lunes, abril 26, 2010

Coachella 2010, day 3: Sunday, April 18th

Ya está aquí, por fin llegó! Qué alegría, qué alboroto! O algo parecido pensaba yo al despertarme el último día del festival. Aun no era del todo consciente de los conflictos logísticos que tanto concierto marcado por ver me traerían después.

La primera decisión dolorosa del día llegó incluso antes de salir del hotel. Qué prefieres? Bañito en la piscina o llegar cómodamente a the soft pack? Al final ganó el chapuzón. Fue una pena lo de soft pack, con lo que me gusta esta gente, pero entre que ya les he visto otras veces, que estaban programados muy pronto y que hacía mucho -pero mucho- calor pues ganó la piscina por goleada. Aun así hicimos lo imposible para llegar al final del concierto de los de San Diego. Puede que mi cansado y acalorado cuerpo me agradeciera el baño, pero no me hubiera perdonado ni haberlo intentado.

Otros locales llegaban poco después con mucha más expectación y público. Tras haber visto a Local Natives en escenarios más menos modestos y siempre ante su público, me preguntaba cómo resultaría su propuesta en un escenario grande, y ante un público mucho más heterogéneo como el de Coachella. No hay duda, consiguieron conectar y mantener a la multitud (sí, multitud) hipnotizados de principio a fin. Por cierto, Owen Pallet fue el primer descarte, por coincidencias, en esta franja horaria.


Al comienzo de una tarde algo más apacible (el viento calmaba el calor) llegó Deerhunter para ofrecernos una banda sonora perfecta para el momento. La tarde era perezosa y supo llevarnos melódicamente por ella.

De Deerhunter a De La Soul. Matt&Kim olvidados en el camino muy gustosamente. Si querías avanzar el día del modo más funky posible, desde luego aquel escenario era la mejor de las opciones. Convirtieron el escenario grande en una auténtica fiesta bajo un sol abrasador.

Sunny day real state me pareció uno de los grandes conciertos del día. Pero no se bien si eso lo digo de un modo muy subjetivo. Tumbados en la hierba, haciendo uso de las pantallas y sin ni siquiera mover casi ni un músculo de todo el cuerpo. Así disfruté, muy mucho, del concierto de esta gente, de un modo muy placentero y especial.

What a beautiful day to play sad songs dijo Jeremy Enigk complacido en dar de nuevo vida a sus canciones mientras nosotros las disfrutábamos.


Yo la tengo fue un descarte doloroso y punzante, pero entre unos SDRE reunidos y unos YLT que ya había visto ganaron los primeros, aunque aun me mortifique por ello.


Sigo sin poder, ni querer, resistirme a Julian Casablancas. Aunque lo nuestro ya no sea el amor de hace unos meses aun me dura su hechizo. Él será siempre mucho más cool de lo que llegaremos a ser el resto de los mortales. Lo sabe, lo sabemos todos, y así se comporta. Pero no lo hace de un modo que moleste, o al menos a mi no me molesta, supongo que a alguien le tenía que tocar ser el molón de la clase. Él tan solo asume su papel. Además mantener el tipo es, a veces, muy sacrificado, y eso implica por ejemplo no ceder ni un ápice en tu imagen. A pesar de los casi 40C del desierto se presentó con la eterna cazadora de cuero. La idea que nos quiere transmitir es clara: yo soy el puto cerebro del rock de nuestros días. Y una, que está enamorada, le dice que sí a todo. Si a sus propias canciones, mejor dicho, si a las canciones que firma con su nombre le sumas que cae alguna otra de las que hizo con strokes en ese momento nada te parece mejor que eso, un placentero repaso a algunas de las mejores canciones de rock de nuestra generación.


La siguiente pregunta era Jonsi o Charlotte Gainsbourg? Al final Francia ganó a Islandia. Sin ser una gran fan de ninguno de los dos, la propuesta de charlotte era más atractiva a la voz aguda de Jonsi (que cuando se me pone en plan castrati es que no puedo con él). Además los rumores de una aparición de Beck siempre da mucho empaque -aunque al final nada de nada. Fueron unos 45 minutos muy cautivadores y francamente distinguidos.


Se acercaba la recta final y, puntual, me clavé en el escenario grande para asistir al concierto de Spoon. Qué gusto que haya grupos así. Rock and roll will save your life! Me pareció un concierto perfecto para el comienzo del anochecer, una celebración de rock sólido y disfrutable en el inicio del fin. Para la anécdota, la esperada aparición de Bradford Cox en Who makes your money, y en un intento de (digo yo) sacar el máximo partido de su actuación añadiendo algo de energía extra al final de the underdog, lanzaron el piano contra el suelo a modo de apoteosis o algo parecido. Un set ingeniosamente diseñado para dirigir su camino por ese rock con el que nos deleitan. Me gustó, y mucho, pero también admito que me pareció que se movieron por terrenos algo seguros en todo momento. Les había visto al presentar disco en El Cid y, entonces, me dio la sensación de que mordieron algo más que en el escenario grande de coachella (probablemente la máxima audiencia a la que se habían enfrentado nunca hasta el momento).



Quedaba casi media hora para que Pavement saliera al escenario, y en esos momentos Phoenix ya habían hecho acto de presencia en el outdoor theatre, pero yo preferí sentarme cómodamente y dejar pasar el tiempo allí. Los franceses no me valen -ni de lejos- una carrera para verles por media horita y de bastante lejos, ya que la cantidad de gente aglutinada a su alrededor era tremenda y yo no pensaba perderme a Malkmus y compañía. Simplemente no me vale la pena.

Sí que es cierto que no había tanta gente durante el concierto de los californianos en el escenario grande, pero no se hasta qué punto fue por culpa directa de Phoenix, como he leído en todos lados. Me explico. Phoenix terminaba a las 8 en punto, Pavement salió a las 7.45. Los yankies otras cosas no, pero en logística cumplen. De modo que la coincidencia de tiempo fue bastante poca y, si querías ver a unos, los otros no eran tal problema. Otra cosa es que la gente, después de Phoenix, aprovechara el tiempo del concierto de Pavement para cenar algo y hacerse sitio en el escenario en el que más tarde (y una vez más que terminado el de Pavement) tocaría Thom Yorke????/Atoms for peace (le voy a llamar así, por lo visto él exigió los interrogantes al anunciarse su actuación, para después cambiarse por los átomos).


Para alguien como yo, que tiene en la consideración que tiene a este grupo, ver a Pavement supone poner mucho más en juego que una simple hora de tu vida. Es evocar muchas cosas más, muchos sentimientos y expectativas creadas desde hace tanto, tantísimo tiempo, que hasta no sabes si haces bien en acudir a su concierto y ponerlas sobre la mesa. Si Malkmus tiene el día tonto el único que sale perdiendo eres tú.

Yo ya jugaba a cierto caballo ganador ya que el previo ya me había bastado. Pero aun así, un concierto de Pavement en el anochecer del desierto puede ser, por contextualización, una apelación suprema, un flashback auditivo, con todos los recuerdos, los sonidos, las palabras, los entusiasmos y exaltaciones, el sufrimiento creciente y aparentemente interminable, el corazón resquebrajado pero aun tan bravo que es imposible olvidarse de uno mismo. La ironía como única arma posible. Y ante todo ello acudes con cierto temor impotente ante la posible decepción.

Afortunadamente Malkmus quiso y Pavement ofreció un concierto muy grande, incluso creo que hasta mejor que el warm up show. Más corto, sí, pero quizás más intenso. Al principio yo tuve mis dudas, más que nada porque cuando oyes a Malkmus soltar algo así como thanks for coming to see us… well… whatever… you are here anyway! piensas que hoy tiene ganas de reírse de ti. Nada más lejos de la realidad. En una palabra, perfecto. Recordaré este concierto siempre porque this was fucking Pavement en estado puro.


Me da a mi que la actuación tenía un punto redentor, ya que hace 11 años, cuando la banda estando ya rota aun giraba, dieron un espectáculo auténticamente lamentable en Coachella. Los videos están ahí para ser vistos.

Este concierto hizo de una banda que nunca fue gloriosa, algo que seguro se recordará durante años por esta actuación. Llegaron al desierto para hacerlo bien esta vez. De nuevo cerrando el círculo. Dándole a la gente y a las canciones lo que merecen, respeto. Leí sobre esto algo así como welcome to indie rock 2.0, where it’s cool to care. Y no podía estar más de acuerdo. Querían dar un buen concierto, querían hacerlo bien, les importaba, y sonaron más profesionales. Fueron Pavement como imaginábamos que podían ser. O como dijo Malkmus después de Unfair, that was basically the ‘90s in one song. Pretty much, anyway. Sort of.




Después de eso, del subidón corto pero intenso de Pavement, ya me daba bastante igual lo que viniera, ya nada podía quitarme la sonrisa de la cara.

De lejos cayó Thom Yorke????/Atoms for peace, pero sentada y a lo lejos haciendo uso de las pantallas y la noche. Thom Yorke fue recibido como el bienhechor, el redentor, salvador o directamente el mesías. Esa era la atmósfera que se respiraba ante él. En mi caso, creo tener muy claro donde está la diferencia entre Radiohead y Thom Yorke. Esa diferencia se llama Jonny Greenwood, y creo que Radiohead es lo que es por el talento de ambos juntos, como si de una buena química se tratase. Puede que esté equivocada, pero tiendo a pensar así. No conecto tanto con Thom Yorke y su eraser. Porque los Atoms for peace podrá tener a Flea, Nigel Godrich, Joey Waronker y Mauro Refosco, y presentarse a modo de súper grupo, pero hasta el momento es Thom Yorke, a falta de definirse más. El tiempo lo dirá. Para ser justos diré que disfruté del concierto, pero muy tranquilamente. Como bien anunció cayó every song of eraser and then some mad shit, o lo que es lo mismo alguna versión y un par de Radiohead como everything in its right place al piano.



Gorillaz cerraban Coachella con su propuesta, más espectáculo audiovisual que concierto en si mismo. No me parece mal como final de fiesta. Lo único es que quizás me esperaba más juego audiovisual propiamente dicho, pero creo que fueron mis altas expectativas. Damon Albarn es un tipo muy listo y un músico bastante solvente que sabe reinventarse haciendo lo que le da la gana y además divirtiéndose. Al poco de sacar el disco leía algo así como que puede que Oasis ganaran la batalla (la del brit pop) pero que la guerra, por entera, era de Damon Albarn. Y la verdad es que tiene razón.

Probablemente el 99% de la gente estaba allí viendo este concierto (el 1% restante debía estar viendo a sly stone). Pantallas tremendas, juegos visuales y de luces -hasta 5 personas se subieron al andamiaje antes del concierto y allí se mantuvieron para que ello fuera posible. Un espectáculo bastante recomendable. Sobre el escenario, además de Albarn, Mick Jones, Paul Simonon, Bobby Womack (probablemente el highlight del concierto), DeLaSoul, Little Dragon…y así hasta 14 o incluso más. Albarn es un auténtico director de orquesta, inspirador y generoso, al servicio de las canciones, del espectáculo y de sus compañeros de viaje.

Cuando escuchas en directo, con todo el acompañamiento, eso de welcome to the world of the plastic beach entiendes perfectamente lo que te está diciendo y dónde te estás metiendo. Una experiencia audiovisual totalmente recomendable.





domingo, abril 25, 2010

Coachella 2010, day 2: Saturday, April 17th

Al haberse cancelado el concierto de frightened Rabbit (entre otros) por el dichoso, e impronunciable, volcán islandés, pude disfrutar de una mañana más relajada. Mis intereses en el campo de polo no comenzaban hasta al menos las 3 de la tarde. No hay mal que por bien no venga y me pasé la mayor parte de la mañana en la piscina del hotel haciendo absolutamente nada. Como una reina!

No estoy muy segura de cuantas veces habré visto ya a Girls en directo, pero creo que puedo decir que he visto todas las versiones posibles del grupo (que si abriendo para otros, que si en local pequeño, que si en un club más grande, que si siendo los protagonistas únicos, que si de día en un centro comercial, que si de día en un festival, que si atolondrados, que si más centrados…) y no me canso. En esta ocasión dieron la talla de lo que se esperaba de ellos para Coachella. El hype está justificado. Hellhole ratrace será uno de mis highlights del festival. Para la anécdota un cover de los Everly Brothers.



La gente acudió en masa a la carpa en la que actuarían Beach House (fue guay, y raro, toparse con Jay-Z y señora por allí, entre la multitud, durante el concierto). Y yo, como parte de la masa, allí estaba dispuesta a dejarme marear por esos sintetizadores y esas voces de ensueño saturando la más que calurosa tarde. Lo del mareo no es broma, pero no fue culpa de la banda, ellos hicieron su trabajo y expandieron su sonido más allá de los límites de la carpa de un modo delicioso. El problema lo tuve yo solita al terminar el concierto y ya saliendo de la carpa que me dio una pájara que me tuvo unos 15 minutos sentada/tumbada intentando recuperar algo de energías.


Después de eso vi el final de Band of Skulls de lejos cómodamente sentada. Me quedo con el concierto que les vi el año pasado en LA.

Disfruté muchísimo de Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, al igual que el resto de la gente que nos congregamos alrededor del outdoor theatre, que éramos muchos. Jay-Z y Beyonce seguían vagando por el campo de polo y no quisieron perdérselo, rodeados de cierta seguridad -esta vez más evidente a su alrededor qeu antes- y no exentos de que más de uno les pidiera una foto. Edward Sharpe puso el punto mas folky y hippy a la calurosa tarde y su rollito triunfal y radiante realmente conectó con el público, que lo pasamos muy bien. Terminó con un thanks for being alive! a lo que yo contesto a ti, majete, por hacernos sentir así.



Tras tanto buen rollo venían los (algo mal rolleros) The XX. Sigo sin verles el punto a esta gente, que me aburre hasta hacerme llorar, bueno, lo de llorar es algo exagerado pero sí suplicar el irnos de allí y emigrar hacia paraderos más alentadores. En otras circunstancias más particulares aun tolero más su propuesta, pero en concierto simplemente no conecto con ellos. El minimalismo llevado a su máxima expresión hasta hacerlo demasiado fino, lineal y monótono. Creo que esta gente debería, dentro de su mismo rollito minimalista si quieres, encontrar algo más interesante que aportar. Pero es mi punto de vista y esta gente simplemente no es mi rollo.


Media hora les aguanté hasta que en otro escenario comenzaban the Dirty Projectors, de modo que pasamos de las canciones más simples a otras llenas de virtuosismo. Por allí, detrás del escenario, se pudo ver a Ezra de Vampire Weekend disfrutando del concierto (con un jersey sobre los hombros y anudado al pecho, en el desierto… cuando yo, por ejemplo, del calor en esos momentos no podía ir menos vestida porque era ilegal ya, genio y figura el tio!). Con respecto al concierto, creo que este grupo se disfruta mejor si te lo tomas como si de una carrera de obstáculos se tratase.


El concierto de Hot Chip fue otro de esos sacrificios que tuve que hacer, tan solo vi escasa media hora, ya que tenía una cita con mi adolescencia en otro escenario. Por ello tuve que dejar la gran fiesta electro pop que estaban montando. Estaba siendo muy muy divertido, y no dieron ni un solo segundo de descanso, e incluso después al alejarme de su escenario era difícil abstraerse de ellos ante la que estaban montando por allí.

La siguiente opción era Faith No More en el escenario principal, y creo que o bien mi adolescencia queda muy lejos y he crecido o soy una quisquillosa o algo pasa conmigo, ya que he leído cosas muy buenas sobre este concierto cuando a mi me dejaron la sensación de viejas glorias en un quiero pero no termino de llegar o conectar. Mike Patton parecía disfrutar mucho de si mismo en esta reunión ante un público en general más indiferente de loq eu él hubiera deseado. Fue gracioso oírle a los 40 y pico sobre la crisis de los thirty-something, I know we look like we’re 80 years old, but give us a fucking break! Durante todo el concierto fue buscando una complicidad con el público que no llegaba a corear al nivel que él hubiera esperado. Momentos como Epic bien me valieron la pena.




Diez minutos entre conciertos a veces puede parecer mucho tiempo, al menos lo es en casos como este, en el que no hay tregua alguna durante tres días. Y ese fue el tiempo que tardó en llegar el concierto de MGMT. Bueno, o más bien conciertazo. Este era otro concierto al que mis oídos llegaban completamente vírgenes de su nuevo disco, ni una sola canción había oído antes, y a diferencia del de LCD Soundsystem, MGMT se centraron bastante en presentar nuevas canciones. El segundo escenario de Coachella no fue suficiente para ellos, que bien hubieran podido merecer el principal, no sólo por la cantidad de gente congregada sino también por la calidad de sus canciones, que bien merecían un marco más grande. Thanks for letting us play, las que tú tienes, guapo, le contestaría yo.

Sigo sin haber escuchado el nuevo álbum (y ya tardo) pero creo que en él juegan a muchas cosas, sus canciones al menos me sonaron extrañas y maravillosas, nada urgentes como evitando la posibilidad de un hype. Te obligan a prestar atención, te abstraes en ellas y sólo puedes aplaudirlas cuando callan. En medio, como mucho bailarlas. Las pocas canciones que cayeron del debut fueron recibidas como merecen, y es que tan sólo cayeron las mejores, bueno, las mejores no ya que evitaron Kids, cosa que provocó que al terminar el concierto más de uno se quedara allí plantado esperando un bis o algo ya que se hace casi imposible imaginar que esa canción sea repudiada de ese modo, tan pronto. El por qué obviaron kids (con las alegrías que les ha dado) no lo se, espero que no hagan con ella lo mismo que Radiohead hizo con creep, que pasaron de repudiarla a matarla directamente.

Acabé maravillada por esta gente. Presentaban su disco sophomore, y me encontré con unos tipos muy lejos de lo que les suponía, más sólidos y aventajados. Esta gente son mucho más músicos (en todo el sentido de la palabra) de lo que tras tanto hype podría esperar de ellos. Ojalá sigan así, creciendo, por que si siguen esta trayectoria creo que nos pueden dar muchas más alegrías. Así lo espero.


Corriendo y sin tiempo para respirar fuimos a la carpa que acogía a Major Lazer, otros marcados como imprescindibles. Y vaya si lo son. Vaya viaje que se marcan estos tipos, o mejor dicho que nos marcaron -algo macarrilla, no digo yo que no, pero totalmente vitales. Is this what you want? Casi nos llevan a la autodestrucción con su propuesta dance party enérgica y seductora. Qué bien lo pasé.


Después de ese subidón no podía hacer otra cosa que vagar entre las carpas mortales del sábado noche en coachella. Y cayó lo que había mientras hacía tiempo hasta que flying Lotus hiciera acto de presencia. No se muy bien por qué lo llaman next best thing, cuando lo es ya mismo, lleva un tiempo sonando muy firmemente, no!? Sobre el papel, su propuesta electro-hip hop, o como quieras etiquetarla, no tiene puntos para atraerme, pero me vuelve loca y conecto con sus directos muy gustosamente.


De fondo sonaba Muse en el escenario principal y a mi no hacían más que molestarme a los oídos. Probablemente vuelvo a ser yo, pero a mi esta gente me resultan cada vez más ridículos, y lo peor es que me resultan unos farsantes sin remedio. Pero es cuestión de gustos, y yo reconozco que puedo ser algo susceptible.

The Dead weather fue el último concierto de la jornada, y me dejaron muy fría. Quizás eso es una de las peores cosas que alguien puede decir de tu música. No conecté con ellos, quizás venía saturada de las carpas, quizás estaba cansada, quizás… vete tú a saber.

La noche se cerró de compras, apurando y disfrutando muy mucho del record store day tranquilamente hasta la madrugada.

Y poco más que contar del sábado.

Ah! Sí! Que este año me porté bien y no morí!

sábado, abril 24, 2010

Coachella 2010, day 1: Friday, April 16th

En los confines de California existe un lugar algo extraño que no podría estar más alejado de la imagen típica del estado. Allí donde se reúnen una serie de pequeñas ciudades dispersas en medio de la nada, como ya de camino a Nevada y en donde una no sabe donde termina la civilización y empieza el desierto más árido. Para llegar allí, a la nada, sólo se puede tomar la interestatal 10, y de camino tan sólo encuentras casinos indios, clubs de alterne y gasolineras rodeadas de algún fast food. Las señalizaciones no pueden ser menos alentadoras: other desert cities.
Una de esas ciudades es Indio, que va siendo bendecida año tras año -y ya van once- por la invasión de un oasis musical durante tres días en Abril. Coachella ofrece cierta tregua a la monotonía que desoladamente arrecia sobre esa pequeña ciudad.


El camino único de llegada a Indio y su efecto de embudo inevitable en el primer día del festival hizo que tardara hasta 3 horas al desierto, y la logística ordenada y estrictamente estructurada del festival hizo que, en el embotellamiento para llegar al campo de polo y sus parking lot, perdiera hasta 40 minutos más. No me quedaba otra que tomarme con filosofía eso de perderme a los Avett Brothers, los primeros del fin de semana que se me quedaron en el camino. Para mi consuelo tonto me decía a mi misma bueno, no pasa nada, ya los vi hace un tiempo, podría ser peor. Pero sigo pensando que es una auténtica pena habérmelos perdido en el desierto.
Aun habiendo podido ver el final de Yeasayer la vaguería y cierta necesidad de posicionamiento una vez llegados al campo de polo (básicamente pillar las wristbands identificatorias +21 para poder pedir una cerveza) hizo que el primer concierto del festival fuera el de She&Him, un pop jubilosamente soleado para comenzar. M Ward y Zoey Deschanel forman una buena alianza musical. Además conocen y ponen en práctica a la perfección sus correspondientes papeles, él utiliza su talento para arropar y enmarcar la sutileza y dulzura que derrocha ella en esas deliciosas melodías. Como anécdota la versión de Chuck Berry, Roll over Beethoven. Por lo demás y tras haberlos visto ya en un par de ocasiones creo que en general no me ofrecen mucho más que aliente mi interés por ellos. Correctos, sí, dulces, alegres, emotivos y todo eso, también.



The Specials llegó después en uno de esos conciertos del día que despertaba cierto interés, aun son capaces de redefinir el ska décadas más tarde. Pero se me hizo corto voluntariamente, y es que mi deseo de ver a Gil Scott-Heron era inamovible. El poeta/genio de 60 años, proclamado como godfather of rap, vuelve a incrementar su leyenda con el álbum I´m new here tras algo más de 15 años sin sacar disco. Puede que yo me deje llevar fácilmente cuando me emociono, pero creo que este hombre debe ser una de las voces más convincentes y apremiantes de nuestro tiempo y entiendo perfectamente todo elogio que se le brinda. Cuando escuchas su voz tan imperfecta como maravillosa y magistral uno juraría que este hombre ha vivido mil vidas. “For those of you who didn’t know, I’ve been sampled. Now it’s not as painful as it sounds, but the first thing you do when you get sampled is to go home and put your own record on to make sure it sounds all right” Lo dicho, muy grande.




La súper banda de rock, Them crooked vultures, con Josh Homme, Dave Grohl y John Paul Jones nos llevó al momento de fiesta furiosa en donde eras fácilmente arrollado por el sonido. Pero, pese a todo, esta banda tiene algo que hace que no sea yo una gran fan de ellos. Sí pero no se. En Mind Eraser (No Chaser) desarrollaron un hard rock en su faceta más hipnótica, y no se te hace difícil entender que Homme admitiera durante el concierto que James Murphy de LCD Soundsystem es uno de sus artistas favoritos.

Echo and the bunnymen cayeron hasta que Murphy hiciera acto de presencia algo más tarde. No se si elegimos bien entre estos y Grizzly Bear, pero entre que a estos ya les había visto y que un festival es una cuestión de elecciones duras, me dio por pensar entre bonitas armonías y canciones más finamente trabajadas, ganando estas últimas.

Vestido en su ya usual blanco, salió James Murphy al escenario principal de Coachella agradecido y orgulloso, agradecido a Them crooked vultures por sus palabras, agradecido por la cantidad de gente que se había congregado para verle, orgulloso por poder tocar antes de Jay-Z (insistió en que nos quedásemos para verle, como si hiciera falta hacerle más publicidad al hombre). Dedicó una canción a Scott-Heron para recalcar después que en realidad no solo esa canción but many of us in the band are also dedicated to Gil Scott-Heron. Pero pese a tanto comentario dirigido a otros, el verdadero protagonista y estrella única del concierto fueron los mismos LCD Soundsystem, ofreciendo posiblemente el show más enérgico y bailable de todo el día y de un modo tan brutal que parecía querer demostrar que todo elogio era bien merecido. El nuevo trabajo de LCD Soundsystem es uno de esos discos que no he escuchado aun, de modo que mis oídos llegaban auténticamente vírgenes a sus nuevas canciones. Pero pese a lo próximo de su nuevo disco no quiso insistir en este concierto con nuevas canciones ya que tan solo cayeron unas 3 o quizás 4 de su próximo disco.



A veces hay que hacer ciertas concesiones al conjunto, de modo que por esas me vi dirigiéndome hacia el outdoor theatre en el que saldría en breve Vampire Weekend. Reconozco que con ellos me sale la vena mala, la de las malas ideas, la de la sorna, la de la guasa y la de las comparaciones tontas y pilladas con pinzas. Los chicos hacen su trabajo del mejor modo que saben, eso no se lo niego, y ritmo tienen, tampoco lo niego, pero es que una cada vez les ve más defectos, y las grietas y costuras se me ponen en evidencia claramente, alejándome así más aun de su propuesta. La cantidad de gente que congregaron fue tremenda y se escapa a mi entender. Por momentos el griterío era inaguantable. Los decibelios agudos y exaltaciones provocadas en la audiencia fueron un continuo a lo largo de todo el concierto. Insoportable. Para ser algo justa diré que ellos presentaban su segundo álbum pero lograron sonar como veteranos y que si te sigues contagiando de sus melodías lo hubieras pasado bien. Yo me reí, y es que a mi Ezra me hace gracia, pero de la mala. Ellos hicieron bien su trabajo, ofreciendo su show de un modo exuberante alimentando así a toda esa gente que les adora.



Hizo algo de viento en el desierto, y eso provocó que (además de que se disfrutara de una temperatura más llevadera) las lámparas que adornaban el set de los newyorkinos se balancearan en alguna ocasión más de lo que quizás la organización hubiera deseado. Por ello mientras el concierto tenía lugar, un operario se subió al andamiaje con el fin de realizar algún tipo de ajuste en una de ellas, o algo. Ahí estaba el hombre, intentando hacer de araña invisible ante una multitud mientras los otros seguían a lo suyo. Ello provocó una conversación tonta tal como: -te imaginas que se cae en medio del show? Y yo: sí, ji jiji… -Pero qué mala, pobre hombre! -Ah! No! Claro! No me refería al operario sino a la lámpara, me imaginé la lámpara cayendo en medio del show …y sobre Ezra! -Ja jajajaj qué mala, eso es aun peor! Lo dicho, este hombre saca algo malo en mi.



Llegaba el turno de Jay-Z y lo que para mi era en un principio otra concesión terminó siendo un auténtico goce. No negaré que soy una bocazas que tiende a dar su opinión libremente incluso sin que nadie se la pida, pero al igual que admito eso también digo que creo saber rectificarme a tiempo, o así lo intento. Jay-Z es un tipo muy grande!
Al principio mi actitud era menos amable que ante la concesión de Vampire weekend, y era más en plan si hay que estar pues se está pero tampoco es necesario dejarse llevar por la multitud con tal de acercarnos al escenario, para rematarlo con un claro ‘no necesito saber la marca de sus gafas de sol’ derrochando cierta chulería por mi parte. Lo dicho, una bocazas impertinente, porque fue comenzar el show y caer rendida a sus pies, tanto que cada vez me acercaba más al escenario, como si no fuera suficiente saber la marca de sus gafas de sol sino también la de sus calzoncillos. Mi entusiasmo hizo que llegáramos a buena fila y poder disfrutar lo más cerca posible.
Pero volviendo al principio (en mi intento de desenmascarar por partes mi tontería y prejuicio), este hombre se me antojaba como un poco de reserva o de back-up, y así me refería a él en todo momento (que si a qué hora sale el back-up, que si qué cantidad de gente que viene a ver al sustituto -he dicho ya lo impertinente que puedo llegar a ser?). Jay-Z cobró fuerza hasta confirmarse en el cartel de Coachella cuando Beastie Boys no pudieron confirmar su presencia en el desierto. La recuperación del cáncer de uno de ellos era más larga de lo inicialmente previsto y se vio truncado lo que tendría que haber sido su primera aparición tras este parón obligado encabezando triunfalmente el primer día del festival. Una no es inmune a estas cosas, y hubiera preferido mil veces a los beastie boys, y así lo hacía saber.
No era yo la única que levantó la voz crítica ante Jay-Z encabezando un festival como Coachella. El hombre no era ni mucho menos algo exclusivo ya que hacía bien poquito que había ofrecido conciertos en LA, tampoco es típicamente lo suyo para un festival como coachella más decantado a otro estilo, especialmente en su escenario principal. También hubo alguno que se recreó en comparar el final del año pasado con un apoteósico Sir Paul MacCartney, en un intento de desmerecer el de este año.
Pese a todo, finalmente yo fui suya por completo desde el minuto cero. Tengo claro que Jay-Z run Coachella. Estoy de acuerdo en que no todo el monte es orégano, pero para alguien como yo, una escéptica que pensaba en el hip hop como algo demasiado estéril y áspero, el haber encontrado un poquito ya me parece mucho.
Captó mi interés desde que en las pantallas comenzara una cuenta atrás de 10 minutos. Como hipnotizada. No se si Jay-Z es un tipo muy listo o fue simplemente casualidad, pero me decanto por lo primero, ya que la canción que abrió la cuenta atrás fue No sleep ‘till Brooklyn de los Beastie Boys, y cuando solo restaban 30 segundos sonó Live and let die, como si de un pase de antorcha u otra chulería suya más se tratase. A partir de ahí la locura comenzaba con un Jay-Z emergiendo de una plataforma en el comienzo de run this town. Para entonces yo ya estaba dentro del juego y me dejé vencer muy gustosamente hasta el final.



Entiendo perfectamente y comparto totalmente (ahora) el status de este hombre. Nos manejó a su antojo, que si ahora arriba, que si ahora para allá, y ahora para el otro lado, y ahora os freno en seco. Y todos detrás de él sin remedio. Cayendo en sus redes.


Otro momento a destacar fue cuando sonó Wonderwall de Oasis que ya fue una respuesta utilizada cuando encabezó Glastonbury 2008 (creo que uno de los Gallager entonces dijo que era un error dejar que Jay-Z encabezara un festival históricamente rockero), y ahora igualmente utilizado frente a cualquier escepticismo ante su capacidad de encabezar coachella. Se le escapaba la sonrisa, sacudía la cabeza, se mofaba de sus detractores. Este hombre tiene mucha más clase de la que yo le asumía.
Jay-Z se enfrentaba en el desierto al reto de legitimizarse asimismo como un talento respetable y una auténtica figura de la música frente al público de Coachella. 3 palabras: veni, vidi, vici. Ya podía leer los titulares, Jay-Z ascens the throne o Rap´s king, crowned podían servir. No hay duda. Poco después fue rematando la jugada al hacerse acompañar de Beyonce para cantar forever young, con fuegos artificiales incluidos.



Fue cerrando totalmente ronco ya y completamente agradecido al público. Más agradecida estaba yo, que me lo estaba pasando genial y aunque pensara en un principio que Jay-Z no tenía mucho sentido en un concierto/festival de rock, a la hora de la verdad creo que este hombre será rapero pero tiene en su espíritu y actitud un punto rockero que le hace triunfar en todo escenario al que se enfrente.

Come join us in a prayer

Quizás el summum de la ironía para un grupo como Pavement es que, tras haber estado dando vueltas alrededor del huidizo éxito y tras haberse quedado como a medio camino de una conquista más amplia y en la adquisición de cierto status, al final sean considerados, juzgados y hasta admirados como leyendas.

Escribir sobre los conciertos que he visto de Pavement en esta vuelta, esperada y deseada desde hace tanto, no será tan difícil como hacerme entender sobre cómo me sentía yo al estar ahí. Tampoco estoy muy segura ni de querer intentarlo, así que si me permites la simpleza, creo que resumiré diciendo que, asistir a la vuelta de Pavement a los escenarios de California en su primer concierto en tierra yanky, es algo muy pero que muy molón.

Pavement tienen en esta gira la oportunidad de tocar como las estrellas de rock que nunca llegaron a ser, y lo hicieron con un respeto que otras veces habían negado, tanto a sus canciones como a ellos mismos pero sobre todo a los fans. Tampoco creo que engañaran a nadie en su momento, nunca hicieron nada que no fueran, nunca fueron estrellas del rock, nunca se creyeron grandes porque no lo eran, y siempre se mantuvieron en ese grupo de los chicos algo raritos que se refugian en la ironía y las risas.

Quizás el status de verdadera estrella del rock se te es concedido cuando consigues reunir a la gente a tu alrededor con tal expectación sin añadir nada nuevo que ofrecer. Tan solo un legado que, aun habiendo sido en su momento algo desdeñado, consigue volver loca a la audiencia como si no hubiera pasado el tiempo por ellos, redimiendo 30 canciones, cautivando a la gente por dos horas y dejándola con ganas de más. Pero no del modo que se da en otras tantas reuniones, sino del modo que se da en esta ocasión, como si de una asignatura pendiente se tratase, como si de por fin calmar algo que te corroe por dentro o finalmente cerrar el círculo. Como definitivamente sellando una paz y haciendo justicia. Quizás es que el punto y final de la banda no estaba escrito, y ésta vagaba como alma en pena sin consuelo ni descanso.


A veces puede resultar muy deprimente una gira reunión en la que una banda intenta recrear los tiempos de gloria. Lo irónico de Pavement vuelve a ser que nunca tuvieron tanta gloria como para resultar ahora tan deprimente, y aun así lo enfocan no sin cierto sarcasmo titulando, por ejemplo, quarantine the past a su reciente recopilación. Me explico. El título viene de la frase de gold soundz que reza “you’re the kind of girl I like, because I’m empty and you’re empty and you can never quarantine the past” lo cual sería algo así como que estas dos personas vacías no parecen cargar con cierto background precisamente por eso, pero el pasado reaparece cuando menos te lo esperas, para bien o para mal. Y con esta vuelta quieren decir eso, quizás no haya nada o no tanto éxito por lo que volver pero estamos aquí igualmente para celebrarlo y disfrutarlo.


Pomona, ciudad satélite de LA, acogía el que sería el primer concierto de Pavement en los USA, en un warm up show previo a Coachella. Si Goldenvoice me ofrece un viaje a los 90 a 40 minutos de casa, allá voy sin rechistar. La expectación era máxima y se dejaron querer, por ello mismo pasaron unos 10 minutos desde que apagaron las luces hasta que salió -por fin- la banda al escenario. Diez eternos minutos de ansias a oscuras que la gente bien se encargó en demostrar ovacionando al grupo a su salida. Fue entonces cuando Pavement apareció y ofreció por fin un show más que digno, ese tipo de concierto que la gente esperaba de ellos en los 90, pero que en su momento, en cierto modo auto-boicoteados, no supieron manejar adecuadamente.

El resumen sería 30 canciones en dos horas, repasando cada uno de sus discos, hilando canciones entre riffs exquisitos, y aunque algo vacilante en su comienzo inusualmente profesional para ellos en su totalidad.

Los ensayos se hicieron notar cuando dejaban marchar libremente las canciones efectivamente trabajadas. Tan sólo tuvieron algún error (como esa entrada en falso de trigger cut que les llevó a tener que parar y repetirla). No se mostraron especialmente dicharacheros, y mucho menos Malkmus, como extrañamente centrado en lo suyo. En general la banda salió de un modo algo estricto y a medida que fue pasando la velada y las canciones se fue soltando más -especialmente Nastanovitch.

En muchas canciones no sonaron perfectos, pero si memorables, y eso es mucho más de lo que pudieron decir en muchas otras ocasiones. El final de Summer babe con un Malkmus como cantando para él mismo soltándolo todo, o como cuando canta eso de the leaders are dead en starlings of the slipstream que aunque no sabes si lo canta para bien o para mal queda claro que no tiene ganas de convertirse en uno de ellos, a menos que se acepte su descaro e insolencia. Here fue volcada con tanta belleza que pocas palabras quedan para describir el momento. Unfair provocó la locura colectiva, date with Ikea el punto algo más frío aunque no consigue desmerecer el conjunto, y qué decir de las más coreadas como range life, stereo, gold soundz, shady lane, cut your hair o conduit for sale. Un conjunto totalmente arropado por la gente, respetuosa y agradecida, deseosa de unos pavement como se mostraron, con su mejor cara, y aun teniendo sus momentos algo irregulares en cierto modo esos son algo marca de la casa.

Soy una ferviente fan de Stephen Malkmus, a pesar de todo. No debe ser un tipo de trato fácil, pero para el trato que yo le doy (es decir, ninguno) ya me va bien que sea como es, o lo que es lo mismo, me va bien que sea tan sumamente genial y algo excéntrico. Con él nunca sabes bien qué puedes encontrarte, lo único seguro es que él se va a reír, pero no tienes claro si se va a reír de ti o contigo. Esa noche, en Pomona quiso reírse y pasarlo bien, con nosotros.

El concierto, la reunión y la gira, es un modo de poner en cuarentena el pasado, a pesar de saber bien todos que Malkmus dice sin cesar que no se puede. Pero en la noche de su reaparición -en California- y a lo largo de toda su gira harán lo propio para solventar la cuenta pendiente que adquirieron al desvanecerse antes de que se llegara a hacer verdadera justicia con su grandeza.



jueves, abril 22, 2010

Wasted guy (at Coachella or wherever)



Cosas así te las puedes encontrar en cualquier parte, pero si te pasas en el desierto a plena solana tus opciones de sobrevivir se aproximan peligrosamente a cero.

[Lo prometido es deuda, a ver si en unos días tengo tiempo y saldo la cuenta debidamente]

lunes, abril 19, 2010

Messi en Coachella?!

No una…



…ni siquiera dos…



…sino hasta 3!!!



No está nada mal para un país en el que ni siquiera llaman al fútbol por su nombre (no se muy bien por qué eso de soccer cuando el football es inglés, no?!). Creo que puedo decir que al menos dos de ellos eran yankies, el otro no lo se ya que la foto fue tomada desde el coche camino al campo de polo.

Con esto, hasta el momento, mi recuento de camisetas avistadas durante mi tiempo aquí va 7 a 2, en una nueva goleada del Barcelona al Madrid.


Stay tuned: more Coachella 2010 coming soon!

viernes, abril 16, 2010

I guess she spent her last quarter randomly

Me levanto cansada pero con una amplia sonrisa, y me conecto brevemente y sólo mientras me tomo el primer café del día. Por delante me queda empaquetar, comprar los imprescindibles supplies para el desierto (water, water, water, water y más aun si es eso posible), repasar mi lista mental de survival tips que espero cumplir por mi propio bien, y dos largas horas de camino hasta el oasis.

Los warm up shows estos que se montan antes de Coachella molan mucho y anoche fue lo más parecido a un viaje en el tiempo que me podía esperar, en concreto a la California de los 90 de la mano de unos Pavement ovacionados de principio a fin por su público, el de LA que los vio nacer, crecer y resurgir de entre sus cenizas. De Silence kid a conduit for sale, y en medio dos horas de derroche, despilfarro, alarde y diversión. Prometo hablar más y mejor del concierto, pero hoy no es el día. Confío en cumplir mi promesa. Tengo prisa, resaca y cansancio. Empiezo bien el festival.

Sólo algún apunte tonto. Es acaso pavement una banda mayoritariamente de chicos? Me explico, su público es en su mayoría masculino, quizá les guste más a ellos que a nosotras. Un pequeño detalle de una conversación previa me llevó a fijarme que debíamos estar en una proporción 70-30, o incluso más acentuado. Tiene eso cierto sentido o fue sólo una coincidencia tonta de anoche? Y si así fuera, por qué?

No he encontrado más videos del Fox Theater que este here que aquí dejo (que no es tampoco el mejor video, confío en que alguien los cuelgue mejores). Uno de esos momentos tranquilos y deliciosos del concierto de anoche. Pero hubo para todo. Les dejamos hacer lo suyo y nos llevaron por donde quisieron. No me los esperaba de otro modo, con lo bueno y con lo malo, con los parones y las risas, con los venga va empecemos de nuevo, y más risas. Si quieres perfección búscala en otra parte, aquí estamos para otra cosa. Digo yo.

See you in the desert!

martes, abril 13, 2010

What’s in it for someone with nothing to do?

A tan solo días/horas para que por fin mi vida pueda volver a una rutina más habitual ando con un ritmo desacompasado, como atolondrada en mis días sin ni siquiera bien saber en que día me encuentro. Resulta que la primavera/verano ya está aquí, que ya pasó la semana santa, que anochece mucho más tarde. Resulta que hace mucho calor, mucho. Resulta que todo el mundo está como muy contento o quizás es que a cobijo de la nube gris y dictatorial que ha gobernado mis días se me había olvidado que la gente hasta sonríe. Resulta que cuando he pedido por dos días libres mi jefe me ha soltado un categórico go, just go, don’t even ask! Y yo tan contenta.
Como estoy así, como desorientada, como sin saber muy bien en qué punto me encuentro, y por extensión el resto del mundo, y además no ando con muchas ganas de querer averiguarlo -al menos no de modo inmediato- tan sólo dejaré una canción que se me ha instalado sin piedad en estos últimos días.
Aish! Qué ganas de que pasen las próximas 48 horas!

I walked in on a plan to dissolve all of your wishes. Maybe I thought that you and I could run away alongside. What’s in it for someone with nothing to do? What’s in it for me?
Should I take you to more functions or would you rather be lonely? I feel like I’m messing up too much and I forget where I am.
What’s in it for someone with nothing to do? What’s in it for me?

sábado, abril 03, 2010

Happy 1st B-day!

Mi tienda de discos preferida cumple un añito ya. Felicidades!



Desde el principio, incluso antes de que abriera sus puertas, pudimos seguir su nacimiento con la ilusión que compartían en su blog. Pudimos hacernos una idea clara del espíritu que querían para el negocio y cómo iban materializándolo en ese pequeño/gran local de Echo Park (que si van llegando los discos, que si llegan más aun, que si ponemos el letrero, que si una escalera para el loft, que si tenemos luz...).

Al igual que le ocurrió a Pete Townshend, me enteré incluso antes de su apertura por el LA Times. Y una vez abierta, la hemos visto crecer, en catálogo y en iniciativas a base de conciertillos en el loft.

Con el poco tiempo que lleva abierta, y gracias al esfuerzo de Neil y Sean, Origami Vinyl se ha convertido en un referente de la escena local (y a veces no tan local) de Echo Park and Silverlake, y por tanto de LA. Por lo que dentro de su modestia, su trato cercano y su auténtica pasión por la música hace que -en mi simple opinión- Origami Vinyl sea uno de esos sitios imprescindibles si, como yo, disfrutas comprando discos.

Aquí una entrevista muy interesante a razón de este primer aniversario.

La foto la he tomado prestada de su blog, claro.