martes, agosto 07, 2007

Últimamente he tenido, o tengo mejor dicho, algún que otro problemilla con la tecnología. Después de romper relaciones casi por completo con mi mac (en estos momentos creo que le odio), tener que superar la pérdida de mi móvil, al que tuve que sustituir casi de inmediato, ahora se le suma la terrible pérdida de mi mp3.

Mientras que a todo el mundo le dio por postrarse ante ipod, yo pensaba en los defectos que le encontraba (que eran varios) y entre ellos que no tuviera radio, de modo que me pillé un creative bastante molón, con sus 6Gb (o eran 4? da igual, desde luego eran suficientes) y por supuesto su flamante radio. La radio me parecía un complemento perfecto, y un compañero ideal para esas noches de guardias tranquilas en las que estoy demasiado cansada como para leer o para seguir viajando por internet y en las que necesito algún tipo de distracción activa. Lo que más me gustaba de las madrugadas era Si amanece nos vamos de 4 a 6 en la Ser, programa más que recomendable para aquellos, obligados o voluntarios, noctámbulos.

Ahora justo antes de la última guardia antes de las vacaciones me encuentro con que también me ha dejado. Me ha abandonado. No funciona, no ha querido encenderse, no ha respondido como lo venía haciendo un tiempo a esta parte. No se que le ha podido ocurrir porque no ha sufrido, que yo sepa, percance alguno que pudiera justificar esta desgracia. Y me abandona justo en el momento en el que tocaba cambiar hospital por playa, noches por sol, te o coca cola por cervecita, vigilia obligada por siestas ensoñadas…

Quizás todo responda a un simple cambio generacional. O tan solo necesite vacaciones…