miércoles, agosto 08, 2007

Nobody’s fault but my own


Tengo la particularidad de echar de mi lado a aquellos que me importan con una más que extraña y hasta el momento aun incomprendida actitud de ponerme borde, estúpida, o incluso ponerme a la defensiva o simplemente callarme como una tonta, otras veces lo conjugo con la ya famosa actitud del caracol, si si, esa de que si se te acercan te escondes. Y esta vez no iba a ser menos.

Pero basta de hablar de mi, no vaya a resultar algo egocéntrica… hablemos por ejemplo de otro de mis amores… (quizás el mejor de ellos porque no me abandona, no me olvida, no me reprocha y sobre todo, no me asusta) y estas vacaciones comenzarán con una banda sonora compuesta entre muchas otras cosas por Bishop allen, Animal collective, Elvis Perkins, Interpol, the go! Team, Okkervil river (ay ese Austin querido!), a parte de darle algo más de cancha a algún que otro disco que se quedó entre el estrés y el agobio propio del resto del año. Tengo ganas de dedicarme a no hacer nada más que eso mismo, nada en la más absoluta tranquilidad de mi casita, decidiendo al momento si me quedo leyendo en el sofá o si me voy a leer a mi rincón escondido (hay varias calitas en las que me escondo perfectamente camuflada de todo y de –casi- todos, y me encanta), si me pongo este cd o este otro, y sin mirar el reloj poner el ordenador en random para de este modo sorprenderme hasta de mi misma al comprobar lo que soy capaz de acumular en mi disco duro… (algún día, cuando encuentre el valor suficiente para ello, hablaré de mis guilty pleasure… que también tela!)
Por cierto mientras el gran momento de inicio de mis vacaciones se acerca (ya queda menos!) me estoy leyendo un libro tremendo, y tremendo en este caso es algo bueno, más que eso diría. Los hermanos Karamázov me ha atrapado en su primer libro (aun me quedaría otro volumen por empezar al concluir este que ahora me ocupa) pero por el momento me ha embelesado por su narrativa, su lenguaje, los personajes todos ellos repulsivos a la vez que conmovedores (fyodor, dmitri, Ivan, Alexei, Smerdiakov, Zosima…), la preparación de la catástrofe que llega de un modo inevitable, no dejan de ser interesante las reflexiones (a veces excesivamente) moralistas del narrador, hay páginas que más bien parecen discursos más que narrativa pero está tan bien expuesto que me recreo en ellas, y pese a todo ello, pese a la complejidad del libro y sus personajes está escrita de un modo tan simple, incluso sencillo de leer, que en cierto modo sorprende ya que describe caracteres y pensamientos de unos personajes complejos. Me gusta la contradicción tan bien expuesta que encuentras en sus páginas.