viernes, abril 28, 2006

No dejan de sorprenderme estos momentos de resonancia desconocida en los que prima aquello que te encuentras en la calle.

El tiempo corrompe, y cuanto más pasa sin proceder, más viciado está el ambiente. El tiempo también es burlesco y cruel como cualquier desengaño, pero transcurre al ritmo de los propios pasos. Estoy un poco harta de atenderlo, de modo que me las guardo para devolvérselas al destino cuando vuelva a pasar por delante. Insomnio la noche y desde esa distancia intentaba borrarlo todo de las retinas para no recordarlo hoy.Pero al final logré dormir, y después de eso toca despertarse en una especie de reseteado diario. Y ahora que lo recuerdo me parece tan significativo que voy a empezar a apelar a la locura. Las cosas cambian, y no creo que seamos tan necios como para no verlas venir.
Tampoco debería ser de ese modo.
Es una cuestión de osadía. El autoengaño se convierte en algo crucial. Aunque sea hipócrita de sentimientos, aunque falsifique las sensaciones al transcribirlas e invente de nuevo sentimientos, aunque realmente sea de piedra... si fuera así, el mundo sería un lugar más agradable para vivir, y yo podría soportarme mucho más. La reflexión crítica conmigo misma acaba por crear un espacio inerte que, como en la canción, consigue separarme del asunto en un momento, sin casi ni proponérmelo, y manteniendo un rumbo estático me pregunto donde se irán las cosas que pensamos, donde se fué aquella primera. Ya no estoy segura de mantener algún tipo de sentimiento dentro.
Y del mismo modo que en aquel viaje de puesta a punto, en algún momento pondré de nuevo el contador a cero.

miércoles, abril 26, 2006

De vez en cuando mi cabeza explota, después de eso reúno los restos y me fabrico otra cabeza.

domingo, abril 23, 2006


Se ve que hace tiempo ya que muchos lo pensábamos, pero ninguno se atrevía a comentarlo, supongo que porque nos apetecía un programa de música con cierta calidad, aunque el experimento no de tanto de si como en principio podíamos esperar.
Me refiero, como no, a iPop.
El programa en realidad está bien, con matices (que todo se debe matizar), ya que aun le falta mucho para ser un verdadero referente musical y cultural. A quien no soporto es a la china patino, una tía un poco patética presentando que me pone super nerviosa, especialmente cuando realiza esos pequeños gruñidos cada vez que termina una de sus penosas intervenciones. Cargada de una falta de gracia que pretende ser trasgresión, su presencia y actitud es de un petardeo supremo, en un intento de modernismo rancio y tendencia trillada, más preocupada en lucir imagen que en otra cosa, con ese estilo de caramalaleche comedida que resulta obsoleto. Alguien la debió engañar un día y decirle que queda muy bien, que molan esa especie de grititos estilo punk que suelta sin venir a cuento, y no nena, no es así.

La china patino forma parte de Cycle (Confusion!!!), porque decir que es la cantante sería una concesión que no estoy dispuesta a hacer, más bien es la corista o algo así, ya que su misión se limita muy mucho, quedando relegada a pegar grititos y saltitos en actitud pseudo punk y enseñar las bragas en directo en su papel de mero consorte del resto del grupo. Cuatro coros por allí, un par de movimientos sugerentes por allá y ya tenemos al público masculino idiotizado por completo. En general el grupo tampoco es la gran maravilla, de modo que el hecho de que con unos cuantos estribillos pegadizos y una actitud fingida de “salvadores de lo underground” ya resulte suficiente para ser considerados grupo revelación del año (2005) lo único que indica es la notable carencia que existe en la actual escena musical española. Aunque parezca que si no te gustan no eres lo suficientemente “cool”, Cycle me dejan un poco fría y, si bien les doy oportunidades de vez en cuando, no logran convencerme del todo. El éxito del grupo sigue sin resultarme del todo creíble, pero está claro que ojalá toda la música que se hace aquí fuera como ellos (así de mal esta el panorama). La fórmula que explotan es sencilla, golpeos tecno a lo Front242 con algo de intento pop gótico alemán y algo de rock guarrete (sumado a que en directo le meten subidones de discoteca) nos la cuelan sin demasiados problemas.

Ordovás es el que está detrás del programa (se me ocurre que lo presente él mismo, su freakeo sería impresionante) intentando sacar adelante un proyecto musical para tv de línea continuista a lo que hace en radio3. Buenas intenciones en un intento de aunar comercialidad e independencia, pero que no acaba de convencer. El programa tiene varios puntos a su favor, como lo es la música en directo, que se agradece (me gustó bastante poder ver la actuación de Garzón, por ejemplo), y la petición de que el público envíe las maquetas de sus grupos, dando cancha así a bandas que de otro modo no podrían tener ese tipo de promoción. Por otra parte también está el temor de que haya sido programado como mero reflejo de la última y más banal moda social: ser indie o underground mola (rollito quien lleva chapitas es más alternativo, y por tanto, más guay). No haré comentarios sobre los numerosos aspectos que sugieren una más que clara imitación del programa de Kate Rush por demasiado obvios. Al parecer entre las candidatas a presentar el espacio también estaban Cristina de Clovis y Silvia Superstar de Killer Barbies. Yo hubiera propuesto a Silvia Superstar sin dudarlo ni un momento, resulta mucho más auténtica y, como le importa un pito el resto, hubiera podido hacerlo muy bien aunque con un estilo más agresivo, sin embargo la cantante de Clovis y autora del fanzine "Catódicos Protestantes" hubiera sido una opción mucho más válida que la que al final se decidió.

Killer barbies: Godzilla (bajo), Doctor Muerte (guitarra), Silvia Superstar (voz), Billy King (batería)

Lo que es realmente irritador es la omnipresencia de Subterfuge en todo el programa. La presentadora es de un grupo de la discográfica, y es bastante común la auto promoción (videos de Cycle, reportajes sobre la gira de Cycle…), la sintonía del programa ha sido creada por el mismo grupo, un especial Subterfuge, Glamour to Kill, un reportaje del 8ymedio (que conste que a mi esta sala me gusta y mucho) cuyos responsables están ligados a L-Kan (del mismo sello), Lonely joe, humbert humbert y qué decir del reportaje de la tía esa que recita con (también subterfuge) mastretta!! Asimismo la estética general del programa (en un intento de grafismo moderno) es muy subterfuge, de hecho está hecha por Miguel Angel Martín, el dibujante de cómics que diseña para el sello. En el programa se pudo ver un reportaje de los dos conciertos de Cycle el 14 de febrero un poco patético (rollo como molamos, damos dos conciertos); tras la actuación del grupo en Madrid siguen al grupo cuando pillan un avión camino a valencia (en el trayecto la china flipada pilla los mandos del avión) sin ni siquiera nombrar la actuación en el mismo concierto de rinocerose o Jay jay Johanson. Encima, tras cosas de este estilo (la china a los mandos de un avión o la presentación del nuevo cantante de Cycle) cortan los videos por falta de tiempo. O como ese reportaje en Manchester, que más bien parecía un reportaje sobre la china de paseo por Manchester, sin un mínimo intento de hablar de su actual escena musical o sobre la relación de esa ciudad con la música pop (al menos tuvieron la decencia de poner a los Smith de fondo, por un momento lo dudé a favor de Cycle, por ejemplo). [Se especula con que todo esto responde a una clara maniobra de subterfuge de hacer con Cycle lo mismo que con Dover o Fangoria, venderlos a una multi tras la promoción]
Yo quiero que iPop funcione, que se convierta en lo que pretende y aspira, a ser un referente no solo musical, sino también cultural, que sirva para mostrar, y demostrar, que hay más opciones que las que se nos ofrece con mayor inmediatez. Es de agradecer que haya un espacio dedicado a la música pop-rock “alternativa”, entendiendo por alternativa todo aquello que huye de los circuitos más habituales de promoción; pero también creo que un programa de tv con este contenido podría hacerse mucho mejor. Que me deje a medias y aun así me valga dice bastante. Mejor tener este programa que no tener ninguno.

sábado, abril 22, 2006

Esta noche hemos visto el reportaje que sobre la autopista de Ibiza han hecho en Informe Semanal, reportaje que en principio estaba programado para hace unas semanas pero que salió de parrilla debido a los escándalos de Marbella. En fin, en todos lados cuecen habas que dicen, no?! Es vergonzoso que en una isla cuya mayor distancia en línea recta es de 42 Km quieran construir una autopista de esas dimensiones en la que se podrá circular a 120 Km/h. Reconozco que el trayecto entre Ibiza y San Antonio es muy malo, lo se, también se que es uno de los tramos más peligrosos de Europa en el que hay numerosos accidentes y por tanto víctimas, de hecho conozco gente que ha tenido accidentes en ese mismo tramo, pero entre una cosa y otra hay más opciones, de todas formas tampoco me apetece mucho meterme con el asunto de la implicación Matutes y todos esos rollos… Este tema siempre deriva en una extensa discusión que a veces me aturulla y sobre todo, con según quien, me compromete en cierta medida.
El jueves precisamente fui al preestreno de una película rodada en esa misma isla. La película en cuestión es AISLADOS del ibicenco David Marqués con tres únicos protagonistas, Adrià Collado entre ellos. El equipo de la película (6 personas en total) estaba en el preestreno (menos precisamente y muy a mi pesar el mismito Collado) que fue presentado por el director de un modo bastante escueto con un breve “Siempre digo que a mi no me gusta presentar las películas, a mi lo que me gusta es despedirlas” y en ese momento comenzaron unos 90 minutos de auténtica rayada. En la película, que me pareció muy buena, no ocurre realmente nada en el sentido de que no hay una trama o una historia con un inicio claro, un desarrollo y un final feliz, dentro de los límites más habituales. Simplemente son dos amigos que se reencuentran en la isla, tal y como quiere reflejar el título, aislados, en una isla a dos. El asunto se desarrolla a partir de los dos protagonistas y a base de las conversaciones entre ambos podemos retratarlos. No resulta pretencioso, ya que no son conversaciones transcendentales, más bien todo lo contrario, mucho más propio del espíritu de la isla; tiempos muertos e interminables conversaciones absurdas y sin sentido que, con un lugar más que importante en nuestra vida, producen el verdadero placer de las cosas sencillas. A lo largo de la película esas conversaciones banales sacan más que una simple sonrisa y aunque a veces los protagonistas son personajes simples rozando la tontería acabas por pillarles la gracia y te resultan hasta entrañables. A todos nos pasa eso de quemar la tarde o pasar el tiempo sin hacer nada en especial más que hablar de trivialidades y, como digo yo siempre, de este modo arreglar el mundo. Ya lo dijo David Marqués después del pase, entre amigos se habla con la tranquilidad de saber que no te están juzgando, que tu colega te conoce y no va a mal interpretarte, y de este modo se habla sin tapujos y hasta de un modo algo deslenguado. Como digo, en la película no pasa nada más que eso mismo, pasar el tiempo y dejar que la dinámica de la isla te envuelva, porque no se yo que tendrá ese aire de Ibiza, que no he encontrado en ningún otro lugar, pero que te envuelve su ociosidad contagiosa. A mi me gustó aunque entenderé si alguien me dice que a él no. Después de eso hubo fin de fiesta en el Cultura Club.

El viernes era el cumpleaños de Micky, pero no lo celebró porque se iba el sábado muy pronto por la mañana a Ibiza donde tenía un partido creo de la liguilla de ascenso, o algo así. Llevaba unas semanas sin hablar con él y realmente ya le echaba de menos. Micky es una persona que me gusta tener cerca, me gusta su modo de ver las cosas y lo bien amueblada que tiene la cabeza, igualmente es un tío muy divertido con el que me río siempre (y eso es imprescindible), además no me siento un peñazo si hablamos de música porque se que a él también le gusta, participa y aporta. Le quiero mucho y me encanta haber coincidido con él.

Pasando a otro tema descaradamente, a veces me gustaría poder estar en varios sitios al mismo tiempo. Uno de esas ocasiones fue ayer mismo en el que tenía tres “citas” ineludibles aunque al final tuve que sacrificar una de ellas.

Este viernes era la inauguración de la primera exposición de fotografía de un amigo y, por supuesto, ahí iba a estar yo. Siempre he considerado a Pepe un buen fotógrafo ya que creo que tiene la suficiente sensibilidad para sacar lo mejor de una persona, si a ello le sumamos que sabe crear buen ambiente sin casi ni proponérselo hace que la gente se sienta cómoda en un segundo, su único inconveniente es que le cuesta crearse una dinámica continuista. Me explico. Aunque a mi me gusta lo que hace y por tanto creo que es bueno parece que él no lo tiene muy claro, o por lo menos actúa como si así fuera, ya que le cuesta un poco moverse, promocionarse y salir adelante, de hecho esta exposición le ha costado mucho por eso mismo. El título de la exposición era Reflejo, y en todas las fotos jugaba a eso mismo con espejos, a veces sugerente otras veces inquietante; además de las alrededor de 20 fotografías colgadas puso una tele en la que se podían ver unas 100 más que iban pasando poco a poco para hacernos una idea del resto entre las que tuvo que elegir. En la exposición estaba su novio, al que conocí a principio de año y pesar de ser dos las veces que hemos coincidido no logro quedarme con su nombre (Juan Antonio? No lo se, no lo recuerdo), y me dio la misma impresión que la primera vez que le vi. Parece buen chaval y sobre todo parece que están muy bien juntos, que al fin y al cabo es lo importante.

Después de eso me fui corriendo, literalmente, al casal solleric donde se inauguraba, también esa misma noche, una exposición de la ilustradora Ana Juan. Me encantó. Me gustó muy mucho todo su trabajo, de hecho acabé enamorada de un par de cosas, una de ellas una pequeña escultura en madera y metacrilato. La exposición es lo suficientemente grande como para estar tranquilamente un rato largo. Han traído trabajos suyos del new Yorker, del mundo, Marie Claire y también de sus trabajos en el víbora o madriz, así como también ilustraciones de varios libros, pero una de las cosas que más me gustaron fueron un par de cuadros grandes en los que se parecía que ella veía en el lienzo la obra antes mismo de ser pintada, de ese modo la obra estaba ahí esperando ser descubierta, tal y como les ocurre a los artistas. Ella me dio la sensación de que era maja. Una exposición tan aconsejable que si tengo tiempo procuraré volver a verla más detenidamente.
Esta ilustración para la portada del new Yorker es bastante reciente. Se llama Requiem y es de septiembre del año pasado, cuando sucedió lo del huracán Katrina a su paso por Nueva orleans.
Esta otra de la derecha es de hace más tiempo, también de la portada del New Yorker, y se llama A star is born. Me ha gustado bastante la aparente simplicidad. Quien se esconde bajo un pañuelo en la cabeza y unas grandes gafas de sol, con una fria expresión inexpresiva, como atónita ante lo que ve, ante lo que su presencia produce en tanta gente reflejada en sus gafas haciendo fotos, miles de flashes que ya de por si justificarían las gafas de sol. Ha nacido una estrella.
Day
Night
Estas dos fueron de las que más me gustaron. Day and Night. Aunque está claro que pierden bastante así y hay que apreciarlas en directo, es entonces cuando se pueden valorar en su justa medida.
En la exposición me encontré con un amigo de hace tiempo ya, Nacho Gelabert. Una persona muy especial, con un gran sentimiento por el arte en general, por lo que aunque no esperaba para nada encontrármelo allí tampoco me extrañé al verle allí, más bien fue algo así como claro, no podía ser de otro modo. Nacho y yo siempre hemos conectado bastante bien, ya desde que nos conocimos cuando yo tenía tan solo 13 añitos y él era el auténtico jefe con 16 años y terror de las nenas de montesión. Vivíamos cerca, así que de camino al colegio nos esperábamos cada mañana haciendo así más llevadero el madrugón. Siempre tuvimos muy buen rollito y he de reconocer que siempre me gustó ser la “envidia” de todas las niñatas pijillas que nos encontrábamos de camino al colegio por ir con él siempre. La mayoría de veces nos despedíamos en santa Eulalia, él hacia montesión y yo hacia san francisco, pero muchas otras veces pasábamos de ir a la primera hora y desayunábamos en el moderno o en el plaza (ay! Que recuerdos aquellos!!!!). A veces en esos desayunos se nos unía un víctor alonso más auténtico aun si adulterar, tal y como lo podemos encontrar hoy en día. Siempre fuimos bastante confidentes en el sentido de que yo le contaba mis asuntos (en su mayoría tenían como protagonista a Toni) y él los suyos, que resultaban mucho más variados, diversos y numerosos. Nunca entendí varias cosas de Nacho, cosas que le daban a perder. Siempre le consideré un chico inteligente, pero no muy listo, que son cosas muy diferentes, de hecho escogía la opción de ciencias porque decía que no había que estudiar (con ir a clase de vez en cuando y con un poco de lógica le bastaba al chico) y porque el libro de biología era mas ligero que el de historia por ejemplo (de hecho lo único que llevaba siempre en las manos era eso, el libro de biología, fuera de lo que fuera el examen, pero tenía que justificarse algo en casa, por poco que fuera) cuando a él lo que realmente le gustaba eran otras cosas. Cuando terminaba el colegio yo me iba al Xaloc, que era un bar al lado de allí al lado en el que pasé muchas horas y muchas cosas. En esa época, Marta y yo, pasábamos mucho tiempo allí, de hecho Emilio el dueño nos tenía un enchufe espectacular, éramos las únicas que teníamos cuenta en el local, a nadie más fiaba, y allí pasábamos las tardes juntándonos con la gente de montesión. Nacho en cambio prefería Ca N’Angel, y a veces si coincidía me iba con él, era la pequeña, la mimada y por supuesto yo me dejaba mimar por él. Él siempre se iba por ahí hasta algo más tarde, yo tenía toque de queda, en su casa nunca había nadie, de modo que para estar solo se iba por ahí a los bares a pasar la tarde. Tampoco entendí nunca esa afición de Nacho por las niñas pijas, en especial esa atracción por Yolanda, me sorprendió cuando me dijo que se había liado con ella, era algo así como si juntáramos a Larry Mulen Jr con una petarda del nivel de Fergie (The Black Eyed Peas) por poner un ejemplo, que si estará muy buena pero no tienen ni media torta y el petardeo no se lo quita nadie. Durante otra época trabajaba en pasarela, en gomila (lo que sería ahora La Metro), y por supuesto eso significaba atención continua y copas gratis, también tengo que decir que si iba allí era por él. Creo que veía a Nacho como era en realidad, no la imagen que se había creado en ese ambiente que tufaba por todos lados. El caso es que el tiempo le quitó razones y le dio otras mucho mas interesantes a mi modo de ver, lo que ocurre es que el camino fue doloroso, para todos pero sobre todo para él. En un momento dado y tras vagar, literalmente, le dio el punto y cambió totalmente, se convirtió en el negativo de lo que había sido hasta el momento, el polo opuesto, lo contrario de lo que había sido o representado hasta entonces. Se involucró en una espiral sin sentido y sin salida, al menos para el resto menos para él. Se alejó del mundo para crearse uno propio, y se desvinculó de la mayoría de gente. Nos descolocó y preocupó mucho. A mí por lo menos me preocupaba bastante, hasta que un día me lo encontré por casualidad y nos fuimos a tomar un café y hablamos largo y tendido. El asunto esa tarde terminó con algo así como ya no me preocupas tanto pero por un momento pensé que se te había ido la olla mogollón, y un si es que al final, pitu, siempre has sido quien mejor me ha pillado el rollo. Lo dejó todo, los estudios, los amigos, la familia y se dispuso a vagar por el mundo, se puso a pintar y a buscarse la vida. A veces no comía en días, otras no se ni donde dormía, y una vez vi el estudio que un pintor le hizo el favor de dejarle, era una buhardilla pequeña, húmeda, fría con un catre donde descansar. Pero él se encontraba bien. Otras veces me lo encontré en CaNAngel, donde sabía que (sin abusar) en un momento dado Toni se portaba con él, y es que tantos años de fidelidad tienen su recompensa. Otras veces te lo encontrabas por la calle ensimismado en un mundo aparte, paralelo a este que pisa. A Nacho te lo encuentras, no quedas con él. Vive en su mundo y mejor no ponerte en medio, lo mejor es quedarte a un lado y cuando te ve se para y te sonríe, si le paras te dice me has parado el camino. Durante una época se le veía demasiado delgado, pálido y con aspecto de estar fumado todo el día. Luego me pasé cerca de un año sin saber de él, hasta que (como no) me lo volví a encontrar de casualidad. Resulta que se había ido a Berlín y que había venido por la boda de su hermano si no recuerdo mal, el caso es que ya lo vi mejor, más centrado y con mejor aspecto, me enseñó algunos de sus trabajos y me explicó la técnica que aplicaba entonces. Me gustó mucho verle de nuevo en esa ocasión. La última vez que le vi iba yo en coche y me pareció que estaba llorando. Así que cuando ayer se me acercó sonriente me alegré mucho más que bastante al verle tan bien. Vuelve a estar guapetón y parece que ha vuelto a sacar esa ironía de la que antes hacía gala. Volvimos a la complicidad de otras épocas, a nuestros guiños particulares dejando al resto aparte. Nacho tiene muchas cosas especiales, siempre lo he pensado, y ahora creo que es una versión mejorada y auténtica de si mismo, sin adulterar por la sociedad (aunque suene o tópico todos lo estamos en gran medida), él es como es al margen de modas, de coches, de casas y otros rollos generacionales que nos dan con la edad. Pero de entre todas las cosas especiales que yo le veo a Nacho, una de ellas es esa capacidad que tiene de hacerme olvidar el resto cuanto estoy con él. De repente no hay en mí convencionalismos que habitualmente me pueden invadir fácilmente, y en cuanto él se va estos vuelven.
Al final me quedé sin ver a Mando diao, que tocaban en Lloseta ese mismo viernes.

Este sábado he ido a mirar los puestecillos de los libros bajo un cielo amenazador que al parecer ha respetado hasta un momento prudencial. No he encontrado nada del otro mundo. Especialmente me han decepcionado los de la misericordia que en principio estaban destinados a libros antiguos. Sigo buscando Scaramouche de R. Sabatini para regalárselo a Tomeu. Está descatalogado y en Internet lo he encontrado en inglés, así que no me sirve para él. Después de eso, una vuelta y a casa. Que mañana hay cosas por hacer.

Estoy algo cansada y la tensión no ha remitido. No tengo ganas de seguir así pero me encuentro en horas bajas y, sobre todo, nunca me gustó darle explicaciones a nadie.
Son las 2 y se agradece que llueva un poco.
En un día como hoy lo último de Nightmares on wax es perfecto.

miércoles, abril 19, 2006

La conversación terminó algo así como:

- Eres un poco cínica, no?!
- Un poco!? ahora cuéntame algo que yo no sepa.

y si a eso le añadimos chulería y algo de bordería, ya lo bordo!!!
pero que puedo esperar de un pueblo con pretensiones de ciudad

“Ellos me condenan a mi al exilio y yo les condeno a ellos a quedarse”
Diógenes de Sinope
Me vinieron a la cabeza dos canciones rápidas y fáciles al tiempo que muy buenas, quizás no las mejores pero tienen recorrido
"Sheena is a punk rocker" y "Got a lot to say" The Ramones

lunes, abril 17, 2006


eso mismo digo yo...

jueves, abril 13, 2006


Unos días de fiesta con trabajo por hacer. Tras quedarme con las ganas de la visita prometida a Madrid no me queda otra que tomármelo con algo de guasa (esta vez me han puesto falta), esperando a que pasen las semanas hasta la próxima. En estos días hirientes me dedicaré a terminar un trabajo pendiente y a desintoxicarme del resto. Para ello lo primero es aislarme y así intentar arrancar la presión (literal) contenida en mi cabeza, olvidarme del móvil y dedicarme a la nada más absolutamente repleta de asuntos pendientes. Hoy cierro la puerta durante unos días, tan solo los necesarios hasta que llegue a algún punto en el que quiera volver a estar.
No pretendo que lo entiendan, pero de vez en cuando necesito darme estos homenajes de desintoxicación que me aísla del resto. Aunque luego me lleve ciertas broncas por no dar señales de vida en un tiempo.
Estoy pensando en una idea para el ArtJove de diseño para el que se presenta una amiga, ya se me han ocurrido un par de ellas (una realmente buena creo, aunque está mal que yo lo diga). El lunes hemos quedado para comer y aprovecharé para comentárselas, tan solo son ideas por desarrollar, eso le toca a ella que para algo tiene ese punto creativo, yo solo me empeño en que no decaiga su empeño, en animarla para continuar en el intento tras su decepción con Eca. Yo por mi parte he vuelto a no inscribirme, tras pensar como siempre qué tipo de interés podría suscitar lo que presentara.

Psychedelic Woman by Camille Le Roux
Últimamente siento que me rodea una psicodelia continua, me explico, tantos dolores de cabeza me han provocado serias alteraciones en la percepción del tiempo y del sentido de la identidad, así como toda una mezcla de diferentes sentidos. Siento que me han tomado el pelo, que se han reído de mí tras dejarme a la altura del betún. No se puede tratar a alguien de ese modo tan egoísta. Un buen momento para cerrar los ojos y dejar que pase el tiempo alrededor. Seguiré pensando en ello aunque ya no me convence.
No tengo canción alguna para hoy y eso suena a preocupante.

martes, abril 11, 2006

Hay una canción que me gusta mucho.Se llama el Predicador y solo conozco esta canción del grupo; la verdad he de decir que tampoco se me ha ocurrido ir en la búsqueda de ninguna otra. Me parece una buena canción, cantada con un toque de ironía, soberbia y sobre todo chulería. Para qué más?! La letra tiene cosas como: soy el héroe de los cómics de ciencia ficción, o también, soy un chico tarantino, una máquina de destrucción. Y es que en estos días he sacado la chulería a pasear sin yo darme casi ni cuenta, como la canción, cantada con la disciplencia y bordería que le imprime la chulería. Como ese estribillo ilusorio: desde mi azotea sembraré el terror, soy el elegido, el predicador.
Llevo unos meses centrada en una sola cosa, y parece que ya veo el final. Llevo dos meses escribiendo la tesis,y ya estoy en disposición de imprimirles una copia a mis jefes. Se me ha hecho largo, aunque para toda una tesis tampoco es mucho, pero casi me vuelvo loca, creo, no paraba de pensar en ello, ni de trabajar ni un solo día de estos últimos 60. El resto me ha dado por completo igual, solo quería terminar, pasar página. Pero ya llega el final. En este tiempo me he aislado bastante, el tema ha sido siempre el mismo, lo único que ha diferido ha sido la música que me ha ido acompañando mientras pasaban las horas frente al ordenador.


Hoy también he estado escuchando a Deluxe, merecedor de un rato largo que hoy no tengo, una pena...
I'll see you in London creo que fue lo primero que escuché del gallego, para después terminar de enamorarme por completo con My beautiful thing, y desde ese momento solo rendirme en sus conciertos (que ya son tres las veces que le he visto)
¿Puede una enamorarse de una voz?

Escribo esto y me apetece escuchar de nuevo Lovely Luna, otro proyecto de Xoel López. Una cosa lleva a la otra, y sino viene por un por qué.

Pero quien me ha acompañado durante un buen rato esta tarde ha sido Horace Silver con Song for my father. Dicen de él que es uno de los grandes del jazz, yo como de jazz ni idea, solo puedo decir que escuché el disco y lo flipé con él, tanto que me pillé el CD.

En este punto me encuentro. Finalizando un capítulo importante.

domingo, abril 09, 2006

Soy la menor de cinco hermanos, seis si contamos también al que fue “adoptado”. Esto puede llevar a pensar que al ser la pequeña soy la mimada, nada más lejos de la realidad. En el caso de mi familia vinieron primero tres chicos, de modo que tras nacer la tan ansiada y buscada niña yo llegué de rebote tras un reconocido “descuido” en un fin de semana de escapada a Ibiza. Así que el papel de mimada y laureada se lo dejo a mi hermana, que para eso fueron en su búsqueda. Yo por mi parte sigo en la línea del segundo plano que me otorgó el lugar y la situación en la que nací y me crié, heredando la ropa de mi hermana tan cargada de color rosa y lazos que por otra parte arrancaba sin piedad alguna. Dicen que era una niña callada y, a priori, obediente pero que al final siempre hacía lo que me daba la gana, mi visión es diferente, y siempre iba tras mis hermanos, tan mayores y “sabios” ellos en todo lo que concierne a la vida (la del patio del colegio me imagino en esos momentos). ¿Y por qué cuento esto? Supongo que el hecho de escuchar a Morrissey estos días me recuerda a la época en la que vivíamos en Cádiz, quizás también algo a la de Vigo, haciendo honor a eso de que todo tiempo pasado siempre fue mejor. El caso es que no tengo el mismo recuerdo de niñez que el resto de la gente de mi edad. En mi casa los fines de semana se veía la bola de cristal, por supuesto! pero también se veía el motociclismo, envidiando a mis hermanos cuando pillaban su moto y se iban a ver un gran premio. Siempre he sido gran fan de las carreras antes que, por poner un ejemplo, de la cursi de Candy candy y su doble moral de niña buena y virginal que luego corría desesperada tras el chico. En el caso de la música ha sido más acentuado, ya que no recuerdo escuchar parchis ni cosas por el estilo, a mi lo que me gustaba eran otras cosas, cuando era bien pequeña a mi ya me molaba mucho el tipo ese de los ojos de diferente color (al que después pude ponerle nombre, Bowie) o el de los ojos pintados (R. Smith de The Cure), y recuerdo perfectamente el póster en el cuarto de mis hermanos del concierto del 87 de U2 en el Bernabeu con Pretenders como teloneros. Teniendo en cuenta que nací en plena explosión punk (1978) crecí en pleno post-punk y mis recuerdos se los debo a mi auténtica devoción por mis hermanos mayores; de modo que no resulta tan extraño pensar que bien pronto comencé a interesarme por mi misma en eso de la música. Estos días he estado escuchando el último disco de Morrissey.
Lo sabíamos desde hacía ya tiempo. ¡¡Vuelve Mozz!! Y así ha sido, ya está aquí con Ringleader of the Tormentors que sería algo así como el cabecilla de los atormentadores, y aquí estoy, acabando de digerirlo, con letras originales, glamour, soberbia sublime y una voz más trabajada que nunca. El segundo envite de esta segunda, o tercera, juventud del gentleman de Manchester será considerado, probablemente, como lo más destacado de este año, pero aun así me pasa con este disco lo mismo que con el propio Morrissey, me gusta y deja de gustarme a partes iguales. Parece que está algo crecido tras You are the Quarry (2004), y desde que se anunció su grabación se esperaba mucho de este disco. En mi caso particular la experiencia con discos anteriores hacía temerme lo peor, tanto que los pronósticos se han cumplido; se tratan al fin y al cabo de buenos temas pero los he tenido que escuchar varias veces para poder apreciarlos debidamente. Lo que está claro es que un disco totalmente Morrissey, tan afectado como siempre con su retahíla impertinente, sus títulos interminables, su excelente voz (aquí aun más si cabe) y su brillante sello personal en cada segundo del disco. Más Morrissey que el propio Morrissey, camino de convertirse en una caricatura de sí mismo o del personaje que se ha ido creando. Pesimista testarudo, cargado de sentimientos de agonía, optimismo, consternación, melancolía, vulnerabilidad, muerte, amor, sexo y todo ello expresado de un modo bastante gráfico con cosas como Now I’m spreading your legs, with mine in between o I entered nothing, and nothing entered me, ‘till you came with the key.
Lo suyo no es una tristeza a secas ni una depresión basada en la nada más actual, su contenido viene desde sus orígenes con los Smiths, cuando en los 80 lidera a toda una generación descontenta y deprimida no solo por un amor no correspondido, sino por una situación social y política de la Inglaterra de Thatcher. Morrissey actúa con sentimiento, haciendo canciones de amor con el sarcasmo y la ironía que solo surgen justo antes de volverse un cínico. Lo que nadie pone en duda es su personal sentido expresivo cuando habla del amor, del perdón y sobre todo de la muerte como si, a pesar de la contradicción, fuera lo único por lo que vale la pena seguir viviendo.
El single de presentación You have killed me tiene marca de la casa, hace uso de cierto humor negro para decir que el amado también es el asesino; indiscutible y buena canción pop que, sin estar mal, no se encuentra tampoco entre lo mejor de Morrissey. Con otro de los temas, The father who must be killed, intenta contrastar incluyendo, con cierta perversión por su parte, coros infantiles en una canción en la que parece hablar de un psicópata; en To me you are a work of art vuelve al escepticismo más puro con cosas como I’d give you my heart if I had one; y para cerrar se regodea con su renacer en la épica At last I am born, auténticamente Morrissey. Pero de entre todas destaca sin duda Life is a pigsty, con final dramático tras arrastrar lamentos propios durante 7 minutos. Ni una catástrofe ni tampoco uno de los discos del año.
En general, la figura de Morrissey me fascina y me produce un sentimiento de amor-odio por igual. Es uno de los iconos más enigmáticos de la música británica, con ese aura de melancolía, lirismo emocional y poético, posicionado desde el principio frente a las grandes corporaciones y mitómano declarado, fanático de gente como New York Dolls, T.Rex o Patti Smith. Me podría poner a defender con firmeza la discografía de los Smiths, porque es enorme y difícilmente ningún grupo de las islas podrá firmas cosas como The Queen is dead (1986) con canciones como There’s a Light That Never Goes Out con la mísera idea de la muerte como culminación del amor. En la época en la que surge el grupo nos encontraríamos con un grupo numeroso de bandas que descargaban sus frustraciones en rasgar guitarras y berrear a partes iguales, de entre tanta simpleza destacaron bandas más influyentes, entre las que se encontraban los Smiths. Con el buen sonido guitarrero de Johnny Marr y las letras del propio Morrissey cargadas de dudas existenciales, los Smiths se convirtieron en la gran sensación independiente de Inglaterra a principios de los 80, y su influencia se extiende aun a bandas actuales.
Al poco de surgir los Smiths, decidió eliminar sus nombres de pila, comenzaba a crearse el personaje, cambiar su forma de ser, su comportamiento y como símbolo de su nuevo comienzo y su nueva personalidad se hizo llamar simplemente Morrissey. Si existía interés mediático por la banda, mayor lo era hacia su peculiar vocalista con su extravagante personalidad y declaraciones suculentas para la prensa. En cinco años y cinco discos establecieron un modo de hacer distante y distinto, con palabras que no pertenecían a nadie más que al propio Mozz en las que, sin decir nada de modo evidente lo dejaba todo claro, al sugerir para desvanecerse al momento.
Aunque es bastante generalizado eso de que Morrissey sin los Smiths no es lo mismo, personalmente lo que veo no es una más que clara continuidad. Consiguió establecerse como un infinitivo por si mismo, un personaje de culto alimentado por la melancolía más enfermiza, del que se sabe menos de lo que sospecha. Comenzó su andadura en solitario recogiendo la esencia del grupo y canalizándola hacia el derroche emocional de Viva Hate (1988).
Hay muchos artistas prepotentes y egocéntricos, y dentro de estos nos encontraríamos con dos categorías muy claras: los que pueden serlo y los que no. En el primer grupo entraría gente que está por encima del bien y del mal, auténticos artistas personajes en si mismos, que se creen el centro del universo y se sienten en disposición de serlo (del segundo no merece la pena hablar en este momento, aunque me viene gente como Richard Ahcroft u otros de Manchester, los Gallagher). Podríamos pensar en gente como Bowie, Lou Reed, Bob Dylan… la lista es enorme, pero de entre todos podríamos destacar a Morrissey con un ego que supera al resto. Un auténtico narcisista que surge de la necesidad de ironizar sobre sus propias debilidades, para de algún modo poder sobrellevarlas. Con el paso del tiempo sigue conectando con su público de un modo tan personal que le hace tener un muy numeroso grupo de fans que no solo lo adoran sino que además lo imitan. Consciente de su condición de estrella e icono pop llegó a declarar algo así como Mis fans no me admiran, me quieren y de esto hace ya bastantes años, así que cabría esperar que ese ego del que presumía en el año 1991 haya ido en aumento a lo largo del tiempo, y más aun cuando tras el álbum anterior, con el que consiguió lo más parecido a una resurrección musical, comenzó una nueva época, no solo a nivel artístico sino más de reencontrada popularidad. También ha soltado otras perlas como No puedo estar equivocado siempre, es estadísticamente imposible o Nunca haré una cosa tan vulgar como divertirme; también es autor de cosas como Me niego a categorizar el sexo según los términos hetero, homo o bi, todos tenemos las mismas necesidades sexuales, el prefijo es inmaterial al querer esquivar de este modo cualquier pregunta sobre su tan cuestionada condición sexual. O mi preferida, La música es como una droga, pero no hay centros de rehabilitación para esto.


Mozz se ha creado (y creído) un personaje desde sus inicios con los Smiths cuando se debatía entre cortarse las venas o la sobredosis. Esa figura creada a su alrededor le ha convertido en un divo y así se ha querido mostrar en este álbum. Es curioso que quien tan bien y tanto ha escrito sobre la soledad y las miserias lo haga ahora sobre una espiritualidad nueva para él. Puede que ninguno le hayamos entendido todavía, en ese intento suyo de mostrarse sin dejarse ver del todo, protegido en una equívoca imprecisión en la que no para de negarse a si mismo una y otra vez, y a su propio personaje del que parece reírse a la vez que se ríe de nosotros.
Quizás el resultado de Ringleader of the tormentors no llegue ni la mitad de bueno que otros de sus discos, pero ya es un gran mérito que Morrissey, tras más de veinte años de carrera, siga estando a la altura.

miércoles, abril 05, 2006

No he parado de darle vueltas a un mismo asunto en estos últimos días, pero hoy ya ha sido enfermizo. Esta mañana ha muerto el hermano de una amiga, amiga desde hace mucho tiempo, de las que se conoce a la familia entera de la de tiempo que has pasado en su casa. Yo, al igual que ella, soy la pequeña de familia numerosa, en mi caso somos 5 hermanos (más uno “adoptado”) así que desde el mismo día en el que nací ellos ya estaban ahí, he crecido con ellos por delante, no me he tenido que acostumbrar a nadie que fuera llegando. No ha habido en mi vida ni un solo segundo en el que no estuvieran o por el que no hubieran pasado antes, de hecho no me imagino ni un solo segundo sin ellos, aunque no les vea demasiado, que todo hay que decirlo, están ahí. Debo tener un día algo tonto, en los que me rebosa la empatía, y no he podido evitar que me haya afectado muy mucho lo del hermano de Marta. Es ley de vida enterrar a las generaciones por encima, a los abuelos, a los padres, y quizás lo de un hermano anda por ahí, pero no puedo siquiera pensarlo, se me revuelve el cuerpo tan solo de pensar en la posibilidad, y llevo un día terrible por eso mismo. Sin necesidad de organizar un drama siciliano también se puede estar pasando un momento bajo.
Estoy muy cansada de tener que acostumbrarme a que falte alguien, a la ausencia inevitable. Cuando se muere una persona se pasa mal, eso está claro, pero quizás lo peor no sea el momento concreto, en esos días en los que se muere alguien cercano una está algo despistada, como dejándose llevar más por la situación, por la inercia del momento. Lo peor es cuando llegas a casa, tras toda la parafernalia que nos rodea hasta en esos momentos, y cierras la puerta. Cuando tienes que seguir con el día a día sin acostumbrarte a que no está, cuando de repente piensas “voy a llamarle a ver que me dice” pero no, ya no puedes llamarlo, y como eso miles de situaciones a lo largo de una temporada larga, no son solo unos días. Resulta bastante frustrante. Acostumbrarte a la ausencia de una persona es de lo más cruel que le puede ocurrir a alguien, y a todos nos ocurre antes o después.