miércoles, febrero 25, 2009

just to learn from sleight-of-hand

Si el coma es un estado de inconsciencia de no siempre fácil reversibilidad y los umbrales sensoriales elevados, durante el cual el individuo no es capaz de reaccionar a los estímulos de su entorno, acaso estaba yo en coma esta mañana cuando no he oído el despertador hasta por lo menos la tercera llamada?

Nota aclaratoria: no, no, nada de eso, la razon de mi cansancio aqui (y es que ya no soy una chiquilla para ir saliendo entre semana y despues ir a trabajar como si nada) ah! y si, eche de menos unas cuantas...


martes, febrero 17, 2009

righting every wrong

Conocí a Ross en el 2003, una mañana en Austin desayunando con su novia Ann y Cati en una cafetería (el mítico Cipollina!), y en un principio me resultó una persona algo cohibida. Después fuimos a verle a un concierto en no se que bar de entre tantos, y allí ya me comenzó a resultar más majo ya que se mostró más suelto, supongo que la noche, las cervezas y que acababa de bajar del escenario ayudaron lo suyo. La primera vez que le vi en directo pensé “cómo mola, le falta pulir un poco, eso si, pero suena muy bien”, aunque lo cierto es que ahora ya no recuerdo ni el nombre del grupo (creo que era algo como brokedown o así). De las cosas más divertidas de entonces fue la fiesta en su casa por el 4 de Julio (mi primer 4 de Julio de hecho), pero sinceramente tengo los recuerdos muy pero que muy borrosos de aquella noche, comenzamos muy pronto, en su casa primero después en aquel bar de mala muerte, para volver de nuevo a su casa, al final casi ni ver los fuegos, las discusiones sobre música, bueno más que discusiones era él hablando y yo diciéndole con mi etílica compostura aquello del “que va tio, no tienes ni idea” (decirle eso, yo! a Ross!!! vaya descaro el mío!). Después volvimos a coincidir en 2006 en la boda de Cati y Alex en Florida, en aquella ocasión se convirtió en mi pareja de escapadas a fumar y risas mil, él es de lo más divertido que recuerdo de aquella boda (además de la borrachera de la novia -mea culpa, creo que la emborraché yo- y el novio persiguiendo a Cati que pasaba de él súper enfadada por vete tú a saber que chorrada!). Ya entonces me habló de su andadura angelina y sus historias de discográficas y demás, pero tampoco le presté mucha atención. Ahora coincidimos de nuevo en 2009 en LA, con Broken West sonando de fondo. Lo cierto es que mi opinión acerca del grupo vendría a ser algo así como “quizás te has pasado puliendo chico”, aunque no está mal, pero tan solo eso, se me queda ahí, si bien aun tendría que verle en directo para poder decir más, ya que realmente quisiera poder decir algo más. No he seguido mucho al grupo, no suelo visitar su myspace ni su blog ni nada, no se por qué pero se me pasa, no me acuerdo, pero hoy al llegar a casa he visto en Stereogum (por cierto, AC Newman versionando a A-Ha!?!) este video suyo así que aquí lo pongo, aunque sea el segundo ya que cuelgo de Broken West.


miércoles, febrero 11, 2009

Do you think that’s ok?

Llevo semanas ya intercalando este disco entre mis días y creo que soy una persona muy desagradecida. Con lo que yo les he disfrutado, con el refugio que en otras épocas me han proporcionado. Cuando supe que el nuevo disco de Bishop Allen se llamaba Grrr… pensé por un momento en un gruñido, o quizás incluso en un rugido, y se me pasó por la cabeza la absurda idea de que a lo mejor los de Brooklyn habían endurecido su sonido, que quizás en esta ocasión resultarían más crudos. Nada más lejos de la lógica realidad. Ahora tras haber escuchado detenidamente el disco puedo decir que el título se me antoja más como el ronroneo de un gatito, y es en ese punto donde empiezan a surgir mis eternos peros. Simplemente agradable, apacible, afable, acogedor pero también algo insustancial. Por así decirlo este álbum sería como esos momentos de sofá al final de un día de fiesta perdido en holgazanería, que están bien, me encanta disfrutar de ellos, pero tampoco puedo alargar mi tiempo en ellos o el tedio me anegará sin remedio. También podría ser como aquella persona con la que se está bien, realmente a gusto y punto, con quien los días me resultan agradables y se sonríe casi por defecto, pero con el que ya no hay chispa o ya no te sacude el interior. Esos días fáciles, solícitos, complacientes, cómodos. No es que esté pidiendo que cada canción sea la mejor canción del mundo, pero sí que al menos cuando la escuche pueda pensar ‘qué buena’ o ‘me gusta’ o simplemente pensar en algo y no que pase sin más a la siguiente. Con Grrr… lo que me ocurre es que suena bien, con sus melodías pop y sus juegos vocales, pero me suenan de fondo sin más pena que gloria. Puede pasar el disco por completo casi sin darme cuenta mientras voy haciendo otras cosas, y eso no fue nunca una buena señal, al menos en mí. Como ese gatito que ronronea en el sofá, que no molesta ni alegra ni acompaña ni divierte ni casi nada, tan solo está. Lo que quiero decir es que el disco está bien, pero está bien y punto, sin ofrecerme mucho más que eso. Quizás es que me gusta disfrutar de los discos y no me gustan aquellos en los que se me pasan las canciones una tras otra sin más por muy bien que suenen, y es que Grrr… (y mira que el nombre me gusta) comienza bien con una Dimmer hasta algo juguetona, en the lion & the teacup le añaden la gracia de unas palabras en castellano con ese acento yanky que tanto me gusta, pero a partir de South China Moon me desligo inevitablemente y sin remedio de las canciones y cuando llego al final tan solo recuerdo Tiger, tiger, ni siquiera tengo muy claro donde quedaba Oklahoma cuando, por lo que he leído, es de las que más está gustando. Probablemente es que no he madurado lo suficiente como para aceptar que una relación puede ser tan lineal como válida basada en la comodidad y confortabilidad, sin algún momento de agitación o pegada. Reconozco que el problema lo tengo yo, que necesito que me zarandeen un poquito más el alma.






domingo, febrero 08, 2009

Dig! mejor cuanto más hondo

Llega a término un fin de semana algo más licencioso de lo que siempre deseo y me dispongo a rematarlo del peor modo que encuentro. No hay, quizás, nada peor que los remordimientos aderezados con autocrítica ante mi notable incapacidad de no meter la pata. En el fondo no quiero escribir ese mail pendiente y por el cual llevo varios días tan ensimismada en mis demonios. Una simple, y a priori cortés, contestación al recibido hace ya unos días y que se me repite una y otra vez en mis noches en vela. No me creí ni una sola de sus palabras, supongo que del mismo modo que él leerá desde la duda las mías, eso si logro hilvanar algo decente. Y aunque no tenga ni puñetera gracia el asunto, me río al pensar que no se en que momento dimos por válidas las reglas de este juego al que nos hemos viciado tan tontamente. He dejado que pasen los días pero me había propuesto no dejar pasar el fin de semana para contestarle, o más bien contarle porque se trata de un cuento ya que invento más que adorno al decirle lo bien que vivo yo sin él. Pero como ya me ocurría con los deberes del colegio, llega la tarde de domingo aun con la tarea pendiente. Ahora sería el momento de enfrentarme a la página en blanco de su contestación, enlazar palabras para que al final cuenten algo tan maquillado que no se pueda leer lo que quieren decir en realidad, que sería algo así como déjame de una vez por todas, yo soy incapaz de hacerlo y mi estúpida recurrencia siempre me dirige a ti, así que necesito que lo hagas tú. Pero no deja de ser otra batalla perdida de antemano y como mi inmadurez tiende al “si no lo veo es como si no existiera” de este modo tan tonto he ido eludiendo el dichoso mail.
Con todo esto como preámbulo a mi tarde de domingo y cuando por fin creí armarme de valor suficiente para contestar a ese mail, marcado como pendiente desde hace ya unos días, veo como me ha llegado otro de un amigo y me sirve de excusa perfecta para alargar la espera. Dicho mail me sorprendió por lo escueto, ya que tan solo decía “impresionante! Cómo puede ser que aun no lo hayas visto?!” junto con un enlace. Lo cierto es que me he quedado algo desconcertada y, por qué no decirlo, también me ha mosqueado un poco, supongo que me sonó a cierta reprimenda, aunque mi día espeso no ha ayudado a verlo de otro modo. Por un momento mi impulso fue borrarlo sin mirar siquiera el enlace, aunque finalmente mi curiosidad pudo con mi tarde susceptible. Así que fui a él y me encontré, tal y como reza el post, con Dig! Sí, ese famoso documental que nos cuenta “la historia de dos bandas tan amigas como rivales”, The Dandy Warhols y Brian Jonestown Massacre. Antes de ver el documental ya sabemos que hay al menos dos cosas que les unen, los psicodélicos 60 y las drogas. Tras verlo creo que la intención al final les ha quedado en algo más parecido a “cómo ser una persona completamente autodestructiva y no morir (aun) en el intento”. Los Dandy Warhols se plantan aquí como meros secundarios, se han quedado como en la excusa, justificación más bien, y lo peor en el pretendido ejemplo de una banda de éxito. El protagonista es otro, Anton Newcombe que se empeña en convertir su vida en un dragado en espiral de su locura y talento. Reconozco que al ser yo misma la clase de persona que va jodiéndose la vida a cada rato (siempre he pensado que soy mi peor enemigo y cada decisión que tomo es siempre la más errónea) siempre he sentido cierta simpatía por este tipo de personajes, pero Anton Newcombe lo lleva a unos límites inalcanzables y al final resulta que no me produce ningún tipo de afecto. Todo el mundo está de acuerdo en su talento y aptitud (que no actitud), en su tremenda capacidad para la música, pero asimismo nadie le soporta y tampoco le quieren cerca. Y ya sabemos que talento y éxito no van necesariamente ligados. Por momentos me da la sensación de que va un poco de artista incomprendido, como de genio maldito y persona dotada de un talento especial para la música (conmigo viene la revolución, anuncia); pero si te tomas muy en serio a ti mismo (al tiempo que te diluyes en divagaciones), si te crees mucho tu personaje puede que llegue un momento en el que no te soportes ni a ti mismo. Por lo demás, pues a mi me ha sobrado como media hora de documental, aunque debió ser difícil descartar tantas horas grabadas en los 7 años que recoge la cinta; del mismo modo que tampoco hay que olvidar que se trata de eso, de una película documental, con lo cual no deja de ser cierto que el montaje no tiene por qué ser necesariamente fiel reflejo de la realidad, y en su búsqueda de impactar al espectador puede que haya detrás una selección importante de imágenes. Lo mejor, siempre, es que lo veas tú mismo (si no lo has hecho ya) por eso aquí lo dejo. A mi ya se me van acabando las excusas para no enfrentarme con el dichoso mail, así que allá voy con él. Deséame suerte.

domingo, febrero 01, 2009

Evacuation route

Hace unas semanas ya que me he mudado a un apartamento tan pequeño que creo que tiene el tamaño de la sala del piso donde vivía en Palma, pero aun así me gusta, me resulta muy cómodo. Aunque nunca me había imaginado viviendo en uno de esos complejos llamados condos (muy rollito melrose place). Lo cierto es que me gustó mucho la zona en la que está desde el primer momento y fue auténtico amor a primera vista nada más entrar, en cuanto lo vi pensé sin dudarlo que había encontrado el lugar adecuado en el que vivir. A parte de todo esto, y como me ocurre con todo lo referente a yankilandia, también tiene según que cosas que me proporciona grandes momentos, y es que no hay nada mejor que reírse de una misma y de las situaciones en las que te encuentras.
La foto muestra una señal que he visto hoy justo al otro lado de la calle en donde vivo, al fondo se puede ver parte de los apartamentos.
Pero cómo?! Que no lo ves bien?! Espera a ver la siguiente
Lo ves?! Resulta que vivo en una vía de evacuación en caso de tsunami!!! Anda que no me he reído un rato con esto!
Si desde mi piso de palma, aun viviendo en el centro, veía el puerto y por tanto sin moverme de la cama podía ver el mar cada día, aquí no me tengo que preocupar mucho más, en el caso de tsunami el mar entrará directamente en mi casa!
Por otra parte no deja de ser irónico que haya ido a vivir justo en una vía indicada para la fuga, el escape, la salida o la evasión de algo, aunque sea un tsunami... no crees?!