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Bill Drummond en EP3


imágenes vía pitchfork
Clawfinger, Do What I say
Quizás no te suene mucho el nombre pero no tardarás más de dos segundos en transportarte a los 90, más concretamente a 1995. Qué rabia de canción, no!?
John Paul Young, Love is in the air. Acaso alguien la soporta? aunque en el fondo tiene ese punto...
Y para ir terminando, la canción que nos reconcilió el uno con el otro, ante la que nos rendimos a la evidencia, la que clamó unanimidad...
Johnny B. Goode de Chuck Berry. Del no tienes ni puta idea al tú si que sabes
Desde luego la lista de las discrepancias de anoche no está ni mucho menos completa (e incluso me atrevería a decir que él pondría otras tantas) pero quizás si están las que más juego dieron
Lo leíamos en pitchfork y en su web, TV On The Radio saca nuevo disco de modo inminente así que no habrá que esperar mucho para que los de Brooklyn le den continuación al genial Return to Cookie Mountain. A veces las etiquetas encorsetadas no sirven de mucho de modo que tan solo diré que su música me desborda y espero que así lo siga haciendo Dear Science. Por el momento podemos escuchar Golden Age en su web y como hasta la última semana de septiembre no podremos disfrutarlo debidamente recupero aquí wolf like me para ir pasando el rato.
Si hubiera escuchado este disco cuando salió, no hubiese entendido una mierda y, por supuesto, tampoco hubiera sabido apreciarlo debidamente. De modo que agradezco que apareciera ante mi cuando ya estaba un poco más crecidita. ¿Cómo sino poder entender un crudo repaso de las relaciones y el amor surgido en los antros más sucios y oscuros, en las profundidades de la miseria y la desolación de quien se sabe perdedor de antemano, cantándole al alcohol, al desamor, al sexo y las arrugas del alma? Si hubiera sido capaz de aceptar y entender eso a los 10 años, no sería una persona muy normal, ni entonces ni ahora. Creo que se necesita cierto recorrido para pillarle el rollo a American Music Club y yo ya miraba de frente la veintena cuando apareció ante mi, con sus desengaños, con sus humillantes situaciones, con su tristeza insoldable y su emocionante perfección. Y no me mal interpretéis, hoy no estoy triste ni me siento derrotada, más bien todo lo contrario. Hace buen día y me voy a la playa, ayer fue un gran día y mañana también lo será. Pero eso no quita que me apeteciera darle un rato a AMC y al exilio que se puede encontrar en este bello y emotivo disco. California puede sonar evocador, menos en palabras y voz de Eitzel.Tras saber que Conor Oberst iba a publicar un disco dejando de lado el bonito nombre de Bright Eyes para hacerlo bajo el suyo propio pensé que sería algo diferente a lo que nos tenía acostumbrados. Pensé por un momento que iba a dejar de lado la melancolía tranquila de sus últimos trabajos para dar paso a una rabia más desenfrenada, pero no es así, ya que tras una serie de escuchas me he encontrado, para mi sorpresa inicial, algo muy en su línea. Entonces, a qué viene el recuperar su propio nombre tras 13 años? Bueno, quizás simplemente es que le dio por ahí y punto. A lo peor tiene una razón mucho más mística (en Cassadaga ya le iba este rollito) y por eso ahora se hace acompañar de una banda llamada Mystic Valley. Eso sí, a pesar de todo presunto intento de misticismo, el disco mola y me mola porque tiene un punto optimista sin llegar a producirme esa rabia tan característica mía que me da todo aquello que destile felicidad puerilmente. En esta ocasión tan solo atenúa ese pesimismo tan suyo (pero solo porque esta vez no se nos arrastra entre lamentos insufribles no porque el chico sea la alegría de la huerta). Mientras tanto, él va llenando nuestro espacio de country rock.