Mierda. De nuevo otra vez. Qué corto se hace lo bueno. Bueno, en fin, es lo que hay. Las vacaciones cada año son más cortas. Y yo llevo aun el ritmo holgazán. Me cuesta madrugar, de hecho creo que directamente lo odio. Para una persona noctámbula como yo, que el despertador te suene cada día (hayas o no dormido) a las 7.30h es un suplicio que me acompañará todas y cada una de las mañanas hasta el siguiente periodo estival. Hay que joderse.
En un par de días cambio el ritmo, no me duermo hasta las tantas y no me levanto hasta que el sol no está bien arriba. Invierto el orden natural del ritmo circadiano impuesto por miles de años de evolución (tanto bioquímica como social). Pero a mi no me preguntaron, me vino dado y yo prefiero otro, de modo que en cuanto puedo lo invierto.
Que jodido es currar, aunque al menos mi trabajo no me disgusta.
Del “verano” me quedo con varias cosas, entre ellas que los de siempre no se han dado cuenta aun para quien trabajan en realidad, que yankilandia está muy pero que muy lejos, qué bueno es lo último de The go! team, y sobre todo la impotencia que me produce querer estar a tu lado en estos momentos y no ser capaz de llamar…
En un par de días cambio el ritmo, no me duermo hasta las tantas y no me levanto hasta que el sol no está bien arriba. Invierto el orden natural del ritmo circadiano impuesto por miles de años de evolución (tanto bioquímica como social). Pero a mi no me preguntaron, me vino dado y yo prefiero otro, de modo que en cuanto puedo lo invierto.
Que jodido es currar, aunque al menos mi trabajo no me disgusta.
Del “verano” me quedo con varias cosas, entre ellas que los de siempre no se han dado cuenta aun para quien trabajan en realidad, que yankilandia está muy pero que muy lejos, qué bueno es lo último de The go! team, y sobre todo la impotencia que me produce querer estar a tu lado en estos momentos y no ser capaz de llamar…
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