viernes, agosto 29, 2008

17

Con el título de su último libro surge la pregunta: ¿y por qué 17? “Tenía apenas 10 años cuando escuché en la radio un rock and roll que decía: ‘Ella tenía 17 años/ ya sabes lo que quiero decir’. ¡Pero yo no tenía ni idea de lo que quería decir! Aquella incertidumbre me persiguió durante años, hasta que tuve la edad suficiente para entenderlo. Los 16 son frívolos, tienen algo de sexy, pero no mala intención, y a los 18 años ya puedes votar, enrolarte en el ejército y responder por tus crímenes. Los 17 representan esa edad intermedia entre la inocencia y el compromiso real, el número idóneo para consolidar la imaginación, algo que la música moderna perdió hace ya tiempo”.

Bill Drummond en EP3

jueves, agosto 28, 2008

run out of patience

Vuelvo a ser la mala cuando tras la pertinente llamada de cotilleo del día tan solo puedo decir un ‘me alegro’ y un ‘ya era hora’. Pero cómo eres capaz de alegrarte de una ruptura?! Pues así de fácil, llevaban muchos años juntos pero desde el primer día aquello no funcionaba. Nunca entendí como él soportaba esos desplantes de niña mimada, nunca entendí cómo podía tratarle tan mal, cómo pudieron llegar al primer año y al segundo y a los demás si no tenían nada en común, no compartían nada más que la cama, cómo podía exigirle absolutamente todo y darle muy poquito, cómo podía soportar las caras de perro y el malhumor, cómo pudieron llegar a irse a vivir juntos, cómo podía meterle esos cuernos con un amante formal y conocido por todos, cómo podía irse de marcha y tirarse a quien se le ponía a tiro, cómo pensaron en tener hijos y en definitiva en montar una familia, cómo podía hablar con tanto desprecio, cómo podía ser tan chupa-sangre, cómo le utilizó para salir de su casa y como ahora que tiene un trabajo relativamente estable ya no le parece tan bien. ¿Quieres más? Porque hay más… Y no creo que sea tan mala, pero sí creo que es bueno para ambos. Nadie entendió nunca esa relación salvo ellos mismos.

miércoles, agosto 27, 2008

bring you back from the death

Poco más de un añito ha tardado Bloc Party en presentarnos nuevo material, y quizás después del decepcionante A weekend in the city haya resultado demasiado. Yo hubiera intentado resarcirme mucho antes de tal desastre, al menos en esta ocasión las canciones no suenan tan agarrotadas. Lo cierto es que no se si fue una cuestión del síndrome del segundo disco o lo que fuera, pero quizás sea mejor pasar de aquel álbum y centrarnos en este nuevo, Intimacy, en el que dejan espacio a las canciones. Quizás es que tras el anterior mis expectativas estaban algo bajas, pero creo que tiene un buen comienzo con alguna canción con cierta fuerza, como queriendo regresar a aquella que destilaba Silent Alarm, pero a medida que se avanza en el disco aparecen canciones que hasta me incomodan. Creo que se queda a medio camino entre la rabia de Silent Alarm y el débil A Weekend in the city al que afortunadamente superan. Aunque yo aun los tengo algo desubicados.

martes, agosto 26, 2008

Acaso se puede ser más molón que Sufjan Stevens? probablemente sí, pero yo hoy no lo he encontrado...





imágenes vía pitchfork

viernes, agosto 22, 2008

El poder de una canción

Se puede buscar redención en muchos lugares, en la bebida, en las drogas, en los amigos, en la soledad, en el trabajo o incluso en la nada más absoluta. También es cierto que cuando alguien cercano lo busca y se apoya en ti para ello, de un modo u otro tú también lo terminas encontrando. Digamos que todos tenemos nuestros demonios. Todo este rollo viene porque anoche me tocó a mí hacer de almohada, sobre la que se buscó apoyo, se lloró y más tarde se durmió. Si en un principio iba buscando su redención u olvido en otras cosas finalmente lo encontró todo en la cerveza, en mi y, como no, en las canciones. Con todo, a mi también me fue bastante bien el repaso (musical, moral, anímico o como quieras). Y aunque no todo lo de ayer me gustó me vino bien saltar un poco, reírme de nosotros mismos, reencontrarme con quien fuera, escuchar canciones que tenía olvidadas y darme cuenta de que hasta las peores canciones de ayer tienen un hueco en mi cabeza. Nunca he terminado de entender bien esto último, cómo puede ser que no me acuerde de cosas importantes o interesantes pero después me acuerde de la letra, del nombre del disco e incluso del año de publicación de una canción que además no me gusta. También están las que no me disgustan pero les tengo tanta manía que no puedo con ellas. Otra cosa que me quedó claro ayer es que mi vida salta de canción en canción y que no hay momento de mi vida que no pueda relacionar con alguna canción o grupo o disco, como si caminara a través de ellas o no fuera capaz de dar un paso sin una canción nueva en mi cabeza.


A continuación unas cuantas canciones que anoche crearon cierta polémica, no están ni mucho menos todas las que fueron, eso me llevaría demasiado tiempo…

Aunque el orden de hoy es aleatorio, la primera es Every day I love you less and less de Kaiser Chiefs. ¿cómo puede una canción darme tanta rabia a la vez que hacerme bailar sin parar?


Suede con Animal Nitrate. Hay algo en esta canción que me dice no...



Muse con Time is running out. Me gusta tanto como me angustia. Me da la sensación de que el tipo se va a ahogar en cualquier momento. Respira hombre, respira...





Just de Radiohead. Esta canción es de las que me gusta pero me da mucha rabia, y el video aun más si cabe. Irracional, lo se, pero yo soy así...




De los Artic Monkeys podría haber puesto cualquiera. Estos niñatos nos dieron el 2006, aunque por lo visto no a todos...



Our love de Rhett Miller. Lo único que me gusta de esta canción es a quien me recuerda, de modo que aunque no la soporto reconozco que si la pones en el coche a tope te pasará lo mismo que a nosotros, no pararás de cantar eso de:

Our love surpassed our love so fast
Our love's all wrong our love goes on and on
Our love became our love by name when I wrote it to you in a song
Our love goes on and on
Our love our love




Ahora vienen dos canciones conocidas como de Nirvana, pero...


Where did you sleep last night?
Es que nadie se acuerda de Leadbelly????






Que levante la mano quien sepa que Lake of fire es de los Meat Puppets.






Clawfinger, Do What I say
Quizás no te suene mucho el nombre pero no tardarás más de dos segundos en transportarte a los 90, más concretamente a 1995. Qué rabia de canción, no!?



John Paul Young, Love is in the air. Acaso alguien la soporta? aunque en el fondo tiene ese punto...


Y para ir terminando, la canción que nos reconcilió el uno con el otro, ante la que nos rendimos a la evidencia, la que clamó unanimidad...
Johnny B. Goode de Chuck Berry. Del no tienes ni puta idea al tú si que sabes



Desde luego la lista de las discrepancias de anoche no está ni mucho menos completa (e incluso me atrevería a decir que él pondría otras tantas) pero quizás si están las que más juego dieron

miércoles, agosto 20, 2008

Dear Science

Lo leíamos en pitchfork y en su web, TV On The Radio saca nuevo disco de modo inminente así que no habrá que esperar mucho para que los de Brooklyn le den continuación al genial Return to Cookie Mountain. A veces las etiquetas encorsetadas no sirven de mucho de modo que tan solo diré que su música me desborda y espero que así lo siga haciendo Dear Science. Por el momento podemos escuchar Golden Age en su web y como hasta la última semana de septiembre no podremos disfrutarlo debidamente recupero aquí wolf like me para ir pasando el rato.


martes, agosto 19, 2008

Ya está aquí

Hoy ha nacido el segundo hijo de mi hermana Laura. Con tan solo 20 meses Andrés, el niño que me ilumina el alma, ha pasado a ser el hermano mayor, y aunque al principio no le ha hecho mucha gracia al cabo de un rato se iba acercando a la cuna de su hermano con gesto curioso. Por cierto, el niño se llamará Yago. Ya lo se, que si es Santiago en gallego y todo lo que tú quieras pero a mi nunca me ha gustado mucho este nombre, pero es su hijo y ellos deciden.





Acaso una imagen así no es reflejo de la auténtica felicidad?!

lunes, agosto 18, 2008

Where the days are short and the nights are long

Aunque siempre he tenido más preferencia por otras canciones de los Ramones (“but she just couldn't stay, she had to break away”), en esta ocasión me decantaré por esta otra por razones obvias. Además de formar parte de la banda sonora de aquella época, los Ramones reflejan mi adolescencia de un modo totalmente fiel siendo simple, rápido y puro rock and roll, todo ello con el ritmo acelerado del punk. Porque para mí, pensar en Ramones es pensar en mi adolescencia más primitiva y emergente. Así están las cosas por ahora.



viernes, agosto 15, 2008

La última cena

El asunto se fraguó poco después del mediodía. El sms lo decía bien claro: “hoy: cena alaró+flower power. No puedes faltar, anem tots!” El imperativo vuelve a funcionar conmigo de modo que al final sin saber ni como ni por qué acabé allí. Bueno sí, mi adolescencia recurrente. Alaró es un sitio que siempre me da mucho miedo, hay que darlo todo para seguirles el ritmo. La cenita muy bien con un Pedro enorme como siempre. Tienes cara de Yanky. Pues espérate. Lo cierto es que no era consciente de echarles tanto de menos, y lo que me queda. Me acogí al habeas corpus, a según que cosas no contesto si no hay un juez delante. Me llamó mucho la atención el tema de los amarillos que comentaba Tonina, en seguida le puse cara a los míos, Micky, Joan, mi ninyo y el norit son los primeros que me vinieron a la cabeza. El tema del momento, cuando llegues a los 30 comprenderás lo que te digo, una nueva luz lo bañará todo y se abrirá el cielo para mostrarte la verdad más absoluta sobre todo. Ah! y nosotras vamos a más, a lo que yo contesto que ellos a menos, así que a no ser que nos busquemos unos jovencitos seguimos en lo mismo. Sofía dice que ella ya tiene al suyo y que anda satisfecha. Siempre fue una chica lista. Y de repente Mon. Mon apareció, como siempre, en el momento adecuado. Este chico es un auténtico placer. No se quien se llevó el beso de Judas, pero a mi ya me iba bien si no llegaba a mañana, es decir, a hoy. Pero aquí estoy, destrozada, porque ahora las resacas ya no se van con una ducha. Son tan majas que te acompañan durante todo el día. Hoy necesito algo tranquilo y por Palma por favor.

viernes, agosto 08, 2008

Jet Lag

A veces creo que soy una inmadura que finge todo el rato. Ayer al final no fue un gran día como pronostiqué que podía ser y me pasé gran parte de la tarde en el hospital acompañando a Patricia (que llegó directa del aeropuerto) cuando ya no había mucho más que hacer por su madre. Si la agonía de las horas de espera mientras se coordinaba todo el dispositivo estatal de donaciones de órganos me resultó eterna, para ellos debió ser un auténtico calvario. Yo llevo bien estas situaciones, siempre ha sido así, pero lo cierto es que se revuelve algo en mi interior que después intento canalizar de un modo u otro. Anoche me pillé tal borrachera que esta mañana no era capaz casi ni de conducir hasta el trabajo.

Anécdota surrealista: Sara y yo acompañando a Patricia y esperando junto al resto de la familia de Mercedes (marido, hijos, hermanos…) todos llorando la muerte inesperada, y de repente aparece una espontánea que nos pregunta “aquí qué ocurre?” Si formulas según que tipo de preguntas encima no te quejes si recibes una contestación como la que le di. “Usted qué cree señora, estamos en una clínica, frente a la UCI y hay un montón de gente llorando, desde luego no reparten caramelos así que por favor un poquito más de consideración”

miércoles, agosto 06, 2008

C’mon, we got a lot to lose, so maybe we can lose it all tonight!

Nadie nos hace partícipes de sus miserias como Mark Eitzel.
Si hubiera escuchado este disco cuando salió, no hubiese entendido una mierda y, por supuesto, tampoco hubiera sabido apreciarlo debidamente. De modo que agradezco que apareciera ante mi cuando ya estaba un poco más crecidita. ¿Cómo sino poder entender un crudo repaso de las relaciones y el amor surgido en los antros más sucios y oscuros, en las profundidades de la miseria y la desolación de quien se sabe perdedor de antemano, cantándole al alcohol, al desamor, al sexo y las arrugas del alma? Si hubiera sido capaz de aceptar y entender eso a los 10 años, no sería una persona muy normal, ni entonces ni ahora. Creo que se necesita cierto recorrido para pillarle el rollo a American Music Club y yo ya miraba de frente la veintena cuando apareció ante mi, con sus desengaños, con sus humillantes situaciones, con su tristeza insoldable y su emocionante perfección. Y no me mal interpretéis, hoy no estoy triste ni me siento derrotada, más bien todo lo contrario. Hace buen día y me voy a la playa, ayer fue un gran día y mañana también lo será. Pero eso no quita que me apeteciera darle un rato a AMC y al exilio que se puede encontrar en este bello y emotivo disco. California puede sonar evocador, menos en palabras y voz de Eitzel.

martes, agosto 05, 2008

Nothing that the road can not heal o can you deliver me from the evil?


Tras saber que Conor Oberst iba a publicar un disco dejando de lado el bonito nombre de Bright Eyes para hacerlo bajo el suyo propio pensé que sería algo diferente a lo que nos tenía acostumbrados. Pensé por un momento que iba a dejar de lado la melancolía tranquila de sus últimos trabajos para dar paso a una rabia más desenfrenada, pero no es así, ya que tras una serie de escuchas me he encontrado, para mi sorpresa inicial, algo muy en su línea. Entonces, a qué viene el recuperar su propio nombre tras 13 años? Bueno, quizás simplemente es que le dio por ahí y punto. A lo peor tiene una razón mucho más mística (en Cassadaga ya le iba este rollito) y por eso ahora se hace acompañar de una banda llamada Mystic Valley. Eso sí, a pesar de todo presunto intento de misticismo, el disco mola y me mola porque tiene un punto optimista sin llegar a producirme esa rabia tan característica mía que me da todo aquello que destile felicidad puerilmente. En esta ocasión tan solo atenúa ese pesimismo tan suyo (pero solo porque esta vez no se nos arrastra entre lamentos insufribles no porque el chico sea la alegría de la huerta). Mientras tanto, él va llenando nuestro espacio de country rock.


lunes, agosto 04, 2008

I'm gonna tell you something you should know after all


Intento abrir los ojos y de nuevo imagino que tengo la cabeza repleta de anarquistas y que cada uno de ellos se dedica a poner bombas en cada rincón de mi cerebro. Mi regresión a la adolescencia continúa y el verano ayuda a fomentarlo. “Te voy a decir una cosa, Cris, si está con una tía como ella quizás él tampoco mole tanto. Te has quitado un peso de encima (y nunca mejor dicho)”. Y vuelvo a ser la mala. Se dice, se cuenta, se rumorea… y nosotros encantados, porque aun sonreímos al vernos. ¿Sabes qué? y me acerco y te lo digo al oído. Suena una canción cualquiera que desde ese momento será una gran canción. Tu sonrisa encandila mi alma, aunque esta vez por tu acatamiento, mi destierro y soledad. Vi las fotos de aquel viaje a Sevilla y no me porté bien, después te eché de menos mucho tiempo. A veces pienso que tuve una adolescencia insufrible e impertinente, y resulta que eres mucho mejor persona de lo que seré yo nunca. Me he acostumbrado a este rol adquirido y he ido mimándolo tan en exceso que cuando aparece alguien que me hace temblar me entra miedo. Creo que ya no soy ni la mitad de lo que fui. Que asco de años… Como convertida en la mitad de mi misma, las cosas que antes escapaban a la normal inteligencia de mi yo entero, ahora empiezan a cobrar forma y sentido alguno. Quizás lo que ocurre es que he perdido la mitad que hacía de lastre, que me empujaba a quedarme en este mundo tan real. Y me quedo con esta mitad porque aunque sea solo eso, una mitad, me es mucho más útil que el total. Como toda persona entera, en mi mitad pero entera, ni soy buena ni mala persona, sino una mezcla de todo. Tan solo aspiro a la abolición de la realidad, ¿para qué anhelar lo real? Es aburrido, repetitivo, pesado y duradero. Ahora, déjame dar otro paso más que esta mitad se estremece de nuevo.



viernes, agosto 01, 2008

Regresión

Llevo unos días anclada en los 90, con la salvedad de que por aquel entonces gozaba de la licencia que proporciona ser una adolescente.