domingo, enero 10, 2010

Que viene, que viene…

Es casi mitad de enero y eso, por aquí, significa que los rumores son más que apremiantes, y hasta asfixiantes, no terminarán de sonar nombres y más nombres (algunos con trasfondo de verdad otros tan solo en base al deseo colectivo) hasta que a finales de mes -creo- se haga finalmente público el cartel definitivo de uno de los mejores festivales de música de la costa oeste yanky. Por supuesto me refiero a Coachella.
No hablaré de los pocos ya confirmados -más que nada porque precisamente no son grupos que me entusiasmen, de modo que espero una gran mejora así como deseo que muchos de los rumores (que ya hasta agobian las ansias) sean verdad y se conforme un cartel a la altura de mis expectativas.
Por aquí todo se mira con lupa, pondré un ejemplo fácil de cómo pueden aparecer expectativas/rumores con un grupo que bien me gustaría que tocaran allí ya que son de casa y bien lo merecen.
No solo cuenta lo que está, sino también lo que no está, y muchos grupos no pueden hacer pública su actuación en el desierto hasta que no sale el cartel definitivo. Así, una pregunta sería, cómo puede ser que un grupo -que será paseado/presentado/hypeado del modo que lo va a ser por todo los usa próximamente- tenga fechas en la costa oeste pero no en LA y, es más, justo días antes del fin de semana del festival. Lo dicho, en base a eso Delorean podría bien ser uno de los grupos que conformen el cartel de Coachella 2010 (también se dice que, por fechas, los de Barcelona -ja ja- bien podrían empezar el periplo yanky en el SXSW y terminar en el valle, oficialmente su gira comienza en Houston y termina en SF, todo como muy apropiado para ello). Y así con muchos (pero muchos, muchos) otros grupos.
Los rumores son callejeros, blogosferos y bastardos, no atienden a base alguna que puedan darle cierta credibilidad, como mucho las ganas, pero como siempre pasa alguno terminará por ser cierto. Solo cuando Goldenvoice presente su cartel podremos saber si nos equivocamos o no.

Este Coachella (si el cartel mejora y es de mi agrado y si todo va bien) me lo tomaré mejor que el anterior, ya que aquel al ser el primero me pilló de algo novata en según que aspectos. Asimismo me lo tomo un poco como de regalo, como si del bonus track se tratara. No pensaba quedarme más tiempo en estas tierras pero como finalmente las cosas han sido de este modo hay que aprovecharlas como vienen, y en este caso el tener la oportunidad de asistir de nuevo a Coachella (repito, si todo va bien y el cartel así lo merece, que vete tú a saber qué ocurre después, aunque mi idea es asistir, claro).

Todo este rollo que me ha dado hoy por Coachella viene por un artículo que estaba leyendo, y que me ha gustado mucho, sobre el campo de polo en el que se celebra el festival. Hablando de él con la entidad que merece y que pocas veces se le da. Es un lugar capaz de otorgar misticismo a según que actuaciones, envolviendo la música, contextualizándola y concediéndole un halo especial difícil de conseguir por igual en cualquier otro escenario. No es sólo un lugar más, sino un lugar imprescindible ya, parte necesaria del festival confiriéndole a este una identidad y características tales que colabora, casi a partes iguales con el aspecto musical, a que el festival de Coachella sea lo que es.


Pondré aquí lo que acabo de leer, un resumen de lo que más me ha gustado, pero sin intención alguna de hacer mío lo que no es. [y por partes una traducción algo libre, por poner un ejemplo, pour their hearts out, vuelcan sus corazones, me parecía muy cursi en castellano y he escrito dándolo todo, y listo. Si lo pongo es porque sé quienes no lo leeréis en inglés por mucho que lo haya enlazado, aunque siempre mejor en vo]

El sur de California ya es un sueño (para algunos). La gente acude allí regularmente en misiones épicas de auto descubrimiento, para disfrutar del clima perfecto y ver un paisaje único. Por tanto, no debería ser una sorpresa que pueda existir un lugar tan hermoso como el campo de Polo Empire.
El Empire Polo Field está ubicado en Indio, Ca, que es prácticamente Nevada. Si bien está a tan solo un par de horas de LA, la atmósfera escénica cambia drásticamente a medida que te vas más hacia el interior. Todo se vuelve más caluroso y polvoriento. (...) Es en el momento en el que llegas al campo de polo en el que te quedas sin habla. Cuando caminas a través de la entrada te das cuenta de lo que Charlie Bucket debió haber sentido al entrar en la fábrica de Wonka.
En la distancia (y en todas las posibles direcciones) hay montañas que se dispersan en el horizonte, haciéndote más consciente de que este es el valle de Coachella. Las palmeras están dispuestas por todos los lugares, haciéndote sentir más aun como si estuvieras en el trópico.
A la caída del sol, el público entra en comunión, el cielo se torna en una gran variedad de colores mientras que se puede ver como tus bandas favoritas lo dan todo sobre el escenario.
La gente viene de la costa este, incluso alguno vuela desde Europa para asistir, pero sea de donde vengan todos se sorprenden por el lugar que se extiende ante ellos. El Empire Polo Field no es tan solo un campo, es un oasis.

Cuando compras tu entrada para el festival en el Empire Polo Field no es una experiencia de un solo momento, es una inversión de por vida. Hablando de Coachella y del estado actual de la música Perry Farrell en una ocasión dijo ‘Sólo hay fe en los eventos en vivo, y Coachella es uno de esos lugares en los que puedes poner tu fe’ En este caso si no puedes creer en el evento al que vas a asistir, al menos cree en el Empire polo field, ya que debería mantenerse verde, soleado, limpio y hermoso para toda la eternidad. Tan solo recuerda, no es el sur de California, es el paraíso.