What would I do without you?
Al parecer he acostumbrado a él, es así. Ha debido entrar a formar parte de mi vida. Y ya no soporto otra idea, otra opción.
El caso es que cuando me desperté me encontraba tan mal que no podía dejar de pensar en ello, me sentía angustiada, incluso perdida. Y me pasé buena parte del día con ese malestar en el cuerpo, apenada pero también desazonada ya que había sido mi subconsciente el que había provocado tal situación. Y se estancaron nubarrones sobre mi cabeza en los que predominaban relámpagos e incluso se oían los truenos rugir y retumbar a modo de protesta.
No paré de darle vueltas al asunto, porque raro era desde luego, y lo comenté en el desayuno y en el primer cigarro y en el segundo y en la comida y hasta en la cena salió el tema. Todos pensaron lo mismo, excepto yo que según ellos me embauco.
Lo peor era la culpabilidad que sentía. ¿Y si le ocurriera algo ahora? Le voy a llamar a ver si está bien, pensé en el momento, no mejor no lo hago, qué tontería, pero qué le voy a decir, hola qué tal, qué tal estás, te encuentras bien? Así que no lo hice.
¿Podría vivir con ello? ¿Y por qué me ponía así? ¿Y por qué sentía ese desconsuelo? ¿Esos lagrimones? ¿Ese espantoso dolor? ¿Y por qué me enteraba de ese modo? ¿Y por qué nadie, ni yo misma, entendía bien mi reacción? ¿Y por qué no lo podía soportar? ¿Y por qué aun habiendo pasado unos días todavía me duele pensarlo?Era todo tan raro que ahora ya ni me gusta pensar mucho más en ello, precisamente por que me hace pensar…
El caso es que cuando me desperté me encontraba tan mal que no podía dejar de pensar en ello, me sentía angustiada, incluso perdida. Y me pasé buena parte del día con ese malestar en el cuerpo, apenada pero también desazonada ya que había sido mi subconsciente el que había provocado tal situación. Y se estancaron nubarrones sobre mi cabeza en los que predominaban relámpagos e incluso se oían los truenos rugir y retumbar a modo de protesta.
No paré de darle vueltas al asunto, porque raro era desde luego, y lo comenté en el desayuno y en el primer cigarro y en el segundo y en la comida y hasta en la cena salió el tema. Todos pensaron lo mismo, excepto yo que según ellos me embauco.
Lo peor era la culpabilidad que sentía. ¿Y si le ocurriera algo ahora? Le voy a llamar a ver si está bien, pensé en el momento, no mejor no lo hago, qué tontería, pero qué le voy a decir, hola qué tal, qué tal estás, te encuentras bien? Así que no lo hice.
¿Podría vivir con ello? ¿Y por qué me ponía así? ¿Y por qué sentía ese desconsuelo? ¿Esos lagrimones? ¿Ese espantoso dolor? ¿Y por qué me enteraba de ese modo? ¿Y por qué nadie, ni yo misma, entendía bien mi reacción? ¿Y por qué no lo podía soportar? ¿Y por qué aun habiendo pasado unos días todavía me duele pensarlo?Era todo tan raro que ahora ya ni me gusta pensar mucho más en ello, precisamente por que me hace pensar…
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