Malamarismo

El carisma de María Rodríguez, La Mala, es indudable. Anoche actuaba en el festival Brot (del cual solo hablaré de ella, más que nada es que llegué ya comenzado Macaco y de los japos no me da la gana decir ni mu). Como decía, la Mala es una mujer de gran carisma que ha logrado un hueco destacado en el hip hop, buscando una posición intermedia, y no siempre fácil ni cómoda, entre la comercialidad y la autenticidad manteniendo la propia personalidad en su ya tercer disco, disco de los más esperados del año y no solo por los aficionados al hip hop.
Hace poco leía sobre ella que pocas veces sucede que un adjetivo adquiera categoría de sustantivo y sea elevado a nombre propio, y qué razón tenía el que lo afirmaba. Salió como siempre chula “aquí está la Mala” y poco a poco fue desgranando su nuevo disco entre canciones de los anteriores, se notaba mucho cuales eran las nuevas ya que como el disco no sale hasta mañana lunes (cosa que se encargó en destacar bien varias veces la propia María) la gente no se conocía las canciones. Y entre lo de anoche y lo escuchado en su myspace me he hecho una idea de lo que va Malabarismo, y aunque en la discográfica dejen caer que la maternidad la ha dulcificado yo creo que no deja de ser otro modo de vender el producto. El single, "Nanai", va sobre los malos tratos. El estribillo muy duro dice:"Hacemos buena pareja: tú me pegas y ella se deja. Mírame a los ojos si me quieres matar". También me ha gustado "Menos tú", que reza: "Todo está mal, menos tú; todo es una mierda, menos tú; todos se equivocan, menos tú; pero tú ¿qué te crees que eres?". En Miedo el rapero que le acompaña suelta lindeces del tipo: "Aquí hay un negro que va a enseñar a follar a tu mujer". Como siempre en sus canciones te quedas con frases lapidarias como por ejemplo: "No soy Superman, soy la María, hago grandes los días", "El loco es loco porque no le importa ná", "¿Por qué no voy a luchar si no tengo nada que perder?", "Deja de pensar que dejar de pensar es bueno". En sus canciones se entrevé que a ella la vida le duele y le gusta, pero eso sí, siempre con toda la intensidad posible. Durante el concierto, que resultó algo escaso, la Mala auto-publicitaba su disco (como no podía ser de otro modo, que para algo estaba ahí) en el que, según ella misma dice, ha puesto todo su entusiasmo y vitalidad.
María no canta, ni rapea; Mala malamarea.

Ostia puta ya!

Tengo una mala leche hoy y un mosqueo con mi jefecillo inmediatamente superior que cuidado no diga las cosas tal y como son en la reunión de esta tarde con el jefe supremo.
Que hoy me ha tocado los cojones ya de buena mañana con sus tonterías y tengo una vena flamenca que ni yo misma me aguanto!
Menos mal que es viernes…

Hoy me ha dado por el último disco de Ricki Lee Jones, a la que todo el mundo califica como la cantautora más mitificada del pop, con un estilo típicamente americano, entre el blues y el country (aunque quizás algo más cerca del primero que del segundo, claro) y con cierto toque jazzístico.
Ya lo se, resulta que he tardado bastante en escucharlo. Pero es que no se que tiene este disco que me daba tanta pereza. Bueno, si que lo se, tiene algo de confusa espiritualidad que me ha hecho arrinconarlo cerca de dos meses (y es que no siempre está una preparada para trece canciones inspiradas en pasajes del Nuevo Testamento, dedicado a las palabras de Jesús y a lo que el hijo de Dios diría si viese lo que se está haciendo en su nombre…).
Hoy, por fin, un cuarto lunes de una semana que por fin empieza a desfallecer, ha llegado el día de The Sermon On Exposition Boulevard.
Y tengo que decir que me ha atrapado, aunque sea solo por momentos…

This is not about music…

…but sometimes this kind of things happens.

Hoy he estado castigada todo el día.
Lo de los auto-castigos no lo aplico muy a menudo, aunque más de una vez lo merezca. En otras ocasiones es casi una obligación lo de imponerme un escarmiento, por gilipollas, y así de este modo fustigarme más si cabe ante mi incapacidad de ver la realidad tal y como es, de mi persistente costumbre de disfrazar las cosas para, de ese modo, verlo todo tal y como me gustaría que fuese en realidad. Lo único constante en mi vida es su capacidad de ignorarme, yo me autoengaño una y otra vez, pero entonces algo ocurre de nuevo, y me vuelvo a despertar. Entonces de repente me da un ataque de realidad y me paso jodida varios días. Y aunque piense firmemente que él aun no se ha dado cuenta de que soy la mujer de su vida, ni de lejos es así. Mañana pensaré de otro modo, pero tampoco será verdad.
Hace días que no le he visto ni se nada de él, y aun estamos a jodido puto lunes de mierda…
Me temo que acabo de comenzar una semana de todos días lunes.

[I promise you something in English as soon as I had time to write something interesting to you (mmm... I'm thinking about...), maybe so much in Spanish is so hard, although I know of your very good spanish, better every day...]

Hace un par de días Joan me reenvió un mail que había recibido de Mushroom Pillow en el cual comunicaban la cancelación del concierto que Triángulo de Amor Bizarro tenían que dar esta misma noche en la Sala Sonorama.
Joer… qué rabia! pensé. Con lo que me apetecía a mí este concierto…

Pero hoy joan Vich da a entender que el asunto podría ser peor que la cancelación de un solo concierto, ¿Sonorama cerrado?

Sin que haya nada confirmado, solo pienso que algo tan bonito (la programación de la sala se salía) no podía durar (y si pensamos en quien está detrás de la sala solo era cuestión de tiempo que algo ocurriera…).

Destruye y vencerás

Puntuales y correctos salieron Post para animar un poco más si cabía el ambiente del teatro Lloseta, que presentaba un casi completo para la cita. Y la cita no era otra que la presentación del segundo disco de Sterlin, Destroy.
El grupo va mejor cada día y su directo es tremendo, solvente, creíble, con una energía que pasa de la calma y dulzura a momentos de ira y tormenta a través de la hermosa voz de una Adela simpática y agradecida (“gracias por haber venido, hace un día espantoso”) que se confesaba algo nerviosa ya que “eso de tocar aquí delante de tantos amigos impresiona un poco”. Destroy resulta algo más despiadado y menos correcto que su predecesor, pero asimismo romántico, aunque eso sí, desesperadamente romántico de modo que se descubre tierno, tozudo, sentimental, rebelde e idealista todo a la vez. Como ofreciendo las dos caras de una misma moneda. El público se mostró en todo momento entregado a unas canciones más que solventes, redondas y llenas de energía, como hipnotizados por unas guitarras tremendas. Adela llena el escenario ella solita sin necesidad de hacer gran cosa, tiene presencia y muchos directos de rodaje que se notan. El concierto se llenó de momentos tremendos, como cuando tras una gran versión de los clash vino una magnífica I love love, quizás la canción que más me ha llegado de este álbum, aunque también llegaron las imponentes God gave me a gun y Son of a bitch. El único pero de la noche fueron los problemas con el bajo, que llegó a inexistir parte del concierto, pero aun y eso sonaron bien, más que bien. Y cuando llegó el momento el público allí congregado pidió merecidamente el bis, un bis en este caso necesario para calmar la necesidad de la gente de algo más, y es que entre canción y canción solo se oía a la gente decir “pero qué buenos son”, de modo que en este caso el bis estaba totalmente justificado, tanto que hasta salieron una tercera vez alentados por un público ávido de más Sterlin que cerraron velada con the loneliest girl in the world, y como dijo adela para despedirse, soy la chica más solitaria del mundo muy bien rodeada por todos vosotros.

En definitiva, un gran concierto de una banda que nos permite ver a Sunflowers, The Fits, Baby Powder, Slide, Solution y a Sexy Sadie reunidos bajo un mismo nombre sobre el escenario.

Solo una cosa más, en el teatro Lloseta no se puede fumar, pero en el bis Juanjo, el bajista, salió con un cigarro en la boca, después de la nochecita que le habían dado cualquiera le dice algo. Con lo mal que se lo hicieron pasar al pobre…

Mi italiano preferido ha pasado por la isla unos días. Hemos ido de paseo y me ha hecho varias fotos.

Cansada como puede estarse tras unas minivacaciones en las que no he descansado mucho pero si desconectado bastante, me reincorporo con un único pensamiento, qué gran invento eso de las vacaciones!!!

Y para un día así como soso, gris y parsimonioso me he puesto lo último de los Sunday Drivers, repleto de melodías de juguete con las que lleno mi espacio de un pop alegre y ocurrente, pero en cierto modo algo anodino.

Quizás es que hoy todo aquello que rezume algo de vitalidad me da repelús.

Hace pocos días comentaba con una amiga lo importante del contacto físico, por casto que sea (al principio y/o en público, o con los muy amigos, claro). Ella me comentaba que hacía poco le gustaba mucho un chico, y que de hecho llegaron a quedar un par de veces, pero que de repente le dejó de interesar porque no la tocaba nada, y la entiendo. A mi me pasa también que al hablar con un chico (y sobre todo si es por la noche, en un bar y de copas, y más aun si es un chico con el que existe cierto y claro coqueteo), decía, que al hablar con un chico me gusta que me toque algo, que me coja el brazo, o tenga cualquier gesto de cierto acercamiento físico, es imprescindible, lo que sea pero que me toque. Para mi desgracia tengo que decir que tras aquella conversación me he dado cuenta de que me pasa eso mismo con un chico con el que tengo (o debería decir tenía) cierto interés. No me toca, no realiza ningún tipo de acercamiento físico, y realmente no estoy nada acostumbrada a algo así y me tiene totalmente desconcertada, mientras estoy acostumbrada a mucho contacto físico con mis amigos de toda la vida quienes me cogen sin pudor alguno. No estoy hablando de los típicos pulpos, que también los hay, claro, pero en este caso solo estoy hablando de contacto físico imprescindible para crear un mayor vínculo con la otra persona y más confianza mutua.

Conner orbest es tan insultantemente joven para las canciones que hace que por momentos estremece escucharle, aunque en el mejor de los sentidos, no por malo que ni mucho menos.
En su búsqueda de la música de raíces norteamericanas Bright Eyes nos presenta un disco algo más maduro (y no solo en lo musical) manteniendo en muy buena cota la hermosura que deambula entre el rock y el folk.

Cassadaga pasará a formar parte de uno de los lanzamientos del año sin duda, y probablemente esté también entre lo más brillante del catálogo de la banda del de Nebraska.

Sí, lentos, de hecho forman parte del pelotón del slowcore, pero también intensísimos y violentos, a la vez que bellos.
Enérgicos, vehementes y sublimes como lo son la muerte, el suicidio, las armas, los asesinatos y Dios.
Un disco para disfrutar tranquilamente.