Coachella 2010, day 3: Sunday, April 18th
Ya está aquí, por fin llegó! Qué alegría, qué alboroto! O algo parecido pensaba yo al despertarme el último día del festival. Aun no era del todo consciente de los conflictos logísticos que tanto concierto marcado por ver me traerían después.
La primera decisión dolorosa del día llegó incluso antes de salir del hotel. Qué prefieres? Bañito en la piscina o llegar cómodamente a the soft pack? Al final ganó el chapuzón. Fue una pena lo de soft pack, con lo que me gusta esta gente, pero entre que ya les he visto otras veces, que estaban programados muy pronto y que hacía mucho -pero mucho- calor pues ganó la piscina por goleada. Aun así hicimos lo imposible para llegar al final del concierto de los de San Diego. Puede que mi cansado y acalorado cuerpo me agradeciera el baño, pero no me hubiera perdonado ni haberlo intentado.
Otros locales llegaban poco después con mucha más expectación y público. Tras haber visto a Local Natives en escenarios más menos modestos y siempre ante su público, me preguntaba cómo resultaría su propuesta en un escenario grande, y ante un público mucho más heterogéneo como el de Coachella. No hay duda, consiguieron conectar y mantener a la multitud (sí, multitud) hipnotizados de principio a fin. Por cierto, Owen Pallet fue el primer descarte, por coincidencias, en esta franja horaria.
Al comienzo de una tarde algo más apacible (el viento calmaba el calor) llegó Deerhunter para ofrecernos una banda sonora perfecta para el momento. La tarde era perezosa y supo llevarnos melódicamente por ella.
De Deerhunter a De
Sunny day real state me pareció uno de los grandes conciertos del día. Pero no se bien si eso lo digo de un modo muy subjetivo. Tumbados en la hierba, haciendo uso de las pantallas y sin ni siquiera mover casi ni un músculo de todo el cuerpo. Así disfruté, muy mucho, del concierto de esta gente, de un modo muy placentero y especial.
What a beautiful day to play sad songs dijo Jeremy Enigk complacido en dar de nuevo vida a sus canciones mientras nosotros las disfrutábamos.
Yo la tengo fue un descarte doloroso y punzante, pero entre unos SDRE reunidos y unos YLT que ya había visto ganaron los primeros, aunque aun me mortifique por ello.
Sigo sin poder, ni querer, resistirme a Julian Casablancas. Aunque lo nuestro ya no sea el amor de hace unos meses aun me dura su hechizo. Él será siempre mucho más cool de lo que llegaremos a ser el resto de los mortales. Lo sabe, lo sabemos todos, y así se comporta. Pero no lo hace de un modo que moleste, o al menos a mi no me molesta, supongo que a alguien le tenía que tocar ser el molón de la clase. Él tan solo asume su papel. Además mantener el tipo es, a veces, muy sacrificado, y eso implica por ejemplo no ceder ni un ápice en tu imagen. A pesar de los casi
La siguiente pregunta era Jonsi o Charlotte Gainsbourg? Al final Francia ganó a Islandia. Sin ser una gran fan de ninguno de los dos, la propuesta de charlotte era más atractiva a la voz aguda de Jonsi (que cuando se me pone en plan castrati es que no puedo con él). Además los rumores de una aparición de Beck siempre da mucho empaque -aunque al final nada de nada. Fueron unos 45 minutos muy cautivadores y francamente distinguidos.
Se acercaba la recta final y, puntual, me clavé en el escenario grande para asistir al concierto de Spoon. Qué gusto que haya grupos así. Rock and roll will save your life! Me pareció un concierto perfecto para el comienzo del anochecer, una celebración de rock sólido y disfrutable en el inicio del fin. Para la anécdota, la esperada aparición de Bradford Cox en Who makes your money, y en un intento de (digo yo) sacar el máximo partido de su actuación añadiendo algo de energía extra al final de the underdog, lanzaron el piano contra el suelo a modo de apoteosis o algo parecido. Un set ingeniosamente diseñado para dirigir su camino por ese rock con el que nos deleitan. Me gustó, y mucho, pero también admito que me pareció que se movieron por terrenos algo seguros en todo momento. Les había visto al presentar disco en El Cid y, entonces, me dio la sensación de que mordieron algo más que en el escenario grande de coachella (probablemente la máxima audiencia a la que se habían enfrentado nunca hasta el momento).
Quedaba casi media hora para que Pavement saliera al escenario, y en esos momentos Phoenix ya habían hecho acto de presencia en el outdoor theatre, pero yo preferí sentarme cómodamente y dejar pasar el tiempo allí. Los franceses no me valen -ni de lejos- una carrera para verles por media horita y de bastante lejos, ya que la cantidad de gente aglutinada a su alrededor era tremenda y yo no pensaba perderme a Malkmus y compañía. Simplemente no me vale la pena.
Sí que es cierto que no había tanta gente durante el concierto de los californianos en el escenario grande, pero no se hasta qué punto fue por culpa directa de Phoenix, como he leído en todos lados. Me explico. Phoenix terminaba a las 8 en punto, Pavement salió a las 7.45. Los yankies otras cosas no, pero en logística cumplen. De modo que la coincidencia de tiempo fue bastante poca y, si querías ver a unos, los otros no eran tal problema. Otra cosa es que la gente, después de Phoenix, aprovechara el tiempo del concierto de Pavement para cenar algo y hacerse sitio en el escenario en el que más tarde (y una vez más que terminado el de Pavement) tocaría Thom Yorke????/Atoms for peace (le voy a llamar así, por lo visto él exigió los interrogantes al anunciarse su actuación, para después cambiarse por los átomos).
Para alguien como yo, que tiene en la consideración que tiene a este grupo, ver a Pavement supone poner mucho más en juego que una simple hora de tu vida. Es evocar muchas cosas más, muchos sentimientos y expectativas creadas desde hace tanto, tantísimo tiempo, que hasta no sabes si haces bien en acudir a su concierto y ponerlas sobre la mesa. Si Malkmus tiene el día tonto el único que sale perdiendo eres tú.
Yo ya jugaba a cierto caballo ganador ya que el previo ya me había bastado. Pero aun así, un concierto de Pavement en el anochecer del desierto puede ser, por contextualización, una apelación suprema, un flashback auditivo, con todos los recuerdos, los sonidos, las palabras, los entusiasmos y exaltaciones, el sufrimiento creciente y aparentemente interminable, el corazón resquebrajado pero aun tan bravo que es imposible olvidarse de uno mismo. La ironía como única arma posible. Y ante todo ello acudes con cierto temor impotente ante la posible decepción.
Afortunadamente Malkmus quiso y Pavement ofreció un concierto muy grande, incluso creo que hasta mejor que el warm up show. Más corto, sí, pero quizás más intenso. Al principio yo tuve mis dudas, más que nada porque cuando oyes a Malkmus soltar algo así como thanks for coming to see us… well… whatever… you are here anyway! piensas que hoy tiene ganas de reírse de ti. Nada más lejos de la realidad. En una palabra, perfecto. Recordaré este concierto siempre porque this was fucking Pavement en estado puro.
Me da a mi que la actuación tenía un punto redentor, ya que hace 11 años, cuando la banda estando ya rota aun giraba, dieron un espectáculo auténticamente lamentable en Coachella. Los videos están ahí para ser vistos.
Este concierto hizo de una banda que nunca fue gloriosa, algo que seguro se recordará durante años por esta actuación. Llegaron al desierto para hacerlo bien esta vez. De nuevo cerrando el círculo. Dándole a la gente y a las canciones lo que merecen, respeto. Leí sobre esto algo así como welcome to indie rock 2.0, where it’s cool to care. Y no podía estar más de acuerdo. Querían dar un buen concierto, querían hacerlo bien, les importaba, y sonaron más profesionales. Fueron Pavement como imaginábamos que podían ser. O como dijo Malkmus después de Unfair, that was basically the ‘90s in one song. Pretty much, anyway. Sort of.
Después de eso, del subidón corto pero intenso de Pavement, ya me daba bastante igual lo que viniera, ya nada podía quitarme la sonrisa de la cara.
De lejos cayó Thom Yorke????/Atoms for peace, pero sentada y a lo lejos haciendo uso de las pantallas y la noche. Thom Yorke fue recibido como el bienhechor, el redentor, salvador o directamente el mesías. Esa era la atmósfera que se respiraba ante él. En mi caso, creo tener muy claro donde está la diferencia entre Radiohead y Thom Yorke. Esa diferencia se llama Jonny Greenwood, y creo que Radiohead es lo que es por el talento de ambos juntos, como si de una buena química se tratase. Puede que esté equivocada, pero tiendo a pensar así. No conecto tanto con Thom Yorke y su eraser. Porque los Atoms for peace podrá tener a Flea, Nigel Godrich, Joey Waronker y Mauro Refosco, y presentarse a modo de súper grupo, pero hasta el momento es Thom Yorke, a falta de definirse más. El tiempo lo dirá. Para ser justos diré que disfruté del concierto, pero muy tranquilamente. Como bien anunció cayó every song of eraser and then some mad shit, o lo que es lo mismo alguna versión y un par de Radiohead como everything in its right place al piano.
Gorillaz cerraban Coachella con su propuesta, más espectáculo audiovisual que concierto en si mismo. No me parece mal como final de fiesta. Lo único es que quizás me esperaba más juego audiovisual propiamente dicho, pero creo que fueron mis altas expectativas. Damon Albarn es un tipo muy listo y un músico bastante solvente que sabe reinventarse haciendo lo que le da la gana y además divirtiéndose. Al poco de sacar el disco leía algo así como que puede que Oasis ganaran la batalla (la del brit pop) pero que la guerra, por entera, era de Damon Albarn. Y la verdad es que tiene razón.
Probablemente el 99% de la gente estaba allí viendo este concierto (el 1% restante debía estar viendo a sly stone). Pantallas tremendas, juegos visuales y de luces -hasta 5 personas se subieron al andamiaje antes del concierto y allí se mantuvieron para que ello fuera posible. Un espectáculo bastante recomendable. Sobre el escenario, además de Albarn, Mick Jones, Paul Simonon, Bobby Womack (probablemente el highlight del concierto), DeLaSoul, Little Dragon…y así hasta 14 o incluso más. Albarn es un auténtico director de orquesta, inspirador y generoso, al servicio de las canciones, del espectáculo y de sus compañeros de viaje.
Cuando escuchas en directo, con todo el acompañamiento, eso de welcome to the world of the plastic beach entiendes perfectamente lo que te está diciendo y dónde te estás metiendo. Una experiencia audiovisual totalmente recomendable.