viernes, julio 24, 2009

The Wedge

Llevamos varios días (un par de semanas incluso) en alerta por grandes olas. Así como lo lees. Aquí también se da el parte de oleaje en la costa y así estamos estos días. Además, por lo visto, me he venido a vivir (justamente oye, mira tú qué bien!) a la playa con la ola más peligrosa de todo el sur de California, que se dice pronto pero por lo visto es verdad. Resulta que en la playa de Newport hay una rompiente que se llama the wedge, la cuña, con nombre propio y rapidez de subida tremenda. Se eleva muy rápido y forma paredes enormes que rompen con una gran fuerza, además de ser muy orillera. No negaré que también tiene algo de magnético. Por lo que me han dicho es más para bodyboard, pero siempre hay alguno que intenta hacerla en tabla, claro que la mayoría en cuanto se levanta y ya está rodando a merced de la ola. Este es el magnífico pacífico que tengo a 10 minutos de casa (nótese que no falta cierto tono de ironía de alguien que siempre ha disfrutado mucho de ese mare nostrum tranquilote, y que una cosa es quedarse sin vacaciones y otra ni poder bañarte los fines de semana). Así que ir a la playa a pegarse un bañito ha tomado para mi una connotacion algo diferente este verano, mas bien es a ver si hoy podemos bañarnos.
Volviendo a the wedge, desde el principio me pareció que meterse ahí era jugársela, porque además se juntan muchos surfistas en poco espacio (para pillar la ola bien, claro) y al final acaban todos como en una batidora. Como espectáculo entretenido en principio está bien, el problema son los incidentes que hay, que son muchos y muy variados. Los más afortunados salen magullados o tan solo sangrando un poco, otros con huesos rotos o golpes de mayor importancia, en cambio también los hay que no salen y hay que ir a por ellos. Como ha ocurrido hoy mismo.