domingo, mayo 31, 2009

And everything is going to the beat

La noche era más fresca de lo que yo con mi vestido hubiera deseado, pero aun así allí estábamos, yendo hasta Pomona, ese lugar a media hora al este que, además del Glass House, destaca por ser la ciudad en la que hace casi 60 años nació Tom Waits. Aunque precisamente no era a este a quien íbamos a ver anoche.

Cuando llegamos aquello parecía un hervidero de gente deseosa de música en directo y nos costó hacernos un hueco. Entre tanta algarabía, su voz directamente a mis oídos parecía querer decirme algo que no terminaba de llegar para finalmente decirme otra cosa. Salen los Harlem Shakes y en seguida me doy cuenta de que se me quedan en nada sobre el escenario a pesar de que su disco me funciona bastante bien. Fue la noche del menos a más para mí mientras que fue la del convencimiento con unos y la reafirmación con otros para él. Me fui del concierto aun estando ahí, cerré los ojos. El grupo me ausentó por unas canciones, tampoco hacían nada por mantenerme enganchada a ellos. Yo tan solo quería just watch the world with my natural man, o encontrar mis Niagara Falls, pero como el juego no siempre es el mismo ya tan solo me conformo con have a laugh porque you give me health, that technicolor health, aunque de modo alguno aun creo que he still cares aunque finalmente nada cambie y I`m sick of slow rock. Intento volver y bailar siguiendo el ritmo de la música pero no puedo por eso alejarme de ese quebranto, de los desear que él sea ÉL, de la distancia y su rechazo, de su vacío ocupado, de los a pesar del tiempo y de la morriña infinita de la vida. La irrealidad mostrándome otra realidad, mis deseos. No puede ser verdad que esté ahí, manteniendo la ilusión de otras ilusiones, que sea yo la que quiere que ÉL, convertido en fantasma eterno, me diga con su fina ironía lo que quiero oír. Me he ido, estoy fuera del concierto. Naufrago irremediablemente. No fue ni de lejos un buen concierto el de los de Brooklyn si me aleja de ese modo de una sala perdida en medio de la nada y es capaz de devolverme a esos universos perdidos cada vez hace más tiempo. Pero terminó su turno y yo volví a la tierra, o al menos eso intenté.

No estaba lo suficientemente borracha como para dejar de pensar o para dejarme llevar, me bastó un pobre pensamiento para sentir que me alejaba cada vez más de algo y hacia algo demasiado alejado ya de por si. Intento abrir los ojos cuando los cierro. Tan solo quedaba esperar el relevo de unos Passion Pit de los que no esperaba mucho. Los cada vez más empujones me devolvían a la realidad intermitentemente, llegaba el momento de la salida del grupo y para mi asombro la gente gritaba emocionada. Después de eso no pude más que abandonarme a la suerte de una banda que en directo funciona perfectamente y muy a pesar de la extraña voz en falsete de su cantante. Me uno a la fiesta, bailo, hasta canto lo poco que de ellos me se, disfruto. Vuelvo al concierto, pongo los pies en la tierra de nuevo y medio sonrío pensando lo tonta que soy y que las cosas, sin duda, discurren como deben. Aunque la duda me embiste, is this the way I’ll always be? Dejándome llevar torpemente donde no debo. Pero como al final everything is going to the beat y resulta que he is gonna drive me crazy, he is gonna drive me mad, finalmente I've come reveling. Me dejo embaucar con su ritmo embriagador y no hay más que decir al respecto.

De modo que supongo que Passion Pit ofrecieron un muy buen concierto mientras que los Harlem Shakes se me quedaron a medias.

viernes, mayo 22, 2009

d'you wanna rock? should come here!

Estos yankies son expertos en organizar conciertos y eventos varios en horario casi infantil, y como no podía ser de otra manera pusieron lo que a mi juicio es un horario estelar para el NIN/JA tour, si tienes 10 años claro. Llegó por fin el día de disfrutar del NIN/JA tour y las puertas del Verizon Wireless Amphitheatre en donde se celebró el concierto (un sitio espectacular y de buen sonido) se abrían a las 6 de la tarde con todo el calor de la jornada, y es que poco después a eso de las 7 daba comienzo la fiesta. Cuando salió la programación y horarios del tour que se marcan juntos Nine Inch Nails y Jane’s Addiction muchos fueron los que pusieron el grito en el cielo ante el hecho de que fueran NIN los que salían antes dejando a JA cerrar concierto, pero cómo? oí y leí, NIN final tour and they open for janes!?! Increíble. En cambio a mi me pareció bien, quizás porque, aunque NIN me gusta y tal, nunca fui una gran fan de su música, y por mucho que Trent Reznor sea un tipo que mole mucho, para mi en este concierto como JA nada. Quizás para algunos estoy diciendo tonterías o un sacrilegio, pero esto es una simple cuestión de gustos, y a mí este orden me funcionaba mejor que el inverso. Pues decía que mientras muchos pusieron el grito en el cielo ante eso, en mi caso fue algo más parecido a venga ya! si casi voy a tener que salir antes del trabajo! Por una parte está muy bien eso de que un miércoles te vayas de súper concierto y además llegues a una hora decente a casa y todo eso, pero a mi me parecía bastante exagerado. Estos yankies.... El caso es que por fin había llegado el día, después de esperar meses desde que se anunciara y pudiera pillar entrada, por fin llegó el momento. Y ahí estaba yo, feliz como una niña pequeña el día de reyes, con una sonrisa tonta en la cara de quien sabe que va a disfrutar de cada minuto, de cada acorde, de cada canción, de cada solo de guitarra, de esas líneas de bajo espectaculares, de cada comentario, de cada postureo, y en definitiva de todos los instantes que este concierto pudiera ofrecerme. Estaba tan contenta que ni siquiera cabía en mí la posibilidad de que aquello se convirtiera en una imagen cadavérica de lo que fue, en un triste reflejo de lo que fueron como banda hace ya muchos años. No, no podía ser. No iba a ser. Estaba convencida de ello, quería creerlo así. Iba a ser algo memorable, un gran concierto, iba a ser de hecho el gran concierto de mi vida (bueno, para ser sincera, eso me ha ocurrido tantas veces que empiezo a no tomarme en serio ni yo misma). NIN ya compartió escenario con JA en aquella primera e histórica gira Lollapalooza en 1991, o lo que es lo mismo, Trent Reznor estuvo junto a ellos en el festival en el que JA se deshizo como banda y está junto a ellos en la gira que les ve de nuevo juntos con su formación original. El NIN/JA tour no solo no podía defraudarme sino que además no iba a hacerlo. Ambos por separado ya serían grandes conciertos, si duda, de modo que disfrutarlos en conjunto iba a hacer que fuera uno de esos conciertos memorables, mucho más grande de lo que podía hasta imaginar. No podía ser de otra manera en el tour que significa, paradojas de la vida, la reunión de JA y el canto del cisne para NIN.

Las expectativas no eran sólo elevadas, sino más bien dadas por hecho. No cabía ni un solo ápice de duda, ni siquiera cabía posibilidad alguna de que se me pasara por la cabeza cualquier otra cosa que el que esto iba a ser muy grande. Pues bien, tras el primero de los dos conciertos que ofrecerían en LA (el otro sería el de Santa Bárbara) sólo puedo decir que así fue. Y es que el NIN/JA tour este que se marcan Trent Reznor y compañía mola mucho. Incluso más diría yo. Que soy totalmente subjetiva ya lo se y además no me importa. A veces el conjunto no es tan solo la suma de sus partes individuales y en el NIN/JA tour me dio a mí la impresión de que ocurre eso mismo.
Llegamos ya comenzado el concierto de unos Street Sweeper Social Club a los que nadie hacía mucho caso, y se me pasaron sin más pena que gloria entre el llegar, encontrar el lugar adecuado y el ir a por un par de cervezas, de modo que poco o nada puedo decir de ellos. Bueno, quizás que no me dolió mucho perdérmelos, que sí, están bien y eso, pero si me hubieran gustado de verdad les hubiera hecho más caso del que les hice. En esos momentos estaba creo más flipada por el hecho de que acababa de darme cuenta de que en este concierto por fin podía hacer una cosa que llevaba meses sin poder hacer. Y es que fumarse un cigarro y beber una cerveza al tiempo que escuchas buena música en directo es algo tan simple y tan poco apreciado que cuando no te dejan hacerlo lo valoras realmente en su justa medida. Y sí, el miércoles pude hacer todo eso a la vez sin que nadie me metiera en la cárcel en este, el país de las libertades.

Siempre he pensado que Trent Reznor es un tipo tan astuto como solvente así como una persona muy seria, tanto que incluso a veces se toma algo demasiado en serio a si mismo. Pero también creo que detrás de ese aspecto de hombretón y tipo duro del que va hay un corazoncito y más flexibilidad de la aparente. Nada de lo que yo pudiera decir aquí aportaría nada nuevo sobre la alienación y la angustia qeu TR expresa en sus canciones, pero sí me gustaría destacar el planteamiento que del concierto se ha hecho en esta gira. La actuación de NIN resultó tan potente y fiera como cabría esperar, pero creo que hay mucha igualdad en su conjunto, creo que no da casi ninguna concesión y que TR resultó, a mi modo de ver, algo seco en cuanto a que no fue muy comunicativo con el público. Ya se que tampoco es plan de contarnos la vida entre cada canción, pero como dicen en la isla, entre poc i massa sa mesura passa. Disfruté mucho de todas y cada una de sus canciones, aunque pecara en exceso del uso del humo y las luces estroboscópicas, pero claro, es NIN qué quieres, hay que crear atmósfera. TR ejecuta las canciones de un modo tan profesional y tan poco dado a las improvisaciones que resulta todo excesivamente medido. Ya se que en muchos conciertos las supuestas improvisaciones están igualmente orquestadas, preparadas y hasta ensayadas, pero en esos momentos al público nos funcionan igual de bien que si no lo fueran, de modo que sí, creo que a veces hay que buscar algo más de interacción, aunque la traigas preparada de casa. Lo que no me queda duda es de que TR se curra el concierto canción a canción y destila una intensidad hasta épica en según que momentos, haciendo que sus canciones ganen aun más, si eso es posible, en el directo. Ya había avisado de que en esta gira el setlist iba a variar a su gusto y parecer concierto a concierto, con lo cual nunca sabes qué va a caer y qué te vas a perder. Con la idea de que TR no es un tipo muy dado a las metáforas, el concierto me resultó muy auto-explicativo comenzando con Now I’m nothing tras la cual (y al igual que me pasó con más de una canción) creí entender perfectamente este adiós, según él momentáneo, de NIN de los escenarios. En el concierto de Irvine incluso se disculpó por not playing any hits tonight pero el caso es que la ausencia de Closer o Hurt por poner ejemplos fáciles quedó mitigada por canciones como March of the Pigs, surivalism, Mr. Self Destruct, Echoplex, The Hand That Feeds además de Head Like a Hole con la que cerró, y me hizo pensar que el destacar la ausencia de hits no podía ser más que otro modo de ironizar. Escucharle this is the first day of my last days con el que comienza Wish tomó cierto tono de sentencia, y corear el wish there was something real wish there was something true, wish there was something real in this world full of you en la gira final de unos NIN con ecos de desgaste fue tremendo. En algún que otro concierto de este NIN/JA tour salieron a hacer un bis con Hurt, pero por alguna razón que tan solo él conoce (aunque son muchos los que la intuyen) aquí no cayó. Y así, tal cual vino se marchó sin más concesiones que las estrictamente necesarias pero dejando una extraña sensación, cuando no volvió para el bis, de que con esa salida del escenario algo importante se había ido.





Tras el primer concierto del NIN/JA tour leí una crítica que comenzaba como bromeando al decir algo así como que tendríamos que mirar bien nuestra copia de Ritual de lo Habitual ya que en algún lugar del libreto debe estar el retrato de Dorian Gray de la banda, en el que se les ve con menos pelo y más barriga, como modo de decir que parecía que por ellos no habían pasado los años. La otra noche cuando hicieron acto de presencia sobre el escenario me acordé de eso, y algo más tarde ya metida en materia volvió a mi cabeza, y es que no es tan solo que físicamente parezca que hayan hecho un pacto con el diablo o encontrado la fuente de la eterna juventud, sino que además tocan como si no hubieran pasado 18 años desde aquella fatídica gira que les llevó a la separación a puñetazos. Los psych glam rockers más molones y atronadores parecen estar de vuelta con energías renovadas dispuestos a recuperar la gloria, y aunque quizás ya no sean los tipos duros, peligrosos e impredecibles que pudieron ser hace 20 años, resultan mucho más creíbles, auténticos y rockeros que muchos otros veinteañeros en plena revolución hormonal. Aunque puede que ahí detrás se den de ostias (que ya ha largado Farrell que no son fáciles las cosas en la reunión), sobre el escenario crean una atmósfera tan especial que el resto daba igual y hace que hasta me divierta pensar que cada vez que Perry Farrell se acercaba a Dave Navarro o a Eric Avery le dieran ganas de pegarle una ostia o meterse la zancadilla o algo, pero no, por supuesto que eso no iba a ocurrir, e incluso cayeron en algún momento de falsa complicidad provocada por la propia euforia del momento y las canciones. La salida al escenario de Janes Addiction fue como debe y a juego con el inicio de Three days, algo hipnotizadora, como de quien se sabe deseado.



Tras eso daba comienzo el espectáculo, con un Perry Farrell algo bufonesco, un Dave Navarro más comedido de lo que quizás me esperaba, un imprescindible Stephen Perkins y, mi debilidad y su arma secreta, Eric Avery. Avery siempre me ha parecido un tipo molón, y la otra noche no hizo otra cosa que gustarme más, sacando a pasear sus dotes de hipnotizador al bajo ofreciendo momentos realmente memorables. Además de eso, siempre me ha parecido un tipo muy auténtico, como a lo suyo pasando del histrionismo de unos y del postureo de otros. Anoche hubo momentos para todos, pero él no buscaba o reclamaba con demasiado afán los suyos, él iba a lo que iba que es tocar el bajo. Por momentos se dedicaba a dar vueltas sin más por el escenario y en otros momentos simplemente se subía a un ampli del lateral y ahí sentado se ponía a tocar como si el resto no fuera con él, como disfrutando de la canción a su modo. De Dave Navarro qué puedo decir que no se haya dicho más y mejor en cualquier otro lado, bueno, además de que me sorprendió para bien ya que me lo esperaba algo más exagerado. Siempre tan propenso a dejarse llevar por el postureo y el exceso en las formas, se pasó todo el concierto raramente centrado en darle vida a esos riffs que acumulan ya tantos años, como poniéndose a disposición de la canción y de su guitarra, y no al revés como le ha ocurrido en tantas otras ocasiones. Bueno también que, como no podía ser de otra manera, iba a torso descubierto desde casi la primera canción. Hubo algún momento en el que mientras Navarro se marcaba un solo de esos impresionantes pensé: joder, qué gran invento esto del rock! Y es que a mí el sonido de una guitarra eléctrica debidamente acariciada me pone mucho. Perry Farrell es un tipo simpático que habla con el público y busca su respuesta, y aunque dice muchas tonterías (pobre) se le perdona todo y hasta te ríes. Comentó en varios momentos que estaban encantados de tocar aquí porque estaban en casa y que su familia estaba ahí, continuaba con que si LA que si la costa oeste, por si aun no quedaba lo suficientemente claro que jugaban en casa.

Ahora con la formación original (recordemos que Eric Avery se negó a unirse a la banda en esas vueltas durante la última década) cabe preguntarse si la falta de chispa de esas vueltas era porque la banda como tal ya no funcionaba o porque quizás EA aportaba más al conjunto de lo que a priori pudiera parecer. Según lo visto sobre el escenario, esta reunión de la alineación inicial ha reavivado esa química. Tampoco quiero decir con eso que EA sea más determinante, los 4 lo son como tal, y la ausencia de cualquiera de ellos haría que no se produjera esa química, que aunque puede resultar en cierto modo explosiva para sus componentes resulta claramente memorable para el resto. Ofrecieron un show muy cañero y tan rockero como cabría esperar, así como muy centrado en el Nothing shocking, y con pocos peros a la actuación, tan solo un pequeño parón algo descuidado, tras el cual Perry Farrell soltó un claro you want perfection, you can go to hell! Cerraron de un modo delicioso con una Jane says en acústico y ese momento unplugged me resultó en cierto modo extraño, pero tan raro como precioso, raro digo viniendo de un grupo que siempre ha hecho de su máxima el más es más. Do you love us? Because we love you, oh, we really do. Pues claro que os queremos Perry, siempre que nos ofrezcáis esas canciones aquí estaremos. Tras eso Avery se marchó frugal por donde había venido mientras que los otros tres componentes del grupo se quedaron regocijándose aun más, si es que eso era posible, en ese baño de masas final.




Una hace lo que puede para mantenerse en guardia y no perder ese toque hasta ingenuo de quien quiere verle el romanticismo al asunto, pero no puede sino ser consciente de que este tipo de reuniones vienen motivadas única y exclusivamente por la pasta, y eso denota el aspecto más frío y vulgar de la música. Pero hay ocasiones en las que hay que reconocer que aunque haya sido por la pasta, bendita sea cualquier excusa, sea cual sea, por hacer que gente como Jane's Addiction se suba de nuevo a los escenarios y toquen esas canciones como lo hacen. Y aunque las tocan en principio para nosotros en realidad las tocan para ellos, porque al darnos estas canciones además del deleite musical que puedan sentir interpretándolas lo que buscan en nosotros es el reconocimiento, la ovación, y en definitiva alimentar su ego. Que son unos yonkies no lo digo yo, es un hecho, pero además de a otras cosas son también unos adictos de su propio ego, de las endorfinas de las ovaciones, de los focos, de los aplausos, del escenario por el escenario, de las masas (que no la gente). Eso se pone de manifiesto con esta gira, pero lo hacen de un modo que no resulta molesto o irritante, porque cuando los ves entiendes que son tan solo personas adictas, sin maldad y con un buen puñado de canciones que ofrecer. Si ellos son mis dealers, yo soy el suyo; si ellos me dan a mí mi droga, sus canciones, yo les doy a ellos lo que merecen a cambio. Y así todos tan contentos.

lunes, mayo 18, 2009

Poema frustrado

No soy mucho de poesía, pero de la poca que soy lo soy mucho. A qué estás esperando para leer algo suyo? Y así hace unos 10 años, con una pregunta algo retadora y llena de asombro ante mi incultura, Santi me regaló un libro. Cuando he visto esta mañana que su ausencia será real e inevitable me ha entrado una extraña sensación de tristeza y desazón, y he pensado que con su marcha el cinismo ha ganado un poquito más de terreno.
Me dejas con mi vida, mi trabajo, mi gente y mis puestas de sol. Me dejas sembrando confianza, derrotando imposibles, descifrándome a solas. Me dejas con mis dudas, con mis inmadureces y sin tu veteranía. Pero no creeré ese falso abandono, estarás donde menos lo espere. Estarás en un horizonte sin horas, en mi sombra. Saber que usted existe me hacía sentir, seguir teniendo esperanza en el ser humano. Pero mejor hagamos un trato. Contar con usted fue tan lindo, se que puedo seguir contando con usted, no hasta dos o hasta diez, sino contar contigo. Si alguna vez me encuentra huraña sin motivo, no piense qué flojera, igual puede contar conmigo, yo quisiera contar con usted, es tan lindo pensar que acudes presuroso en mi auxilio y saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo. Construir con palabras, quedarme en tu recuerdo, que no nos vendamos simulacros y que por fin me necesites. Inventarte es mi forma de creerte. Si cada hora viene con su muerte y el corazón del hombre se hace añicos, usted se preguntará por qué cantamos. Si estamos lejos como el horizonte, si cada noche es siempre alguna ausencia y cada despertar un desencuentro, usted se preguntará por qué cantamos. Cantamos porque el grito no es bastante, y no es bastante el llanto, cantamos porque creemos en la gente y porque venceremos la derrota, porque cada pregunta tiene su respuesta y sobre todo, cantamos porque no queremos que la canción se haga ceniza. Te espero para hacer luz en estas mis noches que son tan frías. Te espero cuando el día se me hace de noche cuando me sienta sola. Usted y nosotros. Solo pedía que mi espacio llenes con tu luz. Con tu puedo y con mi quiero hemos ido juntos, porque el mundo desafina con el hombre, pero si ya no estás mejor te invento.

viernes, mayo 15, 2009

Support your local? scene

Con motivo de la presentación mañana del libro que ha escrito sobre Tom Waits, el periodista musical Barney Hoskyns visita LA y por aquello de la promoción he leído una entrevista suya en no se que periódico que he encontrado abandonado en la cafetería. En ella el británico, a parte de su libro y otras cosas, habla de su relación con la escena musical de LA, ciudad en la que vivió mucho tiempo, y de toda una serie de cosas a las que (como siempre) yo podría añadir algún que otro pero. Comenta que en la ciudad angelina la escena local sería más bien como una muestra representativa de lo que sucede en otras partes, en el sentido de que no tiene una escena propia y característica ya que es por aquí por donde pasa casi toda banda que quiere hacer algo. Es una escena local, mucho más profesionalizada si quieres, que se nutre de bandas noveles que se mudan al sur de California desde cualquier parte con la idea de hacer ruta y, a poder ser, pillar contrato claro. Una escena muy activa, muy movida y muy poco local en el sentido estricto de la palabra, supongo que es lo que pasa en un lugar en el que se mueve gran parte de la industria y en el que existe una cultura musical tremenda. También comenta que la idea de las escenas le parece casi desaparecida y que con el tiempo esa falta de escena local ya no se da solo en LA, sino que esto de las escenas locales menos locales ocurre cada vez más, al vivir como lo hacemos en un interconectado mundo digital en el que de donde eres es lo menos relevante y en el que las influencias no se ciñen sólo a lo de tu entorno más inmediato, y por tanto es hasta obvio en parte eso de la cierta uniformidad de sonido. A todos nos llegan las mismas referencias al mismo tiempo y podemos acceder a música que se hace en la otra parte del mundo sin mucha dificultad. Quizás local pase a significar más un rango de acción más limitado y estrecho, con menos capacidad de maniobra, que hacer las cosas de un modo concreto e influenciado por tu entorno más inmediato. Comenta que desde que él llegó a California hace unos 30 años ha visto como aquella idea de escena local parece casi desaparecida por completo en LA para convertirse en lo que él llamaba a sort of a microcosm for what’s happened everywhere, y lo hace extensible en los últimos años a otros lugares. Hubo un momento, continúa diciendo Hoskyns en la entrevista, en el que la identidad musical coexistía con el ambiente, pero actualmente hay un nivel muy alto de homogeneidad. Tras la crítica sobre la personalidad musical el entrevistador le pregunta si cree que es una cuestión de falta de originalidad o es culpa de la atomización provocada por internet, a lo que el entrevistado (que ambos son periodistas) contesta que tampoco pretende hacer un juicio a las bandas, que es tan solo que el de donde seas ya no es relevante o determinante para que tu sonido se defina de un modo u otro. Habla sobre una cuestión de valor de choque, lo que él llama el shock value o también counter-cultural impact, y que el golpe emocional que pueda producir la música ya no es lo que era o lo que fue. También dice que no hay modo de que aparezcan bandas como Led Zeppelin o los Sex Pistols, bandas capaces de alcanzar ese nivel de impacto. I’m not being nostalgic, it’s just how it is. We’re coming to the end of an era, if we aren’t already there continúa para rematar diciendo que Cobain fue la última gran estrella del rock y que Radiohead es la última gran banda que va a significar algo. Termina con eso matizando que tampoco quiere decir que no haya buena música, que cree que hay voluntad, pero que el consumo es diferente y se juega en una dimensión también diferente. Bueno, pues eso entre otras cosas y su libro sobre Tom Waits es lo que he leído hoy durante mi almuerzo y lo que me ha rondado por la cabeza después.

lunes, mayo 11, 2009

Back to the show

Últimamente llego tarde a todos lados, y en semanas como estas últimas hasta mi propia vida se me escapa y va más deprisa de lo que me gustaría y no llego a alcanzarla, o esa es la sensación que tengo. Y claro, anoche no iba a ser diferente, de modo que por mi culpa nos perdimos a los teloneros (que no tengo ni idea ni de como se llamaban) y llegamos bastante justos al concierto de aquellos que nos sacaron de casa un domingo por la noche, en un fin de semana en el que ya había habido esto el viernes y esto el sábado.


Antes de entrar en la sala, cuando apurábamos un cigarro rápido (in SchwarzeneggerLand lo de fumar está casi peor visto que estornudar estos días) a la pregunta de “entonces esto es una gira nostálgica de esas que se reúnen para hacer caja?” contestaba algo así como “no lo veo yo así, yo me lo tomo como una gira como con 15 años de retraso” además pensaba también, nostalgia de qué. Y es que The Vaselines llegan después de casi dos décadas mientras que por sus canciones parece que no pasa el tiempo. Cosas de la música, a veces ocurre eso, es como si hubiera sido necesario dejar reposar las canciones todo este tiempo para ser apreciadas y/o valoradas como merecen. Cuestión de timing supongo, no son los primeros a los que les sucede ni serán los últimos. Durante ese tiempo se mantiene y se aviva por unos pocos y, casi sin pretenderlo del todo, ese status de banda molona y de autenticidad que envuelve a la banda de repente se vuelve a su favor. O eso me parece a mí.
En esta gira se hacen acompañar de dos componentes de Belle & Sebastian (Stevie Jackson y Bobby Kildea) pero son ellos dos, Eugene Kelly and Frances McKee, los únicos y lógicos protagonistas, que se pasaron todo el concierto haciendo bromas e interactuando del modo que podían con el público, que si os enseñamos palabras o expresiones escocesas y vosotros propias de California, que si en el avión que nos traía tal, que si una noche iba conduciendo y bla bla bla… la broma que se alargó durante todo el concierto fue la del bikini y hubo un momento en el que entre las risas y la charla aquello parecía más un club de la comedia a dúo aderezado con canciones, incluso en un momento el propio Eugene dijo aquello de venga, ya, volvamos al show. Fueron presentando de ese modo cada canción con cosas como this one's for all you Bible bashers out there para Sunbeam o diciendo que the day I was a horse es sobre tomar LSD y pensar que eres un caballo. Me sorprendió y mucho que no llenaran en una sala que no es tampoco de las más grandes, y se notaba también mucho quien estaba ahí con ganas, quien con curiosidad y quien simplemente por acompañar. Disfruté bastante del concierto que, además de lo que digo de divertido, sonó bastante bien (no negaré que eso me sorprendió en cierto modo) y al final la hora y cuarto de concierto se me hizo bastante corta. Tenía ganas de verles cantar esas canciones que destilan tal cinismo y comprobar cómo le quedan a unos cuarentones sin remedio cantar sobre el sexo, las drogas y el rock de aquella manera. Durante el show preguntaron quién tenía alguno de sus discos, “de los antiguos, no este de ahora” haciendo referencia al Enter the Vaselines que acaba de sacar SupPop y que más de uno cargaba ya en mano al haberlo comprado en el mismo local (me encanta, por cierto, la foto del disco en la uqe se les ve tan jovencitos). Ante la pregunta pocos fueron los que se apresuraron a hacerse valer levantando la mano, y aunque yo tampoco pude hacerlo pensé en aquel cassette (que creo recordar me pasó Bosco) en el que tenía grabado algo de ellos y que debe haberse perdido en algún punto entre mi adolescencia y mis 30 años de ahora o algo. No iré de lo que no puedo y admitiré que a mi los escoceses me llegaron a través de Kurt Cobain, como a muchos aunque ahora vayan de iluminados (que he oído y leído ya) diciendo que ya los conocían y demás. Pues yo no, en mi adolescencia o me llegaban las referencias así a través de lo más inmediato (no negaremos ahora que Nirvana era algo inmediato, si estaba en todos lados, te llegaba sí o sí) o me quedaba sin ellas directamente. El caso es que esta banda conmigo ha funcionado de un modo tal que al escuchar de nuevo su música para este concierto me he dado cuenta de que aun sin ser consciente de ello esas canciones de tan aparente simplicidad se hicieron un hueco por mérito propio, y sin tener tampoco ninguna sensación de paso del tiempo. Por eso, y supongo que por alguna otra cosa más, me imagino que no lo veo como una gira reunión nostálgica propiamente dicha. Simplemente llega cuando tiene que hacerlo.



Hace tan solo unos días y con motivo de los conciertos que dan esta semana por los USA leía una entrevista al grupo (bueno más bien a Kelly) en la que este decía algo así como que no quieren ser algo retro, que quieren sonar como una banda actual, y ello significa también nuevo material (no se si con intención de querer diferenciarse algo de aquellas bandas que se reunen con intenciones meramente lucrativas) y anoche entre las canciones de entonces presentaron alguna nueva (creo que fueron 2) y que a mi me sonaron bastante bien (Hey, we got nothing to say but we're saying it anyway, dí que sí).

Al terminar el concierto el comentario fue “pues me han sonado muy a lo de ahora, muy a Vivian girls, the pains of etc e incluso a las Dum Dum Girls de LA”. Claro, si es que ese indie-pop lo-fi y un tanto naïf está ahora en pleno revival, pero que no se nos olvide que estos dos lo hacían mucho antes, que lo escuchado en el concierto tiene más de 20 años. Para terminar en la entrevista que comentaba antes Kelly decía you can only back once, a lo que yo digo que sea para quedarse, y si no por mi que vuelvan todas las veces que quieran volver.