It might get loud
Porque no todo en LA es cine del taquillazo y flashes, y de las estrellas más mediáticas y comerciales, también hay cosas como el LAFF con propuestas más que interesantes. Largos que no tienen cabida en los pases más comerciales, cortos que simplemente no tiene espacio, videoclips musicales, películas europeas tan difíciles a veces de encontrar en los cines o películas documentales, como el caso de la que aquí hoy me ocupa. Anoche pude ver It might get loud, que así en plan rápido y básico es el documental que Davis Guggenheim hace sobre la historia de la guitarra eléctrica a través de tres guitarras míticas, la de Jimmy Page, The Edge y Jack White, con cada uno representando una época o estilo.
La película documental fue presentada en Toronto y Sundance así como en algún otro festival como este de LA. Será a partir del 14 de Agosto cuando se pueda ver en los cines, aunque no se si eso incluye los cines españoles, o si pasará lo mismo que con Control, y la proyectarán años después. Espero que no, pero eso está por ver. Cada uno de nuestros tres protagonistas, escogidos como representativos de tres generaciones bien distintas, cuentan cómo fueron creando su propio estilo en la época que les tocó vivir. Uno buscando su lugar entre el pop de los 60, como Jimmy Page (también conocido por mi sobrino Luis, de 15 años, como el puto amo y es que estoy haciendo un buen trabajo con él guiándole por el buen camino del rock), The Edge contra los solos de los 70, Jack White reivindicando ese sonido lo-fi. El asunto está montado un poco en plan reunión en la cumbre del rock, tres generaciones a priori tan diferentes concluyendo en una jam session final tras el recorrido personal por cada uno de ellos, explicando desde sus raíces musicales como fueron buscando su propio camino entre aquello que la época que les tocó vivir les parecía imponer. Como dijo Guggenheim “I just wanted to make a film about the electric guitar”, por lo visto el único plan para la película era sentarse y hablar de música. Se puede ver a un jovencísimo Jimmy Page en este video algo mítico ya (con el que todos nos habremos reído en más de una ocasión) en el que, en un programa de la televisión británica, el aun James dice querer dedicarse a la investigación biológica, que ya de por si resulta ser una profesión con una visión muy romántica pero de muy duro día a día. Finalmente mi sobrino Luis y yo, al igual que muy probablemente el resto de la humanidad (al menos aquella parte que haya escuchado/apreciado debidamente a los Yardbirds y Led Zeppelin, claro) agradecemos muy mucho que la guitarra haya ganado al laboratorio. Page se da un paseo por ese lugar sagrado que es Headley Grange, y en el montaje final vemos imágenes inéditas de la banda en el jardín durante descansos de las grabaciones. The Edge nos lleva a su escuela, allí donde conoció a un tal Paul Hewson, a Adam Clayton y Larry Muller, Jr y donde dieron su primera actuación. The Edge dice que como no sabía donde colocarse se puso a la derecha de Bono, donde se ha mantenido desde entonces. También hace una parada en NYC donde compró su primera verdadera guitarra, del mismo modo que muestra la pista en la que están grabados los primeros ensayos de Where the streets have no name. También cuenta su casi obsesivo empeño, ayudado por toda la tecnología que precise, de que de su guitarra salga aquello que suena en su cabeza. Todo este ambiente de tecnología que envuelve a The Edge contrasta con la tercera parte que le corresponde a Jack White, y en donde muestra su pasión por el sonido lo-fi así como su colección personal de música blues pre 1950, además de admitirse realmente inspirado por la música del bluesman Son House. Todo ello nos conduce en último lugar a la reunión final de los tres guitarristas por dos días en enero de 2008, en los que no hicieron más que discutir sobre música y tocar la guitarra. Podría decir perfectamente que esa reunión es un momento mágico, pero no estoy segura de querer ponerme más trascendental de lo que quizás merezca el momento, aunque bien podría hacerlo porque a mi me encantó y me magnetizó a partes iguales. Cada uno con su música y discutiendo sobre el por qué se hizo esto o aquello cuando se escribió tal canción, para finalmente terminar en una jam session. Los aplausos de los que allí estábamos irrumpieron cuando sonó esa versión de In my time of dying de los Zepp, momento en el que las personalidades tan distintas convergen de repente, tocando una misma canción pero de un modo tan sutil e intensamente diferente que llega a entusiasmar.
No hay ni que decir que es un documental de esos que se marcan como de obligado visionado para todo aquel que disfrute del sonido de la guitarra eléctrica. Un documental de música que se centra en eso, en la música, en el proceso creativo, en el sonido que sale de una guitarra eléctrica, o bueno, el que sale de tres en este caso. La relación de tres hombres y sus instrumentos. Una delicia. Me gusta eso que dice la nota de prensa, It Might Get Loud might not affect how you play guitar, but it will change how you listen. Por cierto, el cartel de la película no puede ser más bonito. Tres guitarras y tres nombres. Porque eso es lo que es la película. Música a través de esas guitarras y de la visión y versión que de ella tiene cada uno de los protagonistas.
Ah, y otra cosa, mola muy mucho como se ve a Jack White construyendo una guitarra con un trozo de madera, unos clavos, unas cuerdas y haciendo que suene con un ampli. Lo puedes ver también en el trailer.
No hay ni que decir que es un documental de esos que se marcan como de obligado visionado para todo aquel que disfrute del sonido de la guitarra eléctrica. Un documental de música que se centra en eso, en la música, en el proceso creativo, en el sonido que sale de una guitarra eléctrica, o bueno, el que sale de tres en este caso. La relación de tres hombres y sus instrumentos. Una delicia. Me gusta eso que dice la nota de prensa, It Might Get Loud might not affect how you play guitar, but it will change how you listen. Por cierto, el cartel de la película no puede ser más bonito. Tres guitarras y tres nombres. Porque eso es lo que es la película. Música a través de esas guitarras y de la visión y versión que de ella tiene cada uno de los protagonistas.
Ah, y otra cosa, mola muy mucho como se ve a Jack White construyendo una guitarra con un trozo de madera, unos clavos, unas cuerdas y haciendo que suene con un ampli. Lo puedes ver también en el trailer.
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