lunes, octubre 25, 2010

Boy, we can do much more together!

Al terminar el concierto de Sufjan Stevens el sábado, pensé que este hombre es una de las cosas más bonitas que he visto en mucho tiempo.

Siempre he pensado en Sufjan como si fuera una especie de mago, o un ilusionista. Saca cosas de donde en principio no hay y te envuelve otras de un modo delicioso a pesar de ser áridas. Ahora, tras verle en concierto por primera vez en mi vida, le veo más como un encantador de serpientes o, mejor aun, como si del flautista de hamelin se tratara. Es empezar a cantar/tocar y ya estamos todos embobados como niños a su alrededor yendo hacia donde él nos quiera guiar.


Empezó con Seven swans de un modo, digamos, en cierto modo esperado en él. Se presentó como si de un niño tímido se tratase, ‘Good evening, my name is Sufjan Stevens and I’m your entertainment tonight’. Como si hiciera falta presentarse, como si no fuera consciente de todo lo que mueve a su alrededor, de lo esperado de este disco, de lo esperado de esta gira, de haber colgado el sold out las dos noches que toca en la ciudad, cosa que ya va siendo habitual allá por donde pasa. Pero ahora que le ha dado por las maquinitas en este, su trabajo más experimental hasta el momento, no iba a quedarse ahí. Inmediatamente después se quitó la camisa de niño serio y en mangas de camiseta empezó a lo que venía. El derroche de imágenes y sonidos transformaron su concierto en una instalación de arte-musical acompañando a esas canciones que nos permiten ver momentos privados de una persona sin miedo a crear libremente ni a salirse de los márgenes.



Rodeado de hasta por diez personas en el escenario, las canciones explotan con fuerza construyendo un muro de sonido sobre el que, como si de un lienzo se tratara, sufjan se dedicará a dibujar libremente. Cuando Sufjan Stevens construye un nuevo mundo para que nos enfrasquemos en él, es imposible resistirse.


Sobre-estimulación visual y auditiva que acompaña bailando como nunca antes había hecho. Su baile resulta encantador –como todo él siempre- pero también en cierto modo algo torpe (no voy a mentir por mucho que me guste el tipo este). Al principio de too much me chocó verle en las proyecciones, después ya a medida que iba soltándose más en las coreografías de baile ya le iba pillando el punto. Como a todo el espectáculo, en general, al principio puede chocar algo pero terminas entrando en el viaje que ofrece hasta llegar a donde él quiera llevarte.



Ya puede ponerse como quiera, ya puede haberse divertido con su nuevo juguetito/sintetizador, o por muy densas o imponentes o al azar que puedan sonar sus nuevas canciones, al final de lo que habla es del tema fundamental de la música. Las canciones del EP y del disco sonaron mucho más sincronizadas en directo, mostrando una sintonía clara entre ellas, ordenándolo en este viaje de desorientación y caos que ofrece. Abrumador, en el buen sentido. Resulta que, pese a todo lo mind-blowing que pueda resultar, por momentos al final todo tiene sentido. Las canciones adquieren cierto punto de soliloquio personal y confesiones privadas entre maquinitas. Al final entiendes que esas canciones son probablemente de las más personales, honestas y heartbreaking. The main theme is love.

Lo que hace especialmente irresistible en este hombre no es tan solo su encantadora voz, sino que debe ser de lso pocos músicos tan intensamente curiosos sobre lo que le rodea. Cuando se mete en un tema -ya puede ser al encontrar su musa en un estado, en dios o en un outsider- aprende todo lo que puede para convertirlo después en el vehículo de sus canciones. En esta ocasión, un corazón roto.

Hubo un par de momentos que me gustaría destacar. El primero fue cuando se puso a hablar por un momento breve del apocalipsis al hacer referencia a las imágenes previas, para acabar concluyendo con cierto aire grave, como pensando en voz alta, the end of the world is a broken heart. En otro momento, antes de get real get right, se pasó explicando la inspiración que había encontrado en la vida y obra de Royal Robertson. La historia amarga del de Louisiana, la belleza trágica de su obra han sido fundamentales para que Sufjan saliera de donde fuera que estuvo metido un cierto tiempo.



Comentó primero que le sirvió para trabajar de un modo como no lo había hecho antes, no solo por los nuevos sonidos, que también, sino en el orden o el modo con el que solía afrontar las canciones antes. Asimismo contó que Royal fue diagnosticado como esquizofrénico, pero que lo suyo era mas love sick, explicando cómo amaba a su esposa pero que tuvo que echarla de su vida ya que era un hombre tremendamente leal y, por algún motivo, le dio por pensar que esta le había sido infiel hasta tal punto que pensaba que sus 12 hijos no eran suyos. Alejar de ti a lo que amas, por traición. Se encerró en esa espiral de dolor y desesperación que lo llevó a aislarse por completo de todo y de todos, en su pena, amor, sufrimiento y arte. También habló de Dios, de ovnis, abducciones y demás asuntos que tanto obsesionaban a Royal Robertson. Un rato largo de charla contándonos cómo su enfermedad, soledad y desesperación inspiró muchas de sus imaginativas representaciones del espacio, visiones proféticas (volvió a mencionar el apocalipsis), la mitología religiosa y, como no, la destrucción. I found them to be incredibly beautiful, but incredibly tragic dijo, añadiendo que a pesar de toda la tortura, brutalidad y violencia de las pinturas, pudo apreciar en ellas cierta alegría y calor. So that’s what a lot of this material is about, if you are kind of confused.


Nuestro querido Sufjan nos hablaba abiertamente de cómo le habían roto el corazón recientemente, pudiendo ser el motivo principal de este gap entre discos, de tanta historia y rollo que ha tenido últimamente. Si un tio le rompe el corazón a Sufjan Stevens, este lo que hace es esconderse un tiempo para volver a reconstruirse, como hacemos todos. Solo que él en ese tiempo compone unas canciones sorprendentes. El resto nos limitamos a sobrevivir simplemente.



Impossible soul es el highlight del concierto con una clara energía y evolución a lo largo de los 25 minutos. La canción pasa a través de varios estilos e incluso temas, en cierto sentido las diferentes facetas del amor, el tira y afloja de una relación, incluyendo solos de guitarra, autotune y momentos espásticos hasta llegar al desenlace acústico en el que te encuentras ya sin aliento y totalmente desconcertado. No creo que existan muchos artistas capaces de acaparar el 200% de tu atención durante 25 minutos de un modo tan intenso. Si durante toda la noche sus movimientos de baile fueron en cierto modo pánfilos nunca desentonan y aquí menos, quizás porque Sufjan espolvorea su seriedad con una muy buena dosis de risas y autoironía.



Le voy a poner un par de pegas a la actuación. La ajena a él es que pusieron sillas en el teatro, de modo que el concierto fue sentado, con las ganas de bailar que te entran por momentos. La otra es que no tocara una de mis canciones preferidas, Sister. Aunque se lo voy a perdonar porque sonó mi otra gran canción de él.


En cierto modo, la actuación de Sufjan Stevens tiene un punto de renacimiento artístico de alguien que se ha sumergido en sus propias luchas y ansiedades. La idea final es liberarse de ellas. A modo de conjuro autotuneado canta it’s not so impossible!

Los nuevos sonidos electrónicos, no exentos de cierto punto cacofónico por momentos, las luces, colores y frenéticas proyecciones nos llevaron a un escenario algo apocalíptico si quieres, pero en el que la destrucción se celebra como un medio para la creación.

Canciones como las de Sufjan Stevens keep me out of therapy.


sábado, octubre 09, 2010

someone please cut the lights

A ver cómo explico lo siguiente sin que se me malinterprete o peque de algo que no quisiera. Perdona de antemano el rollo, pero mi sabida incapacidad para expresarme mejor hace que no me quede otro remedio o que no haya encontrado otro modo mejor hoy.

Te comento primero que, en farmacología, se conoce como desensibilización de receptores al proceso caracterizado por la pérdida de respuesta celular ante la acción de un ligando endógeno o exógeno. Es una respuesta homeostática de protección celular a una estimulación excesiva, ya sea crónica o aguda.

Unas consecuencias importantes de este proceso adaptativo es que daría lugar a una afinidad alterada para el ligando y el hecho de que cada vez se necesiten dosis más altas del ligando para tener el mismo efecto deseado.

El comentar que los perfiles de actuación cambian por desensibilización y en respuesta a cambios adaptativos del receptor/post-receptor, me ayudará a hacerme entender mejor lo que me ocurrió en el concierto de Arcade Fire, anoche, en su segundo show en el Shrine Auditorium de LA.


Fui el concierto bien, con ánimos y ganas, pero terminé desensibilizada por completo, y así te cuento hoy sobre ello, del modo más honesto posible. Ellos evocan a la épica y eso está bien, es divertido apelar a lo grandioso aunque termine en grandilocuencia. No consiguieron emocionarme o alterarme con todo ello. Lo pasé bien, disfruté pero no conecté tanto como hubiera deseado y, si así lo hice (aunque no a los niveles que una espera en un concierto de AF) fue aludiendo, como digo, a la épica y derroche de energía que destilan en cada canción. Por paradójico que suene, el concierto de AF no me resultó uno de esos conciertos que blow your mind y no te los puedes quitar de la cabeza aun habiendo pasado varias horas. No es de esos que provoquen ese rush interminable en el cuerpo. Es épico, sí, pero también lo buscan con ahínco, no porque surja de un modo natural.



Para la anécdota personal lo molón de encontrar este video, en el que se nos ve de refilón cuando Butler baja del escenario para su forzado y nada natural paseo entre la gente de arriba. Búscame por un segundo poco antes del 1.40. (Es lo que tiene haber comprado las entradas en presale, cuarta fila!).


Pensaba ahora, que quizás es que como la noche del jueves sufrieron contratiempos y errores varios, más de los deseados, pues la noche del viernes tan solo intentaban estar centrados para que la cosa saliera bien. Si por lo visto en la noche anterior la fuerza de su actuación consiguió maquillar sus defectos, en la segunda noche la búsqueda excesiva de cierta perfección y cuidado en el sonido les frenó algo en cuanto a la pasión que, al menos a mi, consiguieron transmitir. Yo lo sentí así. Quizás tan solo estaba desensibilizada.



Me pareció algo paradójico llevarme esa imagen de AF cuando ellos se encargan de sermonearnos sobre nuestra humanidad en un mundo cruel que la quiere dar por obsoleta. Mientras que ayer, por momentos los aprecié más automatizados que humanizados ejecutando su obra.

Reconozco que la sofistificación de esas composiciones reclama mucha atención pero el exceso de atención de la banda, que por mucho que se empeñen en saltar y moverse y bailar, están más pendientes de que todo salga perfecto que en dejarse llevar por ellas, provocó en mi cierta duda.


No te dan respiro entre canciones, eso seguro, de una te pasan a otra como queriendo mantenerte ahí arriba, donde se supone que te había dejado la canción anterior. Pero para mi gusto se les ve demasiado el plumero. Es todo como muy obvio. Creo que este grupo si peca de algo es de querer trascender siempre, y a veces en exceso. Y ese exceso de intencionalidad es lo que a mi me frena ante ellos. Quizás me esperaba algo realmente excitante, complejo, cautivador, y lo que lograron en mi fue desensibilizarme por completo.


Para la anécdota, Butler mencionó que tenía que felicitar al Barcelona por haber vencido a los NBA world champion LA Lakers. Aquí no se si me pierdo en algo o es tan solo un guiño deportivo-local con intenciones graciosas.No he encontrado videos de ese momento de anoche, pero sí del viernes y por lo visto soltó lo mismo. Justo al principio del video puedes escucharle eso de I know it’s a meaningless preseason game, but I have to give congratulations to Barcelona for beating the world champion L.A. Lakers.



En general lo pasé bien, me encantó ver a una gran banda con grandes canciones en directo. Un buen plan para un viernes, pero repito que después de eso, pues vale pues muy bien y a otra cosa. No se convirtió en el evento que fagocitara el resto de la noche, no llegó a capturar por completo la atención, tan solo un (muy) buen primer capítulo. Hay otros conciertos en los que aun después son protagonistas de la noche, no fue el caso. Una pena. Como te decía al principio, no es que no me gustara, o que la banda no lo hiciera bien, simplemente lo que consiguieron fue desensibilizarme y, por tanto, el efecto no fue el esperado.

Tienen grandísimas canciones. Esta gente firma unas cuantas de las canciones más destacables de los últimos años. Pero, aun siendo bueno, no es el mejor ni el más impresionante ni más épico ni más memorable de los conciertos que yo he visto en mi vida. A veces estas cosas simplemente pasan.

Llenar el Shrine Auditorium hasta arriba de creyentes fieles a tu causa dos días seguidos debe ser una imagen impresionante. Ante ti toda esa gente coreando tus canciones. Al terminar el concierto pensaba qué grande se debe uno sentir al provocar esa reacción en tantísima gente, y en saberse hacerles feliz con tu música.


miércoles, octubre 06, 2010

I am a lost soul, I shoot myself with rock & roll

Creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que he asistido a uno de los mejores conciertos de mi vida. Y digo eso muy segura, a pesar de que espero asistir a muchos más conciertos lo que me reste de vida. La noche del lunes Guided by Voices rocked LA.


La banda salió poco después de las 8.30pm tras unos minutos de euforia y griterío de quienes reclamábamos a unos gbv en oscuridad y estruendo (G! B! V!). Yo ya me empecé a dejar la garganta antes incluso de empezar, y es que le tenía muchas ganas a este concierto. Para mi asombro la banda no colgó el sold out, pero las tres cuartas partes de entrada en the Wiltern fueron suficientes para redondear la noche. La banda era la indicada (y esperada), el día perfecto (aunque algo lluvioso), un buen puñado de canciones rockeras anheladas desde hace tiempo y el ambientazo fue el envoltorio perfecto para disfrutar de todo ello en una noche casi perfecta. Con a salty salute comenzó el derroche de rock que se alargaría durante dos horas, y en ese momento eché en falta las luces de neón que anuncian que the club is open.



En un momento del concierto Robert Pollard soltó un we’re having a rock and roll party here tonight y si él no podía estar más acertado, yo no podía estar más de acuerdo. La banda respondió con creces a la altura de su legado, de las canciones, y el público estuvo al nivel de una banda como esta. Hubo muchos momentos en los que algún espontáneo se subió al escenario, y en todos y cada uno de ellos los seguratas fueron frenados por la banda cuando intentaban echar al individuo que se hacía con el micro o le quitaba la botella a Pollard, ellos se reían, le saludaban, le seguían el rollo y continuaban con la fiesta. Ya hacia el final del concierto fue algo exagerado cuando el escenario pasó a ser totalmente invadido de gente. Puedes ver en el video cómo al poco de comenzar Motor away empieza a subir la gente, y el segurata de rojo, que sale de detrás del escenario, es frenado rápidamente. Me imagino/invento la posible conversación: déjales, si lo estamos pasando bien.



Salieron hasta tres veces ante las llamadas de la gente al grito de G! B! V! y el estruendo montado (que montamos -me incluyo, que no me dejé nada por berrear esa noche) en gritos, palmadas y patadas al suelo (más ruido, más reclamo) fue tan tremendo que por un momento pensé que si en esos instantes había un terremoto, ahí dentro no nos enterábamos. El teatro retumbó, literalmente, por los mismos fieles que la banda había congregado 16 años después.


Creo que es el concierto más rock en el que he estado en mi vida. Creo que este es el grupo más rock que he visto nunca en directo, en muchos sentidos, no sólo musical (que también). No voy a hablar de actitud rockera, hay mucho más que eso, lo que ellos muestran no es actitud impostada, reforzada o exagerada, ellos son así, son rock and roll puro. Me los imagino fácilmente tal cual se muestran encima del escenario, sin artificios varios, en su actitud de vida, en su forma de ser.



La banda va a más a medida que avanza el tiempo sobre el escenario, y a medida que están más borrachos. Cuanto más largo pueden hacer el show, mejor sale. Puede que haya alguna cosa que no cuadrara, puede que alguna canción no fuera perfecta o puede uqe echara en falta alguna otra canción, pero la noche del lunes con el público en el bolsillo nada de eso importó. Salieron a mostrarnos que el rock and roll era eso, y que aquellos que nos vienen con intenciones de salvar el rock de nuestros días, nos venden la moto. El rock no necesita ser salvado, necesita ser tocado, expuesto, vivido. Siempre he tenido muy claro que si el rock es mi droga, yo soy politoxicómana. Pero aun hay clases, y esta ha sido de la buena.

Yo no podía ser más feliz por ver a esta gente sobre el escenario, tocando esas canciones -a 5 metros de mi!- y aparentemente pasando un buen rato por ello. Si ellos hubieran querido, hubiéramos pasado allí otras 3 horas sin problemas. Fue así de divertido.

Y nada más encenderse las luces del teatro, y dejar claro que no volverían a salir, lo primero que pensé fue ha sido la p#♪@ p@!!@, y aun hoy sigo pensando que así fue, y aun hoy se mantiene la sonrisa en mi cara por ello.

GBV son muy grandes aun con unos cuantos años más, y algo perjudicados ya. No voy a utilizar la expresión quien tuvo retuvo, ya que no es cierto aquí, ellos no salen con lo que aun retienen, ellos son así aun, y por siempre, puro rock hecho carne.



viernes, octubre 01, 2010

after the glow, the scene, the stage, the set…

Siempre que intento ser breve no lo logro, de modo que mejor no prometer nada. Y es que hoy, en contra de mi primera intención, te contaré sobre el concierto que Pavement, Sonic Youth y No Age dieron en Hollywood Bowl la noche del jueves, y ya se sabe que pasa cuando me lío.


No estoy segura de haber hablado antes del Hollywood Bowl, pero lo merece. Un anfiteatro al aire libre en la ladera de una de las colinas en pleno corazón de Hollywood. Es uno de esos lugares por los que puedes llegar a entender que haya gente que aun siga usando aquello tan cursi del marco incomparable. Su programación es de lo más variada intentando aprovechar al máximo su potencial por todos lados. Por poner un ejemplo algo antagónico a lo de hoy, este verano estuve allí viendo la ópera Carmen (he dicho alguna vez lo que me gusta a mi la ópera?).

Reconozco que el sitio es impresionante, pero una tiende a preferir las cutre venues, o en su defecto los teatrillos más modestos, pequeños y cercanos donde quizás el show pierde en espectáculo pero gana en matices. Aun así no me malinterpretes con esto, fue memorable haber visto a esta gente en el Hollywood Bowl.


Empezaban la fiesta No age a las 8pm y no se qué me pasa con esta gente que casi siempre los pillo empezados, como si mi subconsciente les tuviera cierta manía -que yo no comparto- o algo. Me encantan, pero ahora mismo mientras escribo esto solo recuerdo haberles visto comenzar un concierto tan solo en una ocasión, en The Smell. Pero también creo que porque aquella vez cerraban el concierto, que si no también me hubiera perdido el principio. Anoche fue ya algo extremo, ya que entre que comenzaban muy pronto (y puntuales!) y que tan solo tocaron escasa media hora (no creo que ni que fueran 30 minutos) fue llegar, escucharles Miner e irse. Comentario -ok, that was punk!


Sonic Youth derrocharon todo aquello que esperamos de ellos. Ruido, actitud, un buen puñado de canciones molonas (en su mayoría del Daydream nation) y una soberbia lección a muchos jovenzuelos -aun sin que fuera su intención clara, ellos simplemente son así. Una da gracias de que existan grupos así y cuando los estás viendo/disfrutando piensas que así, exactamente como lo exponen ellos, debería ser el rock. El grupo –con kim gordon presidiendo el derroche de carisma- es de esos tremendamente cool pero como sin quererlo, salen al escenario como quien pasaba por allí pero te dejan clavada en cuanto empiezan a darle al ruido. Abrieron con Candle, tocaron Shadow of a doubt (canción que me hipnotiza), the sprawl, cross the breeze, brother james, hey joni... cerraron con White Cross, simplemente genial. Comentario –I love this band, you can always count on it.



Salió Pavement comentando que era el último show -propiamente dicho- de la banda, y esa despedida marcó todo el concierto. No contaron como concierto propio el que dan junto a otros ilustres esta misma noche en Las Vegas con motivo del cumpleaños de Matador (qué mejor modo que celebrar la mayoría de edad en los USA -21- que irse a las vegas?). Fue mi tercer concierto de la banda -a cual más diferente- y al escuchar a Malkmus hablar a modo de despedida me entró por un momento una pena tremenda –sentí mucha mucha pero mucha pena- aunque inmediatamente pensé que qué tontería la mía, casi mejor así que desvanecerse por agotamiento (propio y ajeno). Pasando por esos momentos algo emotivos (dentro de las posibilidades emotivas que pueda expresar Malkmus, claro) así disfruté del concierto, encantada de estar presente en la despedida mientras por ejemplo sonaba -quizás por última vez en directo- Unfair en las Hollywood hills o una impresionante spit on a stranger, intentando disfrutar todas y cada una de las uqe fueron cayendo, como tocaba el momento.



Malkmus estaba especialmente, digamos, juguetón, en comentarios y aspavientos varios. Él es así, y supongo que nos gusta también por eso. Para la anécdota los la-la-las (o na-na-nas, según interpretación, y posterior discusión tonta) que cantó en Range life en la estrofa que nombra a smashing pumpkins.



Pavement tocó sin la tensión de la primera vez que les vi (se sabían acaso mirados con lupa en su primera aparición en los USA) y sin las ganas de petarlo, darlo todo y demostrar que podían hacerlo bien (como pasó en la redención de coachella, un grandísimo concierto), pero fueron unos pavement divertidos y en plena esencia, en estado puro. Así son, no hay más, pero tampoco menos. Un cierre oficial victorioso y a su modo. Cerrando la gira en exclamaciones irónicas para ellos más que para el resto que, como siempre han demostrado, les importan más bien poquito. Las últimas risas y adiós.

Tercer comentario de la noche –hey, look at him, he’s smiling, I mean, like enjoying, honestly not ironically!