escuchado el nuevo álbum (y ya tardo) pero creo que en él juegan a muchas cosas, sus canciones al menos me sonaron extrañas y maravillosas, nada urgentes como evitando la posibilidad de un hype. Te obligan a prestar atención, te abstraes en ellas y sólo puedes aplaudirlas cuando callan. En medio, como mucho bailarlas. Las pocas canciones que cayeron del debut fueron recibidas como merecen, y es que tan sólo cayeron las mejores, bueno, las mejores no ya que evitaron Kids, cosa que provocó que al terminar el concierto más de uno se quedara allí plantado esperando un bis o algo ya que se hace casi imposible imaginar que esa canción sea repudiada de ese modo, tan pronto. El por qué obviaron kids (con las alegrías que les ha dado) no lo se, espero que no hagan con ella lo mismo que Radiohead hizo con creep, que pasaron de repudiarla a matarla directamente.
Acabé maravillada por esta gente. Presentaban su disco sophomore, y me encontré con unos tipos muy lejos de lo que les suponía, más sólidos y aventajados. Esta gente son mucho más músicos (en todo el sentido de la palabra) de lo que tras tanto hype podría esperar de ellos. Ojalá sigan así, creciendo, por que si siguen esta trayectoria creo que nos pueden dar muchas más alegrías. Así lo espero.
Corriendo y sin tiempo para respirar fuimos a la carpa que acogía a Major Lazer, otros marcados como imprescindibles. Y vaya si lo son. Vaya viaje que se marcan estos tipos, o mejor dicho que nos marcaron -algo macarrilla, no digo yo que no, pero totalmente vitales. Is this what you want? Casi nos llevan a la autodestrucción con su propuesta dance party enérgica y seductora. Qué bien lo pasé.
Después de ese subidón no podía hacer otra cosa que vagar entre las carpas mortales del sábado noche en coachella. Y cayó lo que había mientras hacía tiempo hasta que flying Lotus hiciera acto de presencia. No se muy bien por qué lo llaman next best thing, cuando lo es ya mismo, lleva un tiempo sonando muy firmemente, no!? Sobre el papel, su propuesta electro-hip hop, o como quieras etiquetarla, no tiene puntos para atraerme, pero me vuelve loca y conecto con sus directos muy gustosamente.
De fondo sonaba Muse en el escenario principal y a mi no hacían más que molestarme a los oídos. Probablemente vuelvo a ser yo, pero a mi esta gente me resultan cada vez más ridículos, y lo peor es que me resultan unos farsantes sin remedio. Pero es cuestión de gustos, y yo reconozco que puedo ser algo susceptible.
The Dead weather fue el último concierto de la jornada, y me dejaron muy fría. Quizás eso es una de las peores cosas que alguien puede decir de tu música. No conecté con ellos, quizás venía saturada de las carpas, quizás estaba cansada, quizás… vete tú a saber.
La noche se cerró de compras, apurando y disfrutando muy mucho del record store day tranquilamente hasta la madrugada.
Y poco más que contar del sábado.
Ah! Sí! Que este año me porté bien y no morí!
<< Home