domingo, febrero 26, 2006

Hace días que no puedo quitarme de la cabeza una canción, "Da igual" de Spam vs. Silvia Superstar. ¿Por que será?

jueves, febrero 23, 2006

The night plays games
And the people they come and go


miércoles, febrero 22, 2006


por muito tempo...

lunes, febrero 20, 2006

Cuando veo a un treintañero en actitudes quinceañeras o bien me entra la risa o bien me da verguenza ajena....

lunes, febrero 13, 2006

Ya tengo fecha para la comisión de investigación: el próximo 2 de marzo, a partir de las 12.30h.
El primer paso hacia el final, la tesis....
Ahora se me echa el tiempo encima para ultimar la memoria y la presentación del día 2.....
No dormiré a gusto en los próximos 16 días.....

jueves, febrero 09, 2006

Uno de mis grandes defectos, uno entre tantos otros, es que me aburro de las cosas con relativa facilidad, y cuando eso ocurre a otra cosa sin problema ni remordimientos. Hasta ahora ha sido siempre así, cuando algo o alguien me aburre le doy carpetazo al asunto sin problemas. No soporto aburrirme, por eso siempre busco algo nuevo que me entusiasme, y por eso mismo también me llevo decepciones.

Hace solo unos días que tengo el CD de Artic Monkeys y ya lo he escuchado hasta cansarme de ellos. Al principio lo pillé con entusiasmo, normal en mi; al día siguiente ya lo había escuchado un par de veces (un par mallorquín se entiende); y ayer lo volví a escuchar con más detenimiento. He comenzado a mirar con recelo el disco tras tanto revuelo en la prensa musical de medio mundo, el NME se hace eco de su música y son aclamados como los héroes del anti- establishment y ensalzados como la última next big thing del momento por parte de toda la prensa musical inglesa. Aquí también hemos caído en algo similar (salvando las distancias con las otras islas, claro) haciéndose con la portada del mondosonoro de este mes, por poner un ejemplo.

No están mal, tiene alguna canción notable, pero no es para tanto, y además no hay nada más aburrido que la unanimidad que han provocado en la prensa y el público que ve en ellos un renacimiento del rock crítico e inteligente, en medio de tanta música de usar y tirar. Se han convertido en protagonistas de la última gran revolución de la música, el público parece haber descubierto, una vez más, la octava maravilla del rock. ¿Es para tanto? Desde luego que no. Me parece más que saludable que la gente los prefiera antes que a otros miles de productos comerciales infinitamente más detestables, pero que se les ensalce de este modo no deja de llamarme poderosamente la atención. Aunque bien es cierto que por mucho que la prensa quiera decir, queda a nuestra elección lo de decidir si esta nueva banda británica, la enésima que nos quieren vender como salvadores del mundo, realmente posee argumentos musicales como para ser merecedora de susodicho título.

La verdad es que a mi este tipo de cosas cada vez me pillan más de vuelta de todo (¿serán lo años?), lo que es cierto es que cada vez soy más escéptica en cuanto a lo que la escena musical no ofrece, y ese temor se acrecienta aun más si viene de las islas británicas. Pero como al final todo es una clara cuestión de canciones, para ser justos hay que decir que el disco no es malo, tiene canciones más que notables, concentradas al comienzo del mismo. Toda una declaración de intenciones con continuos cambios de ritmo y todo el ruido que han podido o han sabido poner en canciones rápidas y de cierta calidad. Pero a medida que avanzas en el disco, parecen caer en un mismo círculo vicioso, con un riff estándar que caracteriza las canciones y ritmos que ya no dicen nada (o al menos no dicen lo que en un principio). Es en este punto cuando llega el desconcierto y se comienza a pensar que la última next big thing no cuela; ya me conozco el asunto, lo he visto antes, y por supuesto me aburre, porque ya se como va a acabar esto.

Lo más curioso del tema a mi modo de ver es que se habla de que suenan a Oasis, y a mi me parece que nada más lejos de eso (¿de verdad habláis de Oasis? Porque entiendo las otras referencias, pero Oasis!). Lían guitarras cortantes, ecos de garaje y rock catártico que recurre a sus compañeros de viaje, Franz Ferdinand. A mi no me suena a brit pop para nada. Lo que resulta indudable es que intercalan algún más que descarado plagio a los Libertines (por cierto, ¿alguien se acuerda de lo que ocurrió con la next big thing del 2002?) con unas más que claras (insultantemente claras) referencias a los Libertines para despistar hacia el final del disco.

No dejemos engañarnos. El disco está muy bien, eso no se lo quita nadie, pero tampoco han descubierto nada nuevo. Son muy resultones y están por encima de la media, con unas cuantas canciones excelentes y otras tantas que agotan la fórmula, pero no van a salvar el mundo, es más, no son nada del otro mundo. Y si no, a ver que se dice de ellos de aquí a un tiempo.


You change all the lead
sleepin' in my head,
as the day grows dim
I hear you sing a golden hymn.

El tonto número uno del momento se ha acercado un poco más aun, si cabe, y como no podía ser de otro modo me ha dejado de bajón. El pretendiente a tonto sigue apareciendo como quien no quiere la cosa y me da el subidón.

miércoles, febrero 08, 2006

Fui a ver “En la cuerda floja” la biografía de Johnny Cash. Me gustó pero me dejó un poco a medias… a ver, me explico, lo primero es que cualquier canción de Cash bien vale una película, eso por descontado, acertando al tomar como punto de partida el concierto en Folsom para retroceder hasta la niñez y comenzar a contarnos la historia desde el principio. La película está bien porque muestra una figura de johnny Cash poco maquillada, tal y como cabría esperar en un principio. El caso es que parece mostrar fielmente el carácter de Cash, problemático, atormentado y genial, capaz de cantar en aquella época lo que otros no se atrevían aun. Con carácter. Me parece todo un acierto joaquin Phoenix, y ambos protagonistas cantan más que dignamente. La película me resultó bastante escasa en cuanto biografía, ya que si la hacen que la hagan bien, no me creo que la vida de Cash se acabase en el momento de casarse con June Carter, por muy importante que esta fuera en su vida se centran excesivamente en su historia de amor… me imagino, no! estoy segura de que su vida, tan llena de sucesivas caídas y posteriores redenciones, hubiera podido dar mucho más de si (qué ocurre desde 1968 hasta 2003?). Tormentos de niñez, drogas y amor resulta suficiente para cualquier película, pero no esperaba que esta se quedase en eso.

martes, febrero 07, 2006

Después de unas semanas en las que el trabajo había sido el principal protagonista, este fin de semana fue como habitualmente suele serlo. El sábado salí, pero fue algo extraño, extraño porque en principio no iba a ser ni de lejos como fue. Después de cenar con unos amigos, y beberme cerca de una botella entera de vino yo solita sin darme casi ni cuenta, nos fuimos al cultura club. Decidimos ir a tomar una copa y a casita, la idea de ir allí fue mía ya que había oído que iba a tocar un grupo que a mi me apetecía escuchar, a mi favor he de decir que logré convencerles fácilmente. Al final la copa se convirtió en varias, y la noche acabó de día. Al cabo de un rato, los chicos nos abandonaron, ellos sí cumplieron con lo dicho inicialmente, así que nos quedamos una amiga y yo. Dos chicas en medio de tanto buitre, dispuestas a reír, y digo esto porque en seguida comenzaron los ataques por todos los frentes. Ante esto, lo único que hice fue unirme a ellos, en plan divertido, sin intenciones de ningún tipo, pero si tú tonteas conmigo, no esperes otra cosa más que tonteo por mi parte, si tú juegas yo también, que siempre me gustó jugar. Que me miras, te miro. Que vienes a hablar, no te corto, te doy cancha. Eso sí, en ningún momento engaño a nadie, ya que no tengo yo ninguna intención de llegar a algo con ninguno de ellos. Debido a eso, a dejarlo claro desde el principio algunos se fueron a probar suerte en otro lado, otros en cambio no. Es divertido jugar a lo mismo que juegan ellos. Dentro de ese juego en el que se convirtió la noche, y por poner un ejemplo tonto, estuvo el del cigarro. Cada vez que sacaba uno no sacaba mechero, esperaba, sin pedirlo, a que alguien me ofreciera fuego. Y así fue como ocurría, sin esperar mucho, una y otra vez. Salvo en una ocasión en la que pedí fuego a un chico que estuvo por ahí cerca en todo momento, a su bola eso sí, pero como en un par de ocasiones me dio la impresión de que estuvo pendiente de nosotras, pues yo fui a pedirle fuego a él. En fin, tonterías, una tras otra, pero divertidas en definitiva. El caso es que fue una noche en la que jugué a su juego, y fue divertido. ¡¿Cómo son los tíos?! Verdad!? Si te sales un poco del rol establecido, ya se asustan! A mi solo me interesan los que entienden que todo esto, en definitiva, no es más que un juego, y si hay alguien que opine del mismo modo que se una a mi equipo, si no es así, tú mismo, no seré yo quien te diga lo que tienes que hacer. Eso sí, por el momento mi Plan2006 parece funcionar, ya me estoy dejando de tontos y de tonterías. Y resulta mucho más divertido de este modo. Esto es lo que hay; no hay más por mi parte, pero tampoco hay menos.

viernes, febrero 03, 2006

El otro día me vino un amigo con el cuento de que si la música comercial, la independiente, la industria y todo ese largo rollo sobre lo que es bueno y lo que no en cuanto a música se refiere. El asunto, a mi modo de ver, es tan sencillo como que si algo te gusta, ese algo es bueno para ti. Y a partir de eso entramos a divagar largo y tendido, a dar opiniones varias, que como tales son tan válidas como cualquier otra.

Realmente podríamos hablar de música independiente o indie y de música comercial o mainstream. Independiente, según dice literalmente el diccionario de la real academia es todo aquel que mantiene su derecho u opinión sin permitir intervención ajena, y trasladado a la música, sería aquella que no se deja influenciar por lo comercialmente establecido en el momento. El término indie yo lo asocio más a la época de los 90, por una cuestión de edad más que nada, pero es cierto que ya en los primeros 70, grupos como Television, Suicide, Teenage Jesus & the Jerks y artistas como Patti Smith y Lidia Lunch ofrecen un nuevo concepto de espectáculo en los locales de Nueva York. Este movimiento liderado por formaciones como The Velvet Underground y The Voloids se opone a lo que se estaba viviendo musicalmente en ese momento. Los primeros 80 están liderados por Sonic Youth, pioneros del indie rock norteamericano que con la publicación en 1985 de “Bad Moon Rising” se convierten en influencia clave de grupos y artistas de finales de la década. También habría que destacar a Yo La Tengo, un trío que se mantendría al margen de cualquier moda, estilo o cultura, huyendo siempre de cualquier aspiración de realizar música para masas. Dinosaur Jr. y Pixies también tienen un lugar importante en esa época. Ya en los 90 podemos hablar de una serie de bandas con una actitud común anticomercial y antipose. Se reivindicaba la integridad de la música, una protesta en contra del aburguesamiento del rock. Andrew Wood, Chris Cornell, Steve Turner, Eddie Veder y Kurt Cobain fueron para los adolescentes de esos años lo que Johnny Rotten, Sid Vicious, Joe Strummer o Paul Seller para los jóvenes de finales de los 70 y principios de los 80. La autenticidad y demás valores que reivindicaban serían adoptados por la industria, las discográficas que los acogían los lanzaban al estrellato. Por un tiempo el indie se convirtió en el nuevo mainstream (expresión que describe la tendencia por la que los creadores siguen “la corriente principal”, también puede referirse peyorativamente como “lo comercial”, “lo popular”, predeterminado y previsible, determinado por los records de ventas de la industria musical. En definitiva, la corriente de consumo que propone la industria) Querámoslo o no, las primeras referencias de independencia nos llegaron a casi todos a través del maintream. Precisamente por demostrar que tenían éxito acabaron llamando la atención de importantes compañías. Los hubo que, efectivamente, se mantuvieron ajenos a las multinacionales. Otros se aprovecharon de las circunstancias. Ya en este nuevo siglo asistimos a una fiebre nostálgica y a una búsqueda y reivindicación del auténtico indie, a esa música pop rock que da protagonismo a los elementos básicos de la música, la armonía y la melodía.

Pero seguimos sin tener demasiado claro que es eso de ser indie. La música proporciona (o proporcionaba) cierta identidad. El heavy, el mod, etc... son movimientos que refuerzan la identidad de un modo determinado (queda reflejado en la vestimenta, ideales sociales, políticas y culturales). Sugieren más que sólo música. El indie quizás carece de ello, no existe ese planteamiento de exclusividad y tampoco una clara implicación estética. Se le puede ver como un simple enamorado de la música, buscando conexiones, influencias y raíces, pero sobre todo buscando la calidad por encima del estilo del que se trate. Como todo es cuestión de pasión, ahí acaba entrando todo (pop, rock, techno, rap, soul, blues, folk, etc...) no hay restricciones.

Es en este momento cuando más se cuestiona el concepto indie. Existe una tendencia o afán de querer ser el más underground y el más rebelde, muchos se las dan de sabiondos y musicólogos sólo por escuchar bandas independientes. Existe una parte de público indie que podría verse como un público mainstream en pequeñito, que no se plantea las cosas, con muy poco criterio propio, aceptando verdades absolutas y despreciando lo que no se conoce. Con otros ídolos pero con un concepto muy similar a lo que en principio rechazan tan rotundamente. Y es entonces cuando cabría preguntarse ¿dónde está la identidad y la individualidad que buscaban a través de esta música? Equiparar lo mayoritario y minoritario como lo malo y lo bueno, respectivamente, es una gran limitación errónea que se suele dar por válida sin más planteamientos. Es cierto que si es música creada con la única idea de vender, significa que se busca que le guste a las masas, a mucha gente que conoce poco, que en fondo tampoco le interesa saber más, gente que se conforma escuchando lo que su medio inmediato les ofrece. Pero tampoco creo que sea cierto que esto se de en todos lo casos. Muchos, sin pretender ser comerciales, realizan música provocando que cualquier tipo de gente (incluyendo las masas) compre sus discos en grandes cantidades. Habrá, por tanto, también artistas buenos que son comerciales o están en multinacionales, del mismo modo que también hay cantidad de grupos independientes que son malos. La idea es quitarse de encima estos prejuicios, no seguir ni lo dictado por la industria del momento, ni tampoco por los que se creen mejores que los que caen en el mainstream. De lo contrario nunca se será verdaderamente independiente.

Si es verdad que antes el término indie hacía referencia a un tipo con unos gustos más concretos, actualmente hace más referencia a una persona que le gusta la música que se aleja un poco del mainstream, que se plantea alternativas a la corriente principal de la música del momento, con curiosidad, inquieto, con criterio propio, abierto, con una tendencia casi enfermiza a ir siempre en la búsqueda de nuevas propuestas que le entusiasmen. Musicalmente hablando ser indie es adorar la música en todos sus aspectos, estudiarla y sentirla, formarse un criterio propio. No tener prejuicios, sino juicio.

Dime cuánto tiempo me has regalado. Cuánto no te ha costado darme. De lo nuestro aún queda una cosa. Dime que más regalos me has hecho. No existe ni un momento para descansar a tu lado, me ha faltado tiempo para seguirte. Te he concedido los fines de semana, mis noches, mi tiempo libre. Lamento no haberlo entendido a tiempo. Tu sonrisa no lo amortigua, y no intentaré poner una en mi cara. Quiero saber que está pasando por tu cabeza. No malgastaré mucho más tiempo contigo. Ya verás que se irá cuando yo desaparezca. Pero siento decirte que no lograrás que lo haga. Lamento decirte esto, pero para liberarme necesito que me devuelvas algo antes. Aún no es tiempo de marcharme. Sonriendo sin sentirlo. Hace ya tiempo que empecé a pensar que esto no va a acabar bien. Cargada de motivos para no volver jamás, no me iré. Hubiera sido posible detenerlo a tiempo, pero no lo hice. Qué crees que hubiera podido haber entre tú y yo. No soporto querer esconder el miedo sin proyectar. Por lo que se, esto no es lo que debe ser. No conozco a nadie que lo merezca. ¿Es posible detener a tiempo tus concesiones? ¿Es posible no desearlas? Cómo mientes cuando lo dices, pero mira que lamentables. Ya no me mortifico, ni sigo detrás de ti. Si cada vez que estás me convences y me miento, y me lo termino creyendo, no te diré que no. Y cuando llegas a mi, soy capaz de dar la vuelta al mundo sin moverme. ¿Nunca has soñado con poder gritar? Me miro y pienso qué expresión más triste. Crearé un lugar en el cual pueda poner todo aquello que ya no me sirve. Entre ellas estas tú. Resultas bastante nocivo. Mi cabeza da vueltas a tu alrededor, pero ya no quiero verte más, solo quiero descansar de ti. Me saturas, me lías, me abrumas, me intimidas y me agotas. Tus movimientos inesperados me despistan. No me dejan seguir con mi vida. Si te vas será un favor, te morirás el día que ya no este aquí cuando te apetezca. Mal acostumbrado, cuando te apetece ni lo dudas, estoy aquí para lo que quieres. No quiero verte más. Pero no es fácil descansar de ti. Te morirás el día que sea capaz de librarme de ti, de la obsesión en la que te has convertido. Pero también se que al revés no será igual, yo descansaré de ti, pero tú nunca descansarás de mi porque te has acostumbrado muy rápido. Te gusta saber que estoy ahí. Tendrás la dicha si sigo a tu lado, diferente es que yo lo quiera así. Flotarás, si vienes de nuevo a mí, verás de nuevo lo que te gusta. Te puedes divertir, si sabes como. Firmarías porque fuera eterno. Aprendiste mal y así no son las cosas. De hecho, todo ha terminado. Coge mi mano, es para ti, pero si sabes hacerlo bien. Ven conmigo y encontrarás el lugar que nunca hubieras soñado. Te lo habrías ganado. Ahora verás mi verdadero yo, ese que no conoces. Todo irá bien de este modo, en el que yo mando. Porque ya se con que cartas juegas. Tal vez el tiempo nos de la razón. Y yo se tu juego. La triste realidad es que no hay posibilidad de volver de nuevo a lo otro. Ya se las pautas de tu mundo, tu punto ideal alrededor de lo que gira todo. En el que todo es fantástico, y tú también lo eres. Que buena suerte has tenido siempre, hasta ahora en el que el tiempo juega a mi favor. No descansarás de mí, te dolerá la cabeza al recordarme y no podrás olvidarme. El mundo se acabará para ti. Siempre que puedo te busco y me pierdo en la noche, es tan sencillo como dejarse. Hay muchas cosas buenas, otras que tragar, y hay que decidir que explicar al otro. Tú no lo dijiste todo. Sólo quería no tener que explicarte que no entiendo el mundo sin estar contigo. Recordaré cómo levantarme luego. Intentos fallidos, represalias encubiertas, sinceridad engañosa. De lo nuestro no quedan más que dos nombres. Dime cuánto tiempo has tardado en pensar en mí. Cuánto han durado tus pensamientos hacia mí. Momentos inciertos. Arrepentimiento. De lo nuestro no queda ni eso. El punto de partida está cerca. Dime más. Dime con quien juegas y si te sabes las nuevas reglas. Cuando te duermas piensa en mí y el insomnio inundara tu habitación. Piensa que no descansarás, no entenderás qué ocurre, que solo yo podría liberarte de ese dolor. El estado en el que estés sólo lo podría amortiguar mi presencia, intentando saber qué pasa por tu cabeza, yo te haré ver que se podría haber evitado. Solo tú te has metido en esta situación. No entiendes que ocurre en tu cabeza. Ese dolor que se recluye en tu cabeza. Vamos a jugar. Hoy te llevaré donde yo quiera. Ahora que nadie nos ve, solo queda tiempo que gastar, y esto solo acaba de empezar. Perdí tiempo en adecuarme a ti. Demonios dentro de alegatos, frases tediosas me llevaron aquí. Después de ti no dejo que me quieran más.